¿Estoy Soñando?

Capítulo XXIV

La reacción del presidente generó que (...) le viera de mala manera, pero no tardó en igualmente reírse junto a él. Las risas pararon y quién tomó la palabra fue Isaac.

—No entiendo por qué te quejas de tu edad aún sigues siendo joven, viejo sería si tuvieras la mía.

—Pff, a usted le queda corto la palabra “viejo” —mencionó burlona, (...) —Yo diría que más bien es un dinosaurio anciano —se empezó a reír por el comentario que dio, pero luego reaccionó de hacia quién se lo estaba diciendo —Ay dioses, ¡perdón! —junto sus manos a modo de verse como si estuviera rezando, luego agachó su cabeza y empezó a pedir disculpas por haberle dicho a Netero que era un dinosaurio. Isaac se empezó a reír por lo que estaba viendo, lo cual generó una confusión en (...), pues, no entendía el por qué de su risa. Una vez calmada las cosas, el presidente le comentó a la chica que él ni siquiera había entendido lo que le dijo, pero ver su reacción al darse cuenta de lo que había comentado fue lo que le ocasionó que se riera.

—Enserio tienes el don de hacer reír a las personas, (...) —emano una sutil sonrisa, Netero. Prosiguiendo con el tema inicial de su conversación —¿Ya tienes planeado que vas hacer? —preguntó, a lo que recibió como respuesta una negación.

—Nadie de mis amigos, bueno, a excepción de Kurapika y usted, saben que mañana es mi cumpleaños...después de todo, no suelo celebrarlo, porque de igual forma nunca recibo un “felicidades” por parte de los que ya saben cuando cumplo, por ende, opté mejor por no decírselo a nadie —(...) soltó una leve risa de manera divertida restándole importancia a lo que había dicho.

El presidente, sin estar de acuerdo con el comentario de la chica, decidió mejor ya no seguir con el tema ya que a fin de cuentas era algo que ella ya había decidido, y aún que fuese algo que no le pareciese debía respetar su decisión. Al final, la joven de cabello negro se retiró de la oficina despidiéndose de su maestro para así poder continuar con su camino.

Pov' (...).

Iba caminando por ahí
cuando de repente apareció
era un oso grande y polar,
que a mí me quería robar..

me roba, me roba el oso polar 
me roba, me roba me va llevar 
me roba, me roba el oso polar
me roba, me roba me va llevar...

—Yo no veo que te robe.

¡Ahhhhh!, ¡me asusto el desgraciado!.

Había pegado un fuerte grito que casi lo dejo sordo, estaba cantando con mis ojos cerrados y de la nada, oír la voz de éste bato casi me da un infarto.

—¡Ging!. ¿Cuánto tiempo llevas escuchando me? —o más bien ¿dónde rayos estoy?. Estaba en un pasillo blanco que no tenía mucho que digamos, era casi que desolado ya que sólo estábamos presentes Ging y yo, pero lo raro de esto es que no conocía este rumbo, según yo estaba buscando la salida.

Creo que me perdí.

—Lo suficiente para saber que estas perdida —eres bueno, me atrapas.

—Vaya, no tengo nada encontrar de esa lógica, pero dime ¿qué haces aquí?, ¿buscas al presidente? —el padre abandonador de hijos, digo, hijo, perdón quise decir Ging, estaba recargado sobre una pared mientras mantenía los brazos cruzados.

—Ya acabo de hablar con él —¡wow! ¿en qué momento? si yo recién...a espera había dicho que me perdí, así que de seguro ya paso un buen rato —Pero me dijo que tú andabas por aquí, así que vine a ver si te encontraba —mmh eso no se escucha todos los días y menos proviniendo de alguien como tú.