XLII

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Narra escritor.

JungKook no había parado de beber alcohol después de comprender que su vida ya no era la misma que hace unos meses. A pesar de que se escondían sabían que no les quedaba mucho por ser descubiertos, pero el simple hecho de estar entre los mortales podría darles ventaja de tiempo.

—Estás bebiendo demasiado —pronuncia Taehyung no muy contento mientras están en el comedor merendando un nuevo animal traído por Soobin, pero JungKook no contesta, ni siquiera lo mira. —Jeon, estoy salvándote el cuero, deja de comportarte como un estúpido
—Jamás te he pedido que hagas algo parecido por mí
—Si es por Suni Soo deberías comprender que también le estamos salvando el pellejo
—No me quejo por eso y lo sabes
—Pero desde que la dejamos con ese licántropo tú no paras de actuar como idiota
—¿porqué te importa?

Jeon lo mira con desagrado y rencor. Taehyung se queda callado, solo le mira.

—No soy tu responsabilidad ni tu servicio de caridad, lo que sea que estes intentando salvar de mí ya no me interesa

Jeon se pone de pie y avienta sobre la mesa la servilleta de tela que utilizan para comer. Taehyung se queda callado, últimamente se  mentalizaba  en mantenerse con vida, pero con altas probabilidades de muerte, mientras que Soobin, el más joven se ha quedado estático, su ídolo siempre había sido Jeon JungKook, pero esta vez sin duda sabe que quizá no esté en lo correcto.

La primera vez que JungKook miró a Soo dentro del club se congeló, no sabía cómo en una ciudad tan grande pudiese encontrarla y aunque Taehyung le tenía prohibido ir a la ciudad JungKook no le hizo mucho caso al asistir seguido a ese lugar; ahí se tatuó su brazo completo y algunas partes de su pecho, torso y espalda a parte de que se perdía gran parte en el alcohol. Su mirada se perdió en cuanto la vio sobre el balcón observando a las personas moverse al ritmo de la música y aunque él no estaba más que de pie fumando un cigarro pudo ser detectado por Suni Soo; su cabello estaba más largo que la última vez que la miró, ese cabello pelirrojo que la hacía destacar entre la gente y esa energía tan clara que resplandecía, nada comparada con la gente del lugar. Ahí estaban ambos, conectando con la mirada sin saber cómo llegar al extremo del otro y envolverse en un abrazo.
El corazón de Jeon comienza a latir con fuerza y un tormento de emociones comienza a desestabilizarlo y a revivirlo. Soo comienza a caminar con rapidez y trata de no perderlo de vista, pero Jeon es más rápido   Y se mueve entre la multitud para salir de ahí y perderse entre la obscura noche.
De ahí no hay más. Quería verla de cerca, hablar con ella y besarla hasta el cansancio, incluso si se pudiese beber un poco de ella...si saben a lo que me refiero. Jeon sabe que no puede estar cerca de ella o esa idea le ha metido kim Taehyung para mantenerse con vida; y es así que llega al apartamento en el que se están hospedando sin dejar de pensar en lo que le acababa de ocurrir, aún se sentía que había hecho lo peor, irse sin ni siquiera dirigirle la palabra.

—Llegaste

Taehyung se encontraba sentado en el sofá de piel negra de la sala de estar cuando Jeon prende la luz.

—Vaya, no eres ciego — el pelinegro comienza a caminar.
—La viste, ¿no es así? —Jeon se detiene en seco— a Soo. Sigues sin entender lo complicada que es nuestra situación
—Ni siquiera sabía que iba a estar ahí...no hablé con ella, me fui de ahí antes
—Jeon —Taehyung suelta una leve risa de frustración— Acabo de tener otras cuantas visiones

JungKook se gira y camina de vuelta para sentarse en otro de los sofás.

—¿Qué viste?
—¿Ahora si te interesa?
—Deja de actuar como nena y dime si tus visiones incluyen a Soo

Ghoul.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora