Ghoul.

V

Taehyung muestra su sonrisa ladina hacia el incrédulo joven para después enfocar su vista en la chica que ha comenzado a vestirse sin percatarse de las bestias de la noche y ahí su ambición también se apoderó.

—Entonces veamos quién toma esa sangre primero Jeon

Taehyung tan solo quiere dar un primer movimiento pero tan rápido como puede JungKook lo ha detenido del brazo para después lanzarlo al pavimento, no tiene duda en acabar con él.

Taehyung está envuelto en la cólera y como puede se pone nuevamente de pie cuando JungKook llega a pararse frente a él.

—Yo la he encontrado primero
—No seas ambicioso, llevémosla juntos al elíseo y...
—¡No!, yo sé que me encerrarán y me privarán de probarla

Y bueno, Jeon JungKook tiene razón, ese es su destino o incluso peor si el menor se deja envolver en las garras de su mayor; a Taehyung no le queda más que sonreír e imaginarse un juego absurdo pero que podría funcionar, sobre todo porque está aburrido de la monotonía y desea divertirse un poco con ambos seres, tanto con el ghoul como con la humana.

—Entonces hagamos algo, veamos quien la consigue primero, no lo hagamos a la primera ni tan apresurado, elijamos el momento justo para cazarla. Si yo gano, tú vienes conmigo y aceptas tú castigo por tus absurdos actos de chaval pero si tú ganas, te quedas con ella y yo digo al sabbat y sobre todo a los vástagos que no pude encontrarte...

Jeon lo mira tentado a su oferta pero no muy convencido en su palabra, sabe que Kim Taehyung es bien conocido por sus estrategias y su inteligencia dentro de los vástagos.

—No me interesan tus patéticos planes, la comeré cuando quiera, no dejaré sobras  para ti ni para nadie, no necesito de tus órdenes, no necesito del sabbat para sobrevivir, así que dejen de buscarme y provocarme
—Entonces me obligarás a matarte

Cuando el menor está a punto de contestar las luces de una furgoneta  los percata a ambos seres y deciden esconderse en la obscuridad para no ser vistos.
La furgoneta Chrysler Voyager 1985 se estaciona frente al hogar de la pelirroja, el moreno que está dentro de esta suspira y toma el empaque del café hawaiano que trajo de su último viaje a Honolulu. Kim Jong in baja de su furgoneta y se apresura a subir las pequeñas gradas que lo encaminan a la puerta de la casa.
Pero antes de golpear la puerta con sus nudillos puede percibir que algo no está bien alrededor.
Gira un poco su rostro y mira hacia las hojas de los arbustos que se mueven con el viento...

Está tan concentrado que...

—¡Joder!, Dios, Jong in, me metiste un susto tremendo

Dice el hombre que ha abierto la puerta de madera para disponerse a tirar la basura de su hogar.

—Buenas noches señor, lamento tanto haberlo asustado —Dice el moreno apenado de no haber tocado antes.
—Tranquilo, no importa, me alegro que hayas vuelto, Soo habla de ti todo el tiempo y de lo mucho que te extraña

Por mucho que signifiquen estas palabras para Kim Jong in no es el momento de soñar alto, hay algo que lo incomoda, hay algo que sabe que no está bien.

—¿Ah sí?, ¿Qué le parece si yo voy a tirar la basura y usted va y le dice que la han venido a buscar?, quiero sorprenderla
—No te molestes muchacho, déjame ir a tirarla yo y espera en la sala

Pero el moreno se apronta a tomar la bolsa de basura y arrebatarla de las manos del mayor.

—Insisto, vuelva adentro

Para no parecer tan irrespetuoso termina regalándole una leve sonrisa y así darse prisa a tirar la basura en el bote de desechos frente la calle.
El hombre lo mira extraño, pero no pone mucha atención al asunto volviendo nuevamente dentro su casa
Mientras que Jong in no podía dejar de tener esa horrible sensación tras de su espalda, sus fosas nasales se agrandan un poco y su inquietud crece el doble cuando escucha un arbusto moverse en la parte de atrás, pero al girarse...no hay nada.

Sin embargo, el peligro sigue ahí, existe; bajo las tinieblas y la frialdad de la noche.