XXXII

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Narra Soo.

Una lágrima cae por mi mejilla y la limpio rápidamente con mi mano desocupada para evitar que Kim Taehyung me mire, pero...

—No tienes porque sentirte de esa manera, sabes bien que te lo hemos advertido —dice mientras me desinfecta la herida con un poco de alcohol, yo cierro mis ojos.
—Si bueno, yo no soy como ustedes —abro nuevamente mis ojos y me atrevo a mirarlo a los suyos, esos ojos amielados que no siempre permanecen de la misma manera, me gustaría que así fuera. — Eligieron una humana un tanto vulnerable, en todos los sentidos —desvío la mirada, al parecer no puedo soportar la suya durante mucho tiempo.
—Eso crees tú —sonríe sin quitarme la mirada de encima. —No estás aquí por ser linda, muchos de nosotros te están buscando
—Quizá es porque soy fácil de cazar —río con nerviosismo sin mirarle.
—Bueno, tú sí, pero Jeon y yo no y por eso sigues viva, aunque eso es otro asunto
—De todos modos voy a morir...y tienes razón, siempre me has advertido lo peor...

Él no dice nada, comienza a vendar mi herida sin mirarme.

—No quiero morir...—divago con mis palabras.
—Todos los humanos morirán algún día, incluso seres como nosotros lo haremos si nos descuidamos. No hay que temer a la muerte, Soo —me mira y yo lo miro. —La muerte es lo único seguro en este mundo, recíbela con plenitud cuando te toque

Lleva una de sus manos a mi mejilla, algo raro, pero no me muevo, me quedo quieta ahí, mirándole mientras que sus suaves dedos acarician mis mejillas. Mi corazón se acelera al igual que mi pulso y aunque intento parecer calmada sé que Taehyung sabe cómo me encuentro en realidad. Otra lágrima vuelve a escaparse, un puchero se ha formado en mis labios y apenada desvío la mirada; ya ni siquiera sé si eso me asusta o lo espero con ansias, a veces solo quisiera desaparecer, ya no saber absolutamente nada...perderme en la...nada.

—Listo, ya quedó observo mi mano vendada y me limito a sonreír un poco.
Después de aquello, el día no fue tan mal, no mire a JungKook por ningún rincón de la casa y eso de alguna forma me tranquilizó aunque al pasar los días comenzó a preocuparme el hecho de que no estuviese aquí.

—Si, claro, pretendo ir al elíseo en cuanto pueda

Mi padre me enseñó que no debo escuchar las platicas ajenas, aunque en este punto no debería importarme aquellos valores que no me han traído más que sumisión. Escucho atenta cerca a la puerta, Taehyung parece hablar con alguien más dentro de la habitación.

—Sigo sin rastro de ambos, pero como ya he dicho, pretendo dar mi reporte al sabbat en cuanto llegue al elíseo. Claro, disfrute la noche.

Escucho un suspiro que viene de su parte, estaba hablando por teléfono porque he escuchado cuando ha colgado.

—Sé que estás ahí, ¿aún crees que no puedo percibirte? —pregunta, pero yo no me muevo, ya no me preocupo por huir o asustarme; lo que ha de pasar pasará sin más

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Sé que estás ahí, ¿aún crees que no puedo percibirte? —pregunta, pero yo no me muevo, ya no me preocupo por huir o asustarme; lo que ha de pasar pasará sin más.
—Sé que puedes hacerlo...
—Ven aquí

Me atrevo a salir de mi escondite detrás de la pared y camino dentro de la habitación que huele notablemente a café y un toque de tabaco. Taehyung está sentado en un sofá sin quitarme la mirada d encima.

—Siéntate —señala el sofá frente de él y me siento.

—¿Qué sucede? —pregunta. —¿qué necesitas saber?
—Solo quería ver si hablabas con...con alguien importante
—Si, hablaba con un consejero del sabbat
—Oh, ya veo

Suelta una pequeña risa y mis mejillas comienzan a calentarse.

—Tú querías ver si estaba hablando con Jeon—bajo la mirada apenada.
—Mhn...pues...si, así es —respondo con la verdad.
—Es un estúpido orgulloso, no esperes mucho de él
—Solo es que...no lo he visto en cinco días y...estoy...¿preocupada? —ni siquiera sé lo que estoy diciendo. La sonrisa de Taehyung se desvanece.
—No deberías, ese idiota asesinó a casi todos los vampiros que estaban en el elíseo el día que escapó, créeme, puede cuidarse solo

Pero eso no me convence, lo miro y sé que él sabe que dudo de él.

—Seguro andará por ahí, quién sabe
—Tú sabes —aseguro. —sé que puede cuidarse solo, pero solo hay alguien que puede con él y ese eres tú
—Niña, no tengo necesidad de matar a esa escoria si tú estás conmigo. La única forma de que yo lo asesine es porque te asesine o te lleve con él. — se inclina un poco hacia mí, recarga sus codos en sus rodillas y su mirada se vuelve profunda. —Mientras estes en mi territorio nada podrá dañarte, a menos que yo lo permita o yo mismo lo haga

Mi piel se eriza, pero me quedo callada, no se me ocurre algo más que decir...
Se pone de pie, toma su abrigo de color tinto y comienza a caminar hacia la puerta de la habitación.

—Saldré a la ciudad —giro mi cabeza para verlo. — tengo que ver a alguien, tú permanece dentro y nada va a pasarte, pero si decides cruzar la puerta de salida prepárate para ser devorada por algún animal salvaje o algún otro de nosotros que ande por aquí

Bajo la mirada y asiento. —Está bien...no me iré...

Ghoul.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora