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-¡MIRA CHAVAL, ME TENÉIS HASTA LOS COJONES! ¡CADA VEZ QUE INTENTO TENER UNA CITA ROMÁNTICA CON MI NIÑO VENÍS A JODERLO SIEMPRE, ME CAGO EN LA PUTA! ¿¡SABES LO QUE CUESTA SER ROMÁNTICO, COÑO!?

-Raúl, relájate- Borja miró preocupado al nombrado, sin dejar de dar leves caricias en la espalda de David, el cuál se encontraba en su piso con la cabeza apoyada en la mesa de la cocina-. ¿No ves que está mal?

-Cuando Don Gato me arañaba la cara y me desangraba en el suelo no estabas tan preocupado- el mayor giró los ojos ante la 'rabieta' del de mecha amarilla, el cuál se cruzó de brazos-. Ya entiendo, ahora él es tu favorito, ¿no? Pues muy bien, me iré de aquí y me cambiaré el nombre a Gustabo, empezaré una vida nueva.

El castaño decidió ignorar a su pareja, observando atentamente al moreno. Hace apenas cinco minutos que David había llegado de repente a su puerta con una cara de enfado y tristeza al mismo tiempo, explicando la pelea que hace poco tuvo con Alejandro.

-Muy bien David, ¿puedes volver a explicarme lo que pasó con Alexbitas? Con los gritos de Raúl no te entendí.

El mayor asintió, soltando un suspiro antes de sentarse recto otra vez, mirando al castaño.

Raúl, al ver que iban a pasar de él, gruñó molesto para seguidamente salir de la cocina, necesitaba desestresarse.

-Sin querer le estropeé la cena a Alex.

-¿Que tú qué?

-Lo que oyes- David le miró a los ojos, recordando lo que pasó hace una media en su piso. Aún podía oler el aroma a quemado del pollo con patatas que el azabache le costó tanto preparar, al igual que los gritos al sacarlo de entre el humo negro de dentro del horno al notar que se habían pasado de la hora de sacarlo, terminando con ambos culpándose mutuamente y un David saliendo de su casa de un portazo-. Pero no fue mi culpa, le tocaba a el vigilar la cena, yo estaba arreglando el armario que tengo roto desde hace tres meses.

Para su sorpresa, Borja simplemente soltó una risa, tapándose la boca con la mano para intentar detenerla.

-¿Solo es eso?

-¿Cómo que 'solo eso'? Hemos peleado por una tontería de ambos. Bueno, más él que yo, pero tontería igual.

-David, es normal tener peleas en una relación, siempre y cuando no lleguen a nada drástico- el castaño se giró hacia la puerta, viendo al de mecha gritar en el salón hacia un muñeco verde y pelo rojo-. No pasa nada, no suelen durar mucho, antes de que te des cuenta ya habréis hecho las paces.

El mayor simplemente susurró un 'eso espero', tapando su cara con sus brazos cansado. Sintió una enorme masa caliente subirse a su regazo, sonriendo ampliamente al ver a Don Gato mirándole fijamente a los ojos, pidiendo caricias. No dudó en frotar detrás de su oreja, escuchando los suaves ronroneos del animal.

Después de escuchar las quejas de Raúl sobre cómo su hijo pantera quería más a sus amigos que a él mismo y una buena taza de té de Borja, salió del piso de la parejita al sentirse más relajado, sonriendo mientras iba de camino a esa cafetería que daba esquina con su casa. Una caja de palmeritas y chocolate caliente era un buen modo de pedir disculpas.

Al parecer era cierto lo de que ambos compartían la misma neurona, ya que al llegar a casa lo primero que vio fue a un Alejandro ocupado en preparar una buena taza de café junto con las galletas favoritas del mayor, ambos pensando en disculparse mutuamente.

Rieron ante eso, comiendo juntos las delicias que le trajo el ajeno, incluso olvidando el por qué de su pelea.

Eso sí, volvieron a discutir al día siguiente.








Faltan 6

Luz de luna// Fargexby Donde viven las historias. Descúbrelo ahora