IV

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Toda la estirpe se ha vuelto caótica, el único ghoul que se tenía en conservación ha escapado de una forma brutal.

En la entrada del elíseo se encuentran los vástagos, mirando con repudio la escena junto a los demás integrantes del sabbat.
Kim Namjoon suspira, sus ojos están flameando de ira.
Una de los sobrevivientes cae de rodillas frente a ellos y con sus ojos cristalinos los mira en busca de protección.

—Él m..mencionó descendientes

¿Descendientes?, ¿acaso Kim Namjoon está escuchando mal?, según él los vampiros tienen el oído tan agudo como nadie, imposible que haya escuchado mal tremenda barbaridad.

—¿Solo eso?
—Es lo que a...alcance a escuchar desde mi escondite, solo eso...

Y bueno, aquello lo tomó como pista al momento de elegir a su mejor miembro del sabbat para ir en busca de esa carne fresca de la cual Jeon JungKook también está detrás al igual que un perro rastrero.

Mientras tanto, aquel olor tan dulce y a la vez tan amargo...
Entra por las fosas nasales del depredador; Soo sacude su cabello después de salir del cuarto de baño, justamente en su habitación. JungKook inhala aquel olor de carne fresca y sus colmillos comienzan a crecer mientras la observa desde el árbol junto a la casa de la pelirroja.

Soo es la persona más distraída y cabe mencionar que poco observadora por lo cual no se percata de bajar la cortina de su ventana y mientras ella se mira por el espejo a Jeon se le quita la sonrisa cuando estaba más que decidido a entrar y comer a la chica de una vez pues Soo ha quitado la toalla que cubría su cuerpo segundos atrás y la ha dejado caer al suelo para ponerse loción y humectar su piel.

Jeon traga fuertemente, no solo por el manjar que tiene en frente, si no porque jamás había visto el cuerpo de una mujer a tal nivel. Siempre ha estado encerrado en el elíseo, evitado por los demás excepto por los vástagos y ese chiquillo llamado Soobin el cual se preocupaba en llevarle de comer así que es más que evidente que jamás, desde sus cientos de años de vida, ha estado con una mujer, ni siquiera las había visto con deseo más allá del alimento.

—Así que su olor es más potente que cualquier ser humano, nada difícil de encontrar a los descendientes de Lucifer

JungKook casi se cae para atrás al escuchar la grave voz de Kim Taehyung, uno de los vástagos más poderosos que sirve a Kim Namjoon.
Sus ojos se vuelven rojos y los colmillos se asemejan al de una bestia cuando se siente atacado.

—Tranquilo Jeon, ven a las buenas y prometo ser bueno contigo

Una sonrisa sutil se forma en los delgados labios del pelinegro haciéndolo ver más macabro de lo que ya parece por su aspecto de depredador.

—No hasta que la sangre de esa chica sea mía, Taehyung

Ghoul.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora