XX

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Algo en mi pecho se vuelve un torbellino, la puerta está abierta, ¿acaso esto es real?

Mi pecho sube y baja, mi corazón late más de lo normal, casi puedo escucharlo...

Pero Jeon JungKook lo ha escuchado mejor que yo, puedo sentirlo detrás de mí y el pánico que ahora me agobia de haberle desobedecido me carcome.

—Vete

Mis ojos expresan sorpresa, no me atrevo si quiera a voltear hacia atrás para tenerlo cara a cara, quizás esto es un acto sucio de su fanatismo por hacerme sufrir.

—Te estoy diciendo que te vayas

Su voz suena como a desprecio justo en mi oído y es que no puedo explicar de dónde mi cuerpo recupera fuerzas para moverse y echarse a correr por el pasillo hasta llegar al fondo y apretar el botón del elevador.

No tengo mente para algo más en este momento, la adrenalina galopa por mis venas y el "quiero" se vuelve algo fundamental en mi escape; quiero salir de este edificio y ver a papá, decirle que lo siento y aunque me debe muchas explicaciones sobre mi nueva realidad lo único que quiero hacer por ahora es refugiarme en sus brazos cálidos después de tanta frialdad; quiero ir al valle y buscar a Jong in, poder verificar que aún sigue vivo porque de no ser así, una parte de mí morirá para siempre.



Y heme aquí, como a un cordero desatado, con lágrimas en los ojos; tan cerca pero tan lejos del Prado.
Cuando el elevador se detiene y abre sus puertas me doy cuenta de algunas cosas que no debí haber notado cuando JungKook me trajo aquí:

No hay alguien que pueda ayudarme si quiera a hacer una llamada, no hay nadie. Pareciera como si este edificio fuese ocupado sólo por Jeon JungKook y por mí con anterioridad.

El ambiente es frío y por fuera parece que está peor.

"Vete"

Aquella voz no sale de mi cabeza, ¿en verdad quiere que me vaya?, ¿qué lo hizo cambiar de opinión?, ¿acaso importa eso ahora?

Ese demonio casi me asesina y ahora soy libre...




Narra escritor:

El sonido de las aves libres está sobre los árboles, el cielo está grisáceo y el sol es muy tenue.
La piel de Suni Soo luce más pálida de lo normal y su cabello largo y rojizo danza al compás del viento. Sus pies están descalzos y sucios por la terracería y ¿quién diría que Jeon JungKook fue a ocultarla en el viejo hotel "Han Nim" en lo alto de la montaña?

—Dios mío...

La suave voz de la pelirroja es casi un murmullo mientras avanza con cuidado de no tropezar con alguna roca o rama e incluso de no toparse con algún animal peligroso.
Si tan solo los ojos de Soo no estuviesen vendados cuando el Ghoul la llevó al hotel, se habría dado cuenta que tan peligroso es este lugar y seguro hubiese tomado sus precauciones antes de salir, aunque ahora ya no daría marcha atrás ni de broma.

El crujir de una rama la hace detenerse en seco.

Se queda quieta y sus ojos divagan por su alrededor, pero no hay nada ni nadie.
Vuelve a dar un paso y al no escuchar nada más se echa a correr.

Ghoul.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora