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Alejandro suspiró fastidiado mientras giraba los ojos, esperando a que Samuel terminase de atar su corbata correctamente.

-Tío, que sé vestirme solito.

-Calla chaval, que la tenías mal puesta.

-Coño, no es lo mismo hacerlo delante de un espejo que con otra persona.

-Que sí- el ojimorado sonrió orgulloso al terminar, alejándose para apreciar su perfecto nudo en el traje negro azulado del menor-. Ains, qué rápido crecen.

El mayor se limpió una falsa lágrima de su mejilla, observando cómo Borja le ayudaba con el dobladillo del cuello del traje.

-Mira, si hasta parece un banquero- Miguel Ángel soltó una risa ante el ceño fruncido del menor, terminando el cigarro que tenía entre sus labios-. Bueno, tiempo récord, le sobran quince minutos.

-Da para una ronda, chavales.

-Doblas, que no lo vamos a emborrachar a menos de una hora de la boda de su mejor amiga. Es que eres tontito, macho.

El más alto soltó un quejido ante eso, cruzándose de brazos. El de ojos azules simplemente se preguntó por qué le pidió ayuda a esos cuatro.

-Sam, recuerda ir a las nueve a mi casa a ver si mi madre llegó bien- el nombrado simplemente asintió sonriente, sacando su teléfono para seguramente avisar al resto de sus amigos de que ya estaba preparado-. Joder, aún no me creo que vaya a ir a la boda de Amidala, si hace nada iba conmigo a clase.

-El tiempo pasa rápido- Rubén rodeó los hombros ajenos mientras soltaba una risa, picándole la mejilla-, y si David y tú no os dais prisa la siguiente boda será la mía.

Todos en la sala soltaron una risa, indignando al falso albino.

-Yo creo que tú serás el último en casarse- Alejandro se soltó del agarre, yendo a su habitación para agarrar su móvil-. Es más, apuesto cincuenta euros a ello.

Les dejó pelearse sobre el tema de las bodas en el salón, sentándose en su cama para desbloquear su móvil. Un mensaje de su madre para que se divierta con su amiga de la infancia y saque una foto junto con ella y David (realmente ponía suegro, pero no le iba a seguir el juego), además de unos mensajes del moreno. Los primeros eran preguntándole dónde quedaba la tienda donde vieron ese traje negro que le gustó, los siguientes diciendo bobadas sobre su nueva ropa y una foto con Manuel, Raúl y Guille de fondo y él en primer plano, sonriendo. Es que eran un par de críos.

Fueron los últimos dos mensajes que le hicieron sonrojarse levemente.

'También quiero foto de tu traje, cariño ;)'

'¿Será tan divertido vestirnos el día de nuestra boda?'

¿Por qué de repente hablaba de una boda?

Enseguida contestó, quedando en que ambos se juntarían abajo en el portal para ir rumbo a la ciudad donde vivía la castaña, a una hora de ahí. Aún no se creía que la chica se iba a casar hoy, con tan solo 19 años.

Tan perdido estaba en sus pensamientos que no notó cuando el resto del grupo llegó, sobre todo al ver a David delante.

-Vi esto en el mostrador de la tienda y me acordé de ti- el mayor mostró sus manos, enseñando una bonita rosa azul que fue colocada con delicadeza en el bolsillo delantero de su traje, justo donde la clavícula. La sonrisa en ambos aumentó significativamente, despidiéndose de sus amigos mientras iban al coche (prestado por Borja)-. Pero mira qué belleza, guapetón.

-Tío.- el menor soltó una risilla, sin soltar la mano ajena que lo guiaba hasta el coche.

Sus amigos simplemente se les quedó mirando, apostando entre ellos cuánto tardaban en anunciar su propia boda.

En ese momento, a ninguno de los dos les parecía mala idea para un futuro, a pesar de tener pocos meses de relación.


















Faltan 8

Luz de luna// Fargexby Donde viven las historias. Descúbrelo ahora