Capítulo IX

1.5K 204 34
                                    

Trataba de analizar lo que había visto, pero no más no podía encontrar una simple lógica a todo esto, sin embargo, ya no me pude perder más en mis pensamientos, porque aquí el barman presente, me preguntó no sé qué cosa que ni le entendí y mucho menos me interesaba.

—Valoro mi vida, no quisiera cortar me las ganas de conocer lugares más llamativos que éste, por lo tanto, en ésta ocasión no pienso ser la invitada especial de esa persona que recién acababas de mencionar —no sé si fue estúpido o inteligente lo que dije, ya que literalmente ¡lo dije enfrente de éste ladrón sexy!.

No, si pa' idiota no se estudia.

—Entonces ¿no piensa ir a la subasta? —¡pero que estúpido!, debería de coserte la boca por andar de boca floja.

¡Joder, Zeus!, ¡¿por qué mandaste un idiota a éste mundo?!.

—Gracias por el trago, pero me tengo que ir —me levanté del asiento y me fui rumbo hacia la salida del lugar.

Podría decirse que eran cómo las doce de la mañana y ya me encontraba caminando por una banqueta algo desolada, no obstante, desde que salí de aquel casino sentía que alguien me seguía, pero al voltear no veía a nadie así que se me ocurrió la grandísima idea de irme a un lugar penumbroso, para atrapar a la persona que me estaba siguiendo.

Si tú problemas buscas, problemas son los que encontrarás.

Al final fui a parar a los edificios abandonados que se encontraban cercas de la ciudad de Yorkshin, me adentré a uno y me detuve en seco, para seguidamente voltear hacia la salida del lugar.

—Llevas tiempo siguiendo me, ¿se te ofrece algo de mí? —jeje, me siento como en las películas de misterio —Ahhh, vamos extraño —mencioné con algo de cansancio —Voy empezar a creer que er...

Anda saber que carajás pasó a un lado mío, pero fue capaz de rosarme el gorro del suéter, luego de eso sentí cómo me golpearon por la espalda, haciéndome caer de rodillas.

Hijo de la tostada, ahora sí vas a ver.

Reaccionando de manera rápida, me giré hacia la persona que me golpeó y le di un fuerte puñetazo en la cara, entonces fue cuando me di cuenta que ¡HABIA GOLPEADO A CHROLLO LUCILFER!.

Ay. ¡Valió para puritito camote!, ¡ni se me había cruzado por la cabeza que él era el que me estaba siguiendo!.

Chrollo no se quedó de brazos cruzados, me regresó el golpe pero si bien machín, entonces la pelea se volvió a puño limpio y con varios combos de pelea, así como los de Street Fighter hasta que el muy hijo de la tostada, sacó su cuchillito de cocina y me empezó a atacar con él.

¡Eso es trampa, no jodas!.

Una amable roca había aparecido en mi camino y como toda buena roca que era, me hizo resbalar y caer a la tingada, provocando que aquí míster se pusiera encima de mí dejando me inmóvil y amenazando me con cortar mi cuello todo bien hermoso con su amado cuchillo de tenmeaca.

—Eres buena debo admitirlo, pero ahora me dirás ¿qué sabes? —habló mientras aplicaba más presión en la empuñadura del cuchillo para acerca lo aún más a mi cuello.

¡Pero ¿CÓMO CARAJÁS LLEGUE HASTA ÉSTE PUNTO?!.

—¿Por qué debería? —¡ahora no es momento para que andes con tus tingaderas, (...)!.

—Valoras tu vida, así que me lo terminaras diciendo —esto...yo no me fiaría mucho de eso, crucecita.

Yo no me ando con cosas, a mí no me vas andar amenazando con cuchillitos.

¿Estoy Soñando?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora