Capítulo XXXVI

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Algunos zodiacos levantaron la mano ante el comentario que había dado el doradito —Correcto, la mayoría está de acuerdo en que continuemos con la reunión, así que, (...), puedes tomar asiento dónde gustes.

Tch, algo aquí no me sienta bien.

Solté la espada la cual desapareció en un dos por tres y seguidamente tomé asiento a lado del oso de peluche panda; anda saber cuánto tiempo pasó diría que fueron horas, de igual forma no estaba prestando ni la más remota atención a lo que estaban diciendo los zodiacos, pues, mi mente sólo divagaba entre si ir o no a ayudar a Gon, o ayudar al gato celoso para que el arlequínsito y el ojos inexpresivos no lo mataran o le hicieran algo, ya que se secuestro a Alluka según los Zoldyck, porque si mal no recuerdo el niño/niña tiene prohibido salir de casa por culpa de Nanika.

—(...) ¿estas escuchando lo que te estoy diciendo? —la voz de cierta personita que me cae gorda a más no poder me sacó de mis pensamientos.

—¿Qué?, ¿qué si te estoy prestando atención?, la verdad no. ¿Qué decías? —mencioné viéndole con diversión y el bro sólo mantenía su típico semblante carismático.

El man suspiró cansado —Te decía que si llegabas a cambiar de opinión acerca de participar en la selecciones, tendrás que dejar ver tu rostro —mencionó y le miré desconcertada.

—¿Hay alguna ley que diga que debo mostrar mi rostro al público? —pregunté con sarcasmo, a lo cual él me negó —¿Estoy obligada a participar? —cuestione nuevamente y él volvió a negar —Entonces no hagas comentarios pen…tontos si no quieres respuestas sarcásticas —respondí con un semblante sonriente.

—Mmh comprendo, pero déjame preguntarte algo, ¿hay alguna razón por la que me trates de ésta forma? —¡¿qué si la hay?!, no sí estás cabrón, Pariston.

¡Hay un tingo de razones, Golden Freddy!.

Apreté mis puños por debajo de la capa y me repetía una y otra vez internamente: “no caigas” hasta que logré adquirir la paciencia necesaria o eso quería creer, porque estamos hablando de Pariston —No lo sé, tú dime ¿las hay?.

—No, por eso te pregunto —respondió con descaro el muy hijo de la tostada.

Ve a tu lado feliz, ve a tu lado feliz, ve a tu lado feliz…

Inhalé hondo y exhalé para tranquilizarme —Inhala paz exhala estrés —me dije internamente. Me puse de pie ocasionando que todos los presentes me pusieran atención —Sabes que, ni aquí ni en China tú y yo no nos podremos llevar bien, prefiero morir antes que estar un segundo más aquí contigo soportándote —mencioné viendo a Pariston el cual expresó un gesto sorpresivo. Hice a un lado la silla y me encamine con dirección a la salida, no obstante, la chica perro me sujetó de la capa queriendo sostener mi brazo izquierdo, pero al no tenerlo pareció causarle sorpresa, sin embargo, disimuló aquella expresión.

Mierda.

—¿A dónde vas? —preguntó la canina.

—A ver a unos amigos, yo no tengo nada que hacer aquí, esta más que claro que no participaré en las selecciones. No pretendo perder más mi tiempo en algo que no me interesa —hice un movimiento brusco para poder lograr que Cheadle me soltara —Hasta luego, zodiacos —llegué a la puerta y estaba por salir, pero el fucking doradito dio un comentario que me hizo molestar a tal grado de liberar un poco de Nen. Tomé la perilla abriendo la puerta y saliendo por ésta cerrándola de un portazo, me quedé por unos segundos parada afuera de la entrada hasta que sentí la presencia de cierta chica, que también me cae re-mal, en el pasillo, preferí ignorarla y camine por un lado de ella, no obstante, pude notar que sostenía unos libros en sus brazos y que también estaba temblando —¡Ja!, y ¿así pretendes pelear contra mí?, por favor, no me hagas reír —pensé pasándola de largo, pero luego ella me dirigió la palabra de manera nerviosa. Detuve mi paso dándole la espalda.

¿Estoy Soñando?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora