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-'Chaval, mínimo podrías haber avisado de que te ibas. Te estuvimos buscando como locos por la casa.'

-Ajá.

-'David Alonso Romero, ponte serio cuando te hablo.'

El moreno giró con fastidio los ojos ante el regaño de su amigo, a buenas horas le llamaba para regañarle, dos días después de la fiesta.

A pesar de tener 21 años, su amigo actuaba como un padre de 40.

-Samuel, ya te dije que solamente fui a dar una vuelta- se tumbó boca arriba en su cama, mirando al techo mientras escuchaba el suspiro cansado del menor a través del teléfono-. Tranquilo.

-'¿Recuerdas lo que pasó hace tres meses?'

-No tengo la culpa de que los conductores se emborrachen antes de atropellar a la gente.

-'No lo decía por eso, sabes que eres propenso a... perderte en tus pensamientos.'

-Por última vez, estoy bien Samuel.

Sonrió levemente al escuchar el suspiro cansado de su amigo, significaba que dejaría de hablar del tema.

-'Muy bien, tú ganas. La semana que viene Guille celebrará su cumpleaños en aquel restaurante donde vamos siempre, ¿te apuntas?'

-Claro, ¿por qué no?- dijo el moreno subiendo desinteresado los hombros, tampoco es que tuviera mucho que hacer.

-'Perfecto, avisaré a Guillermo y a Rubén para que hagan la reserva. Cuídate David.'

-Igualmente tío.

Colgó al escuchar el pitido del otro lado, usando sus brazos para apoyar su cabeza en ellos.

Cerró los ojos, recordando aquel local que le dijo su amigo para la fiesta. A su mente vinieron recuerdos de su adolescencia, bastante buenos la verdad. Recordó ese chico infantil y bromista que era antes, el que decía lo primero que pensaba y ya si eso pedía disculpas.

¿En qué momento cambió tanto?

Ahora era lo más parecido a un alma en pena. Era raro que un chico como él no quisiera salir a sus 25 años de edad, constantemente se lo recordaban.

Por alguna razón, su mente volvió a recrear el momento de ayer, aquella breve charla en el parque con el azabache.

-Alex...- sintió sus labios vibrar al pronunciar su nombre, su corazón latir un poco más rápido al recordar su cara. Su mirada le transmitía tranquilidad, era la primera vez en mucho tiempo que se sentía así.

Quería volver a verle, y ese pensamiento le sorprendió. Normalmente le daba todo igual. Le daba igual qué comer, qué canción escuchar o qué ropa ponerse, pero ahora no le daba igual si ir o no, quería ir y punto.

Esta noche volvería a salir, tres noches seguidas saliendo, su nuevo récord en los últimos 3 años.

Luz de luna// Fargexby Donde viven las historias. Descúbrelo ahora