Luz de luna// Fargexby

.21.

-¿Quieres que te acompañe a tu casa?

David se quedó mirando al menor mientras decía eso, limpiando con cuidado los ojos aguados de este. El azabache cerró los ojos, negando levemente con la cabeza.

-N-no, mi madre no está en la ciudad hasta mañana, y... no tengo la-las llaves, hoy iba a dormir con Frank, pe-pero... e-él...

-Alex, por favor, no llores- el nombrado apretó los labios para dejar de sollozar, asintiendo mientras volvía a sentir cómo era abrazado por el moreno, sintiendo sus músculos relajarse. David lo pensó por unos segundos, Borja estaba ocupado con su mudanza a la ciudad con Raúl, dudaba que pudiera dejar que el menor se quedase a dormir, y Samuel, a pesar de que siempre tenía su casa abierta cuando sus amigos lo necesitaban, estaba en una cita hasta tarde con Guille, y ya ni hablaba de fiestero de Rubén. Manuel llevaba días desaparecido del grupo, y Miguel Ángel estaría unas semanas en el pueblo de sus abuelos, no tenía otra alternativa-. Puedes venir conmigo si no tienes dónde dormir.

-Mi-mínimo un café antes, ¿no?- ambos soltaron una ligera risa por la broma, separándose del abrazo para mirarse. Alejandro sonrió como pudo, secando sus mejillas con sus muñecas- Gracias David, yo...

-Hey, no es nada, enserio- David se levantó del banco, ayudando al menor a imitarle-. Venga, vamos a mi casa, tengo un cuarto libre que puedes usar para dormir.

-Espero que esté limpio.

-No sabía que eras tan quisquilloso.

Vio cómo las piernas del azabache temblaban levemente, quedándose en pie a duras penas mientras daba los primeros pasos en dirección a la salida. David, al ver esto, se colocó a su lado, agarrando con cuidado la mano contraria con la suya en un tímido intento de transmitirle seguridad, de que estaría acompañado en todo momento. No era bueno en consolar a la gente, era consciente de ello, por eso esperaba que con ese acto lo demostrase.

Supo que lo hizo al sentir la mano de Alejandro apretar con fuerza la suya mientras caminaban al apartamento del mayor en un cómodo silencio.

Debía cuidar de su niño, al menos que quisiera que Samuel le dejase sin descendencia.

Ayer se me olvidó publicar jaja equis de.