Era la primera vez en toda su vida que tenía una semana rápida pero lenta a la vez. Suspiró otra vez, colocándose las gafas de sol que compró hace poco.
Recordaba a la perfección la charla que tuvo con Alejandro hace casi una semana, cuando se le 'declaró' en la cara. Recuerda la cara entre confuso y asustado que puso, sobre cómo el menor, antes de poder hablar, tuvo que irse al recibir una llamada de su madre, diciéndole que debía volver a casa inmediatamente por motivos personales. Alex se disculpó atropelladamente, saliendo prácticamente corriendo del parque mientras dejaba a David sentado en el banco. ¿Fue un rechazo? Ninguno de los dos lo tomó así, decidiendo darse unos días para pensar qué había sucedido exactamente, o al menos hasta ahora.
Guillermo había invitado a sus amigos a ir a la piscina pública en el edificio donde vivía, y ya de paso montar una pequeña fiesta en su apartamento. Por desgracia Miguel Ángel, Borja y Raúl no pudieron quedar ese día, estaban de vacaciones con sus familias.
-Tío, ¿estás bien?- el mayor se giró para ver a su lado a Rubén, asintiendo a su pregunta- Ya hemos llegado.
Salió del coche junto con Rubén y Manuel, dirigiéndose a la piscina común del enorme edificio. Allí metidos ya se encontraban Alex y Guille, tirándose desde el trampolín junto con Manuel, el cuál nadaba en la piscina vestido con un traje de neopreno sin mangas en los brazos y piernas. Samuel estaba tumbado en el suelo, al parecer tomando el sol mientras se colocaba las gafas de sol para no quedarse ciego.
Durante esa tarde no hubo ninguna tensión rara entre ambos, tratándose como siempre, entre bromas y juegos. Las horas pasaron con rapidez entre ellos, fue una tarde divertida.
Ahora David y Alejandro se encontraban ambos sentados en la orilla de la piscina, mirando al cielo para disfrutar del atardecer, como solían hacer siempre. El resto de sus amigos fueron al piso del albino a por algo de cenar, dejándolos a solas.
David permaneció en silencio, no iba a meter presión en el menor sobre el tema de hace una semana. Cuando estuviera preparado, lo hablarían.
-David, creo que debemos hablar sobre lo del otro día.
Vaya, fue rápido.
El mayor simplemente asintió, esperando a que continuase.
-David, yo... primero, siento mucho haberme ido tan de repente ese día.
-Te llamó tu madre, lo entiendo.
-De veras que lo siento...- miró su reflejo en el agua, soltando un suspiro disimulado- fue un momento tan... irreal, por así decirlo. Supongo que tuve que darme cuenta en cuanto empezaste el truco del amigo.
-No se me ocurría un modo más indirecto de hacerlo- soltó una risilla, rascándose la nuca- pero... No mentía en lo que decía. Alex, eres genial, y aunque reconozco que tenía mis dudas... ahora lo sé con seguridad. Alejandro, me gustas- por fin reunió el valor para mirar al menor, mostrando seguridad en su voz-. Me gustas mucho, de verdad.
El azabache mantuvo la mirada baja, haciendo que David suspirara, cabizbajo. Sin embargo, volvió a levantar el rostro cuando sintió su mano siendo agarrada por una un poco más pequeña, la de Alejandro.
-También me gustas, David. Desde hace un tiempo.
El mayor ladeó levemente la cabeza, acabando por sonreír mientras entrelazaba sus dedos con los ajenos.
-¿Qué te parece si... el próximo sábado quedamos? Como una primera cita o algo así.
-¿Primera cita?
-Claro Ales, tengo que ganarme tu corazón- ambos soltaron una risa ante eso, mirándose-. Quiero ir despacio contigo, demostrarte que... ya sabes, que no sea solo un rollito de verano.
-Por mi perfecto.

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Luz de luna// Fargexby
RomanceDavid tan solo era un chico vacío y sin vida, viviendo sin tener emociones o sueños. Al menos así era hasta aquella noche, donde vio a aquel chico sentado a su lado bajo la luz de la luna. °Esta obra es ficción, utilizo a sus personajes, no a los yo...