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Quizás sea cuestión de tiempo para que lo olvide, quizás pronto deje de dolerme el corazón como lo está haciendo ahora. Aún no logro comprender porque esta situación está doliéndome más de lo debido. Sus ojos color miel hacían contraste con la suave luz del sol, ambos cortábamos flores del gran jardín que poseía la gran casa y me sonreía, o también recuerdo cuando "dormía" a mi lado, sus ojos cerrados y los leves rizos de su cabello caían sobre su rostro, o cuando se sentaba frente a mí esperando que me terminara la comida del plato...cuando sus labios encajaban tan bien con los míos; fuera de lo carnal, de lo pasional yo realmente me sentía que pertenecía a un lugar y hasta ahora lo entiendo, ni siquiera sé si está bien o está mal, pero lo quiero.
Ya han pasado siete meses y aún sigue doliendo como la primera vez que desperté y me di cuenta que él no estaba. He intentado concentrarme y evadirlo del pensamiento, pero luego aparece adueñándose de mi mente y luego recaigo.
Pero no todo es tan deprimente, he intentado incluirme un poco más en las actividades de la familia de Jong In, hemos hecho algunas fogatas por las noches, cantamos, bailamos, asamos bombones, también he ayudado a Jong In a llevar leña a la bodega e incluso a la ciudad también llevamos a algunos locales para venderla; en cuanto a la escuela tomo clases particulares como Jong In siempre lo ha hecho y me gustan más que ir a la preparatoria. Papá me visita mucho, he incluso ya hemos salido a comer solos a la ciudad, papá también me ha contado que espera que no muy lejos en el tiempo pueda regresar a retomar mi vida como antes, en mi hogar...aunque honestamente eso me emociona mucho lo creo poco posible, mi vida ha sido marcada y seguramente jamás podrá ser la misma.

—Laka, te tengo una propuesta

Jong In entra a la sala de estar interrumpiendo mi concentración al ver pretty little liars, por ahora tengo una obsesión.

—¿Ah si?, ¿qué podría ser mejor que este plan? —me señalo a mí misma acostada en el sofá cubierta con una mantita calentita.
—Voy a tatuarme —Lo dice sin dejar de sonreír de oreja a oreja.
—¿qué?—no me la creo.
—Ya tengo la cita, es en el centro de la ciudad. Es un chico que he buscado en internet y me ha gustado su trabajo
—¿y tus papás?, ¿qué van a decir?
—Ellos ya saben, me tatuaré el símbolo de nuestra tribu en el pecho, así que ¿me acompañas?

Y bueno, heme aquí caminando junto a mi mejor amigo en una de las calles de Seúl. No hay muchas personas, solo unas cuantas caminando tranquilas o saliendo de algunas tiendas de conveniencia. La zona parece tranquila, aunque a lo lejos parece que escucho un poco de música. El género de esa música es metal, puedo reconocerlo; cada vez se hace más fuerte hasta que sé de donde proviene.

—Llegamos —sonríe.

¿Un club nocturno?, "Ouroboros" ese nombre está en la cima del establecimiento en color púrpura neón, el establecimiento tiene un look muy underground, no me da mucha confianza.

—Anda, se nos hace un poco tarde —toma mi mano con suavidad y siento algo en mi vientre que recorre hasta mi pecho. Si él confía en este lugar ¿quién soy yo para dudar?.

Subimos las escaleras hasta llegar frente a un tipo alto y fortachón, pero de esos que no dan buena espina.

—¿Reservación?
—Vengo con Han Lee, me mandó la ubicación y aparece Justo aquí...
—Oh, el tatuador —la mirada del hombre va hacia mí y la piel ya se me ha puesto de gallina. Miro a Jong In y al fin parece un tanto desconfiado también. —Pasa, tendrás que pasar a toda la gente del club, las escaleras te llevarán al piso dónde Han te atenderá —quita la cadena de la entrada y con su mano nos señala que podemos pasar
—Muchas Gracias

Jong In sujeta con más fuerza mi mano y nos adentramos a un ambiente completamente nuevo para ambos. Las luces neón son el ambiente principal y la música suena con más altitud que hasta lastima mis oídos.

—No me gusta este lugar —anuncio aunque no sé si me ha escuchado.
—Estoy alerta, no te voy a soltar

Bueno, me ha escuchado. El lugar está lleno, la gente se mueve de aquí allá alocada con su cabello; ambos nos abrimos paso entre personas tatuadas y desaliñadas hasta llegar al otro extremo y subir las escaleras, aún sin soltarnos de las manos. Al estar arriba, nos encontramos con un pasillo con el ambiente rojizo Gracias a la luz neón. Hay varias puertas y al avanzar nos damos cuenta que pertenecen a varios tatuadores.

—Oh, es él —menciona mi amigo al ver al sujeto preparando su material.

El tipo parece buen hombre, muy amable y risueño, está todo tatuado y aunque parece imponente realmente te brinda esa confianza desde que le dices: buenas noches, ¿podemos pasar?.
Mi amigo parece disfrutar el proceso, ambos no paran de platicar mientras le tatúa el pecho con el símbolo de los Tanoana y yo realmente estoy cansada de estar sentada.

—Disculpa, ¿qué tan seguro es que me levante a dar una vuelta por el lugar?
—Ni lo digas —me advierte Jong In.
—En realidad es seguro, aquí no ha pasado nada solo afuera del lugar han habido algunas peleas clandestinas, aunque te recomiendo que solo observes por el balcón, hoy vino mucha gente
—Bueno —me pongo de pie y camino hacia la puerta
—Soo...

Miro a Jong In y le sonrío.

—Tranquilo, no bajaré, solo miraré por el balcón. Te lo aseguro

Salgo al pasillo y capturo algunas miradas de chicas o chicos que pasan por el pasillo, pero nada más. Me recargo sobre el balcón y observo, me parece de alguna forma interesante todo aquello que desconozco y este lugar de alguna manera parece magnético, quizás porque es 100% diferente a lo que estoy acostumbrada. Acomodo un mechón de mi cabello detrás de mi oreja y observo abajo con detenimiento. Chicos y chicas besándose descaradamente, personas bailando, bebiendo, fumando...

¿Estoy viendo bien?
El chico de abajo gira su cabeza y levanta la mirada hacia mí. La piel se me eriza, mi corazón palpita a mil por hora y un sentimiento extraño y excitante proviene de mis entrañas. JungKook, no cabe duda, es él; tiene un cigarro en una de sus manos y lo lleva entre sus labios para darle una calada sin dejar de mirarme.

—Jeon... —susurro para mí y sin dudarlo camino hacia las escaleras para bajarme e ir hasta él, pero entonces él se da cuenta y comienza a avanzar entre la gente rumbo a la salida.

¿Qué? ¡NO!, ¡espera!
Comienzo a bajar con rapidez y a abrirme paso entre las personas las cuales me miran con molestia cuando las empujo para poder pasar. No puedes volverme a dejar, JungKook, por favor, no me abandones.

Ghoul.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora