¿Estoy Soñando?

Asura: Segunda Parte

Cuando Eishion escuchó las palabras del castaño, quedó pasmado por éstas, no lo quería aceptar, por ello apeló diciendo —¡¿Estás loco?! Crees que por no encontrar a (...), ¡¿puedes acabar con tu vida así nada más?! No señor, ¡me niego a dejarte pelear solo! —intentó levantarse, pero Elfer, quien permanecía recargada sobre él, lo detuvo para que no interfiriera, éste se sorprendió por la acción de la joven, sin embargo, no estaba dispuesto a aceptarla.

La calamidad simplemente prevalecía inmóvil, sin dejar de ver, detalladamente, al oji-esmeralda, entonces cuando observó que los civiles se encontraban en una ligera discusión, sin previo aviso, hizo un movimiento rápido para atacar a uno de los cazadores que estaban detrás suyo, pero sus intenciones se vieron interrumpidas por la espada de Lyan, “Nai”, la cual desprendía una ligera aura sombría y oscura, pronto el castaño se atrevió a decir —Tu pelea será conmigo antes que con ellos. Espero que sepas darme un buen entretenimiento —sonrió egocéntrico y de un movimiento fuerte con su espada, hizo que Sirius diera un paso hacia atrás, miró de reojo a los otros aunque en especial a Eishion —¿Qué están esperando?, ¿una invitación? ¡Váyanse de aquí, ahora! —volvió a hablar, pero ahora les fulmino con la mirada para que tomarán en serio sus palabras.

Ellos hicieron caso y a pesar de que Kobayashi no quería aceptarlo, continuamente se escuchó que unos troncos de árbol cayeron al suelo y en seguida una niña de cabello oscuro, piel tan fina parecida a una muñeca y sus prendas rasgadas y llenas de polvo, salió de entre los troncos recién caídos, gritando —¡Papá, papá!, ¡¿Dónde estás?! —el polvo que se levantó del suelo, no permitió que la pequeña niña viera bien la escena mostrada en la playa, sin embargo, su voz causó un alivio y un terror en los cazadores aunque más fue en Lyan, quien quedó estático luego de escucharla.

—(...)… —pronunciaron los labios de Lyan de forma casi inaudible.

Sirius volteó su mirada en seguida de que escuchó la voz de la niña, pensando a sí mismo —Añeuqep arutairc, on es enopus euq sabed rilas ne etse otnemom —la aparición de (...) cambió por completo los planes ya creados por la calamidad, pero no se podía decir lo mismo de los cazadores, puesto que, para ellos fue un gran alivio aunque justo ahora se volvió una preocupación; en estos momentos, la vida de la niña Hinode era la prioridad para la mayoría de los cazadores, ya que para otros sólo era un problema más.

Los tres cazadores que se encontraban lastimados, dos de ellos hicieron lo posible por levantarse e ir por la pequeña para ponerla a salvo, sin embargo, cuando Sirius se percató de ello, no se los permitió y rápidamente pasó por en medio de ambos, arrancándoles la cabeza durante el proceso, los cuerpos decapitados cayeron al suelo y seguidamente todos quedaron pasmados, a excepción de (...) que no se había dado cuenta.

Inu gritó petrificado por la forma en que habían matado a sus compañeros, él se levantó del suelo a como pudo e inmediatamente se encaminó hacia el barco, pero para su mala suerte, la bestia se dio cuenta de ello, por lo que lanzó una parte de su cuerpo en forma de estaca, atravesando la espalda del hombre que yacía corriendo, la sangre no tardó en aparecer y su cuerpo pronto cedió para caer al suelo, lentamente un charco de sangre comenzó a formarse debajo del cadáver dejando a los demás cazadores anonadados. Lyan reaccionó antes que todos y les gritó que se fueran lo más pronto posible, mientras que él confrontaba a la calamidad para darles un poco más de tiempo.

Sirius no quería que ninguno se le escapara, pero el no querer atacar con todo lo que poseía al castaño porque sus intenciones eran dejarlo hasta el final, se vio obligado a atacar con todo a Lyan para que los otros no se le escapasen, pero tampoco se esperó que el humano fuese a ser alguien que sí le diera gran entretenimiento, dado que, el oji-esmeralda se encontraba estilo “Padre sobre protector”, desenvaino su espada y pronunció el nombre de la misma teniéndola en frente suyo, Nai comenzó a desprender nuevamente un aura oscura la cual era proveniente del castaño, pero con un ligero cambio ya que dicha aura era más bien conocida como On; si bien se era conocido Lyan por ser un extraordinario cazador, también se debía a que él era capaz de dominar ambas partes de lo positivo y lo negativo (Nen y On), puesto que, su estilo de pelea sólo poseía dos habilidades y la segunda se ejecutaba diciendo el nombre de su espada.