¿Estoy Soñando?

Capítulo XIV

No se escuchó alguna respuesta por parte de Chrollo, lo que le hizo pensar a la chica de los ojos de colores, que ahora son de un color azul celeste, el hecho de que, tal vez, su forma de respuesta hacia el comentario anteriormente dado por su acompañante, acerca de que no sabían el paradero de Uvogin, le haya hecho pensar que ella sabía algo y que simplemente no se lo quiso decir.

—When ya sabes lo que va a pasar en la historia y por eso no te sorprendes, pero si te metes en un embrollo con uno de tus husbands favoritos. Vaya suerte —pensó (...) —¿No se te quema la cabeza de tanto pensar?, digo, porque a mí hasta a los bomberos les tendría que llamar —mencionó bromista.

Aquel comentario logró sacarle una sutil sonrisa, al hombre que le acompañaba y que no dejaba de pensar en algo del cuál ella sí sabía, pero prefiero no pensárselo.

—Que descortés de mi parte no responder, que tuvo que hacer un comentario bromista, para así sacarme de mi pensar —respondió el hombre de la gabardina y el tatuaje de cruz.

—Y ¿de cuándo acá nos hablamos de usted?. Sólo dije lo primero que se me ocurrió para hacer que dijeras algo —continuo la platica la chica de cabellos negros con un semblante sonriente, que le hacía ver cómo si algo bueno le hubiera pasado en la vida —Creía que había confianza, pero al que me hayas hablado de usted, suena a cómo si hubiésemos regresado en el tiempo a cuando nos conocimos —no dejaba su carisma de lado y cada vez se iba volviendo más divertido.

—Lo mismo digo —respondió Chrollo con malicia, para ver cuál sería la reacción de ella.

(...) entendió perfectamente el comentario que le había dado su acompañante, pero tratándose de ella y de su forma de pensar, se hizo la occisa ante ese comentario y aparentó no entenderlo, lo cual ocasionó una respuesta absurda por parte de ella, desconcertando a Chrollo porque era algo que no se esperaba. En la mayor parte de su transcurso de camino, el joven Lucilfer respondía o comentaba a todo lo que ella decía, pero también lo hablaba con palabras que tuvieran un doble sentido, sin embargo, (...) siempre le daba una respuesta contraria a lo que él esperaba, no obstante, en un comentario que ella dio, indirectamente le mencionó que sí sabía a lo que él se refería, pero que prefería mejor dar respuestas que no le contestaran sus dudas, lo cuál ocasionó atraer más la atención de Chrollo, por la forma de ser de la chica de cabellos negros. Cada vez más empezaba a entenderla o al menos eso era lo que Lucilfer creía.

Sólo constaba de cien metros para llegar a la guarida de la araña, así que (...) aprovechó y sacó su teléfono de un hoyo negro, para ver si sí había recibido el mensaje que Zeno Zoldyck le mandaría con la ubicación de dónde se efectuaría la misión, para la cual los contrataron a pesar de que esa información, ella ya se la sabía. Al ver su teléfono se dio cuenta que efectivamente sí había recibido ese mensaje, así que lo abrió sin que Chrollo se diera cuenta, y prácticamente le mencionaba de lo que ella ya tenía conocimiento.

—La misión captura al lobo ya está en pie, ahora sólo necesito irme de su visión. Viendo la hora, para éstos momentos mi dúo perfecto ya debió de haber escapado del samurái de pintas moradas —se dijo para sus adentros, (...), mientras volvía a guardar su teléfono y seguía caminando, ya sólo les faltaban cincuenta metros.

Un momento de silencio se asomó en el lugar, pero fue roto al escucharse una melodía, la cual parecía cómo si la estuviesen tarareando, Chrollo fue el primero en darse cuenta, ya que el origen de aquella melodía provenía de la chica la cuál le estaba acompañando. Se escuchaba tranquilo aquel tarareo, pero después se convirtió en un canto, uno muy dulce, tranquilo y hermoso que provocaba paz en el corazón de todo ser vivo, eso fue lo que pensó Chrollo Lucilfer al oírla cantar por primera vez.