Ghoul.

XXXI

El olor a sangre nunca ha sido el favorito de Soo, mucho menos después de haber conocido a Jeon, puesto que un charquerío de sangre fue su primera visión al conocer lo que de verdad es. La mesa de mármol que está en la cocina está de la misma manera, hay sangre por doquier y los ojos de la pelirroja están más grandes de lo habitual por la sorpresa y el terror  de estar viendo la escena: Una mujer sobre la mesa, brazos extendidos, la mirada no muestra ningún brillo, está pálida y un Jung Kook sin control le está devorando los intestinos; está sobre de ella como un animal.

Los pies de Soo comienzan a moverse, corre por el gran pasillo, sabe que de todos modos va a morir, pero ¿qué más da si lo intenta?, huir de la muerte es tan ilógico como huir del amor.

—¿Porqué?

Se pregunta mientras corre aterrorizada y con el corazón roto preguntándose el porqué Jeon ha hecho tal barbaridad otra vez. El pasillo comienza a tornarse obscuro y de repente está corriendo en la nada, una tremenda obscuridad sin principio y sin fin;
Su corazón late a mil por hora, ¡es una maldita pesadilla!, pero ¿cómo escapar de ella?

—Shh...

Unos brazos la rodean por la espalda para sostenerla en el abismo en el cual se encuentra.

—Tranquila—esa voz tan peculiar. Taehyung.
—Ayúdame...—susurra con miedo, ¿porqué estaba pidiéndole ayuda a otro ser que desde un principio la trató como escoria?

Taehyung sonríe ladino y suspira junto al oído de la pelirroja causándole escalofríos.

—¿Jamás vas a olvidar el pasado?

Soo no sabe que responder.

—Si tan solo me dejaras entrar en tu mente cómo se debe...—susurra en su oído. —No estarías tan atormentada...

La gira para ponerla frente a él, sus ojos color miel hacen contacto con los suyos.

—¿Tú estás provocando esto en mí?
—Shh...ya viene

De repente la suelta de su agarre y desaparece. Soo se encuentra sobre uno de los grandes pasillos de la casa, escucha un gruñido y se gira con rapidez para poder ver a Jeon salir de las sombras; lleva una de sus muñecas a limpiar sus labios manchados de sangre.

—¡Estoy soñando! —lleva ambas manos a cubrir sus ojos, no hay necesidad de correr, no hay cómo escapar del subconsciente...
Pero el pelinegro está más cerca, está frente a ella, puede sentir su respiración agitada.
—Despierta...despierta —se dice a sí misma sin destapar sus ojos. —un gruñido se hace presente cerca de su oído y de nuevo se ha puesto a temblar.

—Mate a Jong In...

Abre los ojos de una y se reincorpora con el corazón agitado. Se percata que tiene la muñeca vendada, pero aún le duele un poquito; mira hacia su izquierda y ahí está, sentado junto a la ventana, no lleva ninguna polera puesta, su piel pálida está al descubierto, tan solo lleva puestos unos pantalones de pijama y la luz de la luna contrasta con él de verdad.

—¿Pesadillas? —pregunta sin quitar la vista del ventanal.

Soo suspira y le quita la vista de encima para perder su mirada sobre sus sábanas.

—Lo tomaré como un sí
—Ya no sé ni cuando estoy soñando...
—¿Otra vez Taehyung?
—Si...
—Creí que ha te habías acostumbrado
—Es que está vez fue diferente...
—¿En qué?
—Tú...volviste a asesinar...
—¿Eso te sorprende?