Capítulo XI

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Había terminado vendiéndole mi alma a otro celular. Luego nos fuimos a comer a quién sabe dónde.

¡Aleluya!, ¡por fin iremos a comer!.

Ya me hacía falta la comida, porque tener que lidiar con una banda de criminales era muy agotador que digamos, ya necesitaba darme mi escapadita para tener un buen descanso lejos de ellos.

—Y dime, (...), ¿ya conociste a algún chico nuevo? —uy que si no, te quedas corto estando a un lado de ellos, Leorio.

—¡Viejo pervertido! —gritó Kill —(...) no tiene por qué andarte contando sobre su vida personal, ¡así que no la molestes con eso! —terminó de decir el gato celoso.

Anda que el título de gato celoso, sí que le va bien.

—¡¿A quién le llamas “viejo pervertido”?! —respondió ofendido el doctorcito.

—¡A ti!.

Se empezó armar una disputa entre estos dos y prácticamente la gente del lugar, no nos quitaba la mirada de encima, poco faltaba para que el dueño del lugar nos llamara la atención por andar irrumpiendo la paz en el mismo, pero mientras Gon y yo sólo veíamos con nuestras bebidas en mano y tomándolas de un popote, la escena que estos dos locos estaban armando. Me acerqué un poco a Gon para susurrarle y que estos dos, no me escucharan.

—Deberíamos detenerlos ¿no crees? —dije.

—Opino lo mismo —respondió el Gonsito.

Me separé de él y así cómo el buen Meliodas le hizo cuando se enojó con Fraudrin, les di un santo golpe a los dos para que se calmaran y toda la gente que nos había estado viendo, se voltearon rápido a lo suyo después de a ver visto mi acción, aún que no solamente era por eso sino que también había desprendido un aura de miedo, cosa que heló a todos a mi alrededor, pero más a los que tenía aquí enfrente.

—¡¿P-por qué hiciste eso?! —preguntó molesto el Kill.

—¡Me le van bajando a sus humos, par de idiotas!, ¡¿que no ven que hacen todo un drama aquí?! —cada vez desprendía más Nen —Si vuelven hacer un espectáculo así en público, ¡les voy a cortar lo que les hace ser hombres! —amenacé en voz alta.

El ambiente se estaba tornando tenso y terrorífico, pero no fue hasta que sentí la mano de Gon pidiéndome que me calmara. Me relaje un poco y dejé de emanar mi Nen, para seguidamente sentarme y observar con una mirada asesina al doctorcito y al gato celoso.

—L-lo sentimos —dijeron al unísono, los dos peleoneros.

—Disculpa aceptada, así que a comer —esbocé una dulce sonrisa y me puse a comer lo que ya nos habían servido.

Note la mirada de los chicos, que estaban más que sorprendidos por mi actitud, pero mejor decidieron guarde se las preguntas para terminarse su comida. Después, los chicos empezaron a molestar a Leorio por sólo saber lo básico del Nen; el día se nos pasó algo rápido y los tres mosqueteros, ya se encontraban buscando cómo hacer dinero para comprar el Greed Island. Estaba anocheciendo así que opté por desaparecer me dé la vista de ellos, sin que se dieran cuenta, para ir a la subasta del bajo mundo.

En mi camino hacia la subasta, frente a mí apareció mi buen amigo "Kitten Messenger" con una carta en su boca, diciendo "Meow meow".

—Pero mira quién vino ha aparecerse por estos lares —tomé la carta que traía en la boca.

La abrí y parecía ser otra petición de éste gato que es un hijo de su madre, parecido al gato Kyubey, porque a pesar de que su habilidad/finalidad sea darme una nueva habilidad o aumentar el potencial de alguna cada que cumplo a sus peticiones, también al no hacerlo salé su pinshes contra parte ¡Yami-chan!, aún que ese sí, más o menos, es un amor, porque al menos me demuestra amor apache, Kitten ni sus pinshes luces cuando anda conmigo, ¡el maldito siempre me IGNORA!.

¿Estoy Soñando?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora