Este libro compila algunos momentos Hiccstrid que me hubieran gustado enormemente ver en RTTE, porque aunque amo la serie admito que dejo muchos vacíos emocionales hiccstrid en mí.
Cómo verán más adelante los capítulos llevan un orden cronológico...
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POV NARRADOR
Patapez sin dudarlo ni un segundo había decretado que el largo y congelante viaje había valido la pena cuando llegó al viejo archivo, un mar de escritos, relatos, remedios, la traducción de paraíso para el chico.
Los gemelos ya estaban en lo que mejor sabían hacer, causar estragos entre las casas abandonadas, los almacenes de provisiones que debido a la temperatura estaban hechos hielo y jugando avalanchas en las zonas de entrenamientos.
Dos chicos vagaban en diferentes caminos en la búsqueda de los mismos ojos azules, Hipo revisaba cada una de las cabañas, buscando a la rubia que se le había perdido de vista, pero empapándose por la vida de los nórdicos, tan similar y diferente de los vikingos de las aldeas del archipiélago. Patán al contrario iba con un solo objetivo en mente, Astrid.
Astrid estaba sentada en el suelo frente a una chimenea de una de las cabañas más lejanas con Chimuelo y Tormenta protegiendo cada uno de sus costados echados, por supuesto Chimuelo dormido panza arriba y Tormenta vigilante, de la nada él se sentó a su lado y fue prisionera por un abrazo mientras este besaba su cabello y la atraía a su pecho.
-No debí traerte aquí- le murmuró el castaño mientras Astrid se acomodaba en dicho abrazo.
-No, si debiste- le respondió la chica –me da paz mental saber que ya no está en mi lista de cosas que hacer- Hipo dibujó una sonrisa de lado
-Oooh Astrid...- dijo Patán entrando en un tono cantado haciendo a la pareja girar un poco hacia atrás -agg el una pierna llegó primero- se quejó
-Patán ¿Qué quieres?- le preguntó irritado Hipo
-Yo venía buscando a esta belleza de mujer... ¿es que tú no te puedes despegar de ella?-
-Tormenta- le ordenó de malas a su dragona, inmediatamente la dragona lanzó varias espinas haciendo correr a Patán a la salida, Astrid despreocupada volvió a acomodarse en el pecho de Hipo y este apretó el abrazo mientras recargaba su cabeza sobre la ella y se envolvían en una cómoda atmosfera.
-¿Es impresión mía o Patán está más molesto de lo normal?- preguntó Hipo
-Que comparta mi aire es suficientemente molesto para mi... mi parámetros son muy bajos- Hipo dejó escapar una risa divertida para después dar paso a un cómodo silencio.
***
-¿Cómo vamos?- preguntaron los gemelos
-Estoy muy cerca... pero sigo sin entender ¿a mí en que me beneficia hacer enojar a Hipo?-
-Dah... pues hacerlo enojar- contestó en tono obvio Brutilda
-Además amigo mío, esta investigación se reduce a objetivos meramente científicos- le explicó Brutacio abrazándolo por el hombro
-¿Kha?- preguntó confundido el chico
-Como todos sabemos, el límite de "Hipo don Bondadosin y nunca me enojo" es Astrid, ya lo hemos conocido cuando se pelea con Astrid...-