¿Estoy Soñando?

Capítulo XXVI

—¿Entonces eso es un sí? —preguntó con descaro el de traje dorado.

—Si no quieres respuestas sarcásticas, no hagas preguntas tontas —respondió ante la pregunta la chica.

—Lo supuse —dijo en un suspiro —Pero debo admitir que lo que hiciste fue algo muy rápido, sin duda, para admirar, lo lograste todo durante tu estadía aquí mientras entrenabas con el presidente —decía, Pariston, viendo como la de ojos iris se molestaba cada vez más —Aunque deja me recordarte que todo lo hiciste por voluntad propia —terminó de decir para luego ver como la chica se levantaba de su estadía e iba directo hacia él.

—Todo a través de mentiras, en serio que me encantaría que te cayera una piedra encima y así ya no preocuparías al mundo sobre las cosas atroces que pudieras hacer —decía con una sonrisa cínica, (...), a lo que recibió como respuesta una sonrisa del ya antes nombrado —Sabía que esto era una mala idea...me voy —mencionó, luego se dirigió hacia la puerta.

—Tan rápido te vas ¿Hécate? —dijo de repente el de traje dorado y la chica se detuvo en seco —¡Vaya!, así que sí eres ella, que curioso, pensaba que jamás sabría la identidad de la Diosa del terror en las sombras oculta detrás de una máscara —finalizó Pariston. (...) sólo se quedó quieta con la mano en la perilla.

La ya antes mencionada se quedó unos segundos en silencio, luego su aura Nen de color negro se empezó a manifestar lentamente alrededor de su cuerpo, dejó de sujetar la perilla y enderezó su postura. El ambiente en la habitación se empezaba a poner cada vez más pesado y el sentimiento de miedo por parte de Pariston empezó a emerger de manera sutil.

—Hagamos el trato y no diré nada —mencionó con un tono algo nervioso. Ella sonrió burlona mientras se volteaba para ver a Pariston, su semblante mostraba un ligero nerviosismo y miedo.

(...) soltó una ligera risa al verlo así —¿Quieres hacer un trato con alguien al cual le tienes miedo? —preguntó con una sonrisa cínica, la presión de su aura aumentaba cada vez más.

—(..)-(...) cambio muy de repente, la que está justo frente a mí es una (...) completamente distinta a la que conozco, ella se ve como la maldad más pura —pensó el vicepresidente, sin embargo, la chica frente a él era capaz de amplificar sus habilidades Nen, lo que significa que sin necesidad de tocarlo, podía escuchar sus pensamientos con total plenitud.

—Estás en lo correcto —esbozó una sonrisa divertida la de cabello negro. Su comentario sorprendió rotundamente al de traje dorado —A mí me da igual lo que haga, pero al parecer a ella no, la engañaste y ella odia las mentiras, y eso que las dice muy seguido, pff, vaya ironía —se empezó acercar a él —Te odia y ni te aguanta, pero no sé por que aún no te ha matado, si por mí fuera ya estarías tres metros bajo tierra y nadie sabría quién lo hizo, de hecho, tal vez ni siquiera se hubiesen dado cuenta —su semblante cambió a uno cínico —Pero que pérdida de tiempo —detuvo su paso a unos cuantos centímetros lejos del escritorio de Pariston. Dejó de desprender su Nen y el ambiente volvió a la normalidad, el semblante de la chica cambió a uno neutral —Antes muerta que volverte ayudar en tus estúpidos favores —habló con un tono molesto, se dio la vuelta y  caminó hacía la puerta saliendo por la misma, cerrándola de un portazo para luego retirarse del lugar, llegando así a un parque en el cual había muchas personas ya que era medio día, así que decidió sentarse bajo la sombra de un árbol y sentir la brisa que corría por el lugar mientras mantenía sus ojos cerrados, lo cual hizo que se relajara un poco y dejara de pensar en lo que había pasado.

Pov' (...).

De nada servía seguir molesta, ya que a fin de cuentas la que se termina desgastando soy yo y no él, pero fue algo muy extraño verlo con una expresión tan asustada como esa, parecía como si hubiese visto a la mismísima muerte en persona, además ¿cómo llegué de la puerta hasta su escritorio? y ¿cómo es que él sabe ese nombre...“Hécate”?; primero lo dijo aquél sujeto del bar y ¿ahora el Golden Freddy?.