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Los primeros copos de nieve de invierno cayeron con suavidad sobre las calles y casas de la cuidad, brillando levemente gracias a las farolas que alumbraban en la oscuridad de la noche. Alejandro disfrutaba de ver caer la nieve, a veces le ayudaba a relajarse y olvidarse de las cosas, como por ejemplo el bullicio del bar en el que estaba.

Suspiró mientras miraba al gran ventanal del local, terminando de beber su vaso de refresco. Bueno, mejor eso que estar en casa devorando patatas, ¿no?

Se sorprendió al sentir un agarre en su cintura, sonriendo cuando la nariz de David empezó a frotar levemente su cuello. No pudo evitar soltar una ligera risa por ello, girándose levemente para ver al moreno.

-Pensé que estabas con Raúl y Manuel bebiendo unos cubatas.

-Me aburrí en la segunda ronda- el menor giró los ojos, momento que el mayor aprovechó para ahora pegar su nariz en la mejilla ajena, cerrando los ojos-. ¿Quieres que te acompañe a casa o vuelves con Samuel?

-Mejor vuelvo con él, me debe diez euros en bebidas.

-Qué aprovechado, Ales.- ambos soltaron una risa, pegando sus frentes para rozar sus labios sin apartar la mirada uno del otro, a punto de juntarlos.

-Hey Romeo, ya nos vamos- y apareció el tocapelotas de Raúl a fastidiarle el momento. Dejó un corto beso en la nariz ajena, despidiéndose del menor para seguidamente ir hasta la salida-. Joder, qué acaramelados estáis desde la fiesta de Samuel.

-Raúl, déjale- Guillermo sonrió divertido, escuchando la leve risilla de Borja a su lado. Sacó las llaves de su coche, encendiendo este para entrar-. Por cierto Borja, deberías decirlo ya.

-¿Decir qué?- David ladeó confuso la cabeza, colocándose el cinturón de seguridad.

-Bueno, Alexbitas está buscando un sitio para independizarse.- eso solo hizo que el moreno levantara una ceja.

-Ya lo sé, si va a vivir conmigo hasta el año que viene.

-David, básicamente estáis dando un paso importante en una relación, sobre todo la vuestra que ni yo sé cómo catalogarla- el castaño suspiró, mirando fijamente al mayor-. Seré franco.

-Españoles~.- una pequeña risa inundó el vehículo cuando Raúl soltó eso con una voz bastante aguda, volviendo enseguida la atención al mayor de los cuatro.

-Como decía, es un paso importante, una decisión que ambos tenéis que tener bien claro y no arrepentiros.

-¿A dónde quieres llegar?

-Tío, que ya es hora de que hables de vuestro 'algo sin hablar' con su madre.- David abrió los ojos sorprendido, sin saber bien cómo reaccionar.

-Mañana irás a casa de Alex y hablareis con ella- Borja sonrió, sonrió con esa amplia y agradable sonrisa digna de su persona como 'madre' del grupo, y por esa dichosa sonrisa David se aguantó el grito que quería salir de su garganta-. Ya verás lo bien que saldrá.

El albino soltó una risa al ver de reojo la cara de fantasma del mayor, digna de fotografía.

-Borja, ¿fue idea tuya?

-Of course, man. Vegetitta y yo debemos cuidar de nuestros pollitos en plena etapa de dudas hormonales.- encima utilizaba los motes que se usaban en los juegos, no podía ser.

-Borja Luzuriaga, juro que cobraré venganza de esto.

-¿Has amenazado a mi niño, calvo?

-Sí, ¿y qué?

-Que te de una ensalada de puñetazos, dices.















Poner chistes que seguramente solo los españoles entenderán es mi pasión.

Luz de luna// Fargexby Donde viven las historias. Descúbrelo ahora