OS 142. EL BARCO DE ESTOICO

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POV NARRADOR

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POV NARRADOR

... Que las valkirias te den la bienvenida y te guíen por el gran campo de batalla de Odín, que canten tu nombre con amor y furia para que lo escuchemos alzarse desde las profundidades del Valhalla y sepamos que has tomado el lugar que te corresponde en la mesa de los reyes, porque ha caído un gran hombre, un guerrero, un jefe tribal, un padre, un amigo...

Hipo respiró profundo y lanzó aquella dolorosa y mortal flecha en llamas.

Aún ni siquiera podía caer en cuenta en todo lo que había pasado en tan poco tiempo ¿era real ese aire?

El barco que veía al frente flotando en llamas, ¿enserio era el de su padre?, ¿había caído por el fuego de su mejor amigo?... ¿había perdido a su compañero?... O solo era un mal sueño del que suplicaba despertarse.

Cuando sintió el viento quebrarse por el resto de las flechas lanzadas hacia aquel barco a su espalda cayó en cuenta, todo aquello era dolorosamente real.

Dejó escapar una lagrima, solo una antes de respirar profundo, solo entonces, sintió a una pequeña intrusa llegar a sus brazos y refugiarse en su pecho. La abrazó y limpió aquella lágrima en el cabello de su protegida antes de acariciarlo.

Astrid miraba a la nada, sabía que decirle cuando estaba en conflictos con él mismo, pero ¿Cómo podría darle consuelo en ese momento?, ¿Cómo podía borrar el dolor de aquel al que abrazaba?, ¿Cómo podría decirle que todo estaría bien?...

Valka miró el barco flotar, aquel hombre al que la vida le había dado una segunda oportunidad de amar, lo perdía de nuevo frente a sus ojos, nunca pudo decirle que a pesar del tiempo, aún lo amaba.

Centró entonces su mirada en aquel que estaba al frente, aún no entendía bien de él y su vida, pero con lo poco que lo conoció comprendió una cosa, tenía el alma de un líder.

No pudo evitar mirar con ternura aquel momento en que el castaño besó su cabello antes de recargar su quijada de ella y volver a mirar al barco de Estoico, ya sabía que era su pareja, era obvio, pero apenas comenzaba a entrar en el mundo de un amor tan tierno y entregado como el de aquella pareja que trataba desesperadamente de consolarse el uno al otro.

-Papá lo siento- murmuró el castaño tragando saliva –no soy el jefe que tu querías que fuera, y no soy el protector de la paz que yo creía ser...- Astrid solo cerró los ojos y lo dejó conciliarse con su propia mente –yo no sé...- ya no pudo continuar.

Valka caminó discretamente hacía ellos y sostuvo el hombro del castaño sin dejar de mirar aquel barco en llamas.

-Llegaste a este mundo antes de tiempo- comenzó a contarle –eras una cosita diminuta... tan delicado, tan frágil, temí que no sobrevivirías... pero tu padre jamás lo dudó- Astrid abrió los ojos y miró atenta a Valka –siempre supo que te convertirías en el más fuerte de todos... y era verdad-

Hiccstrid: One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora