Este libro compila algunos momentos Hiccstrid que me hubieran gustado enormemente ver en RTTE, porque aunque amo la serie admito que dejo muchos vacíos emocionales hiccstrid en mí.
Cómo verán más adelante los capítulos llevan un orden cronológico...
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Shot basado en RTTE cuando Hipo trata de manejar su traje de vuelo y rescatan a un aguijón veloz
POV NARRADOR
Los jinetes regresaron a la Orilla con el aguijón herido en una jaula, la noche ya había caído y el pequeño estaba más activo y asustado, apasionado por los dragones y con facilidad a curarlos Patapez se ofreció a ser el encargado de curarlo, pero en ese momento, el pequeño dragón no era el único con heridas.
-Agg ¿Dónde está?- se quejó Hipo mientras revoloteaba por sus cosas en su cabaña –auch auch auch- decía con cada movimiento brusco mientras buscaba el ungüento que Gothi preparaba para los golpes fuertes, esa noche en verdad lo necesitaba –con mil demonios quien lo haya agarrado juro que lo mato-
-Tendrías que vencerme primero- dijo una rubia recargada en el marco de la puerta de la cabaña con el frasco
-ASTRID.. ouch- gritó del susto mientras sentía un agonizante dolor por haber volteado tan rápido
-¿Tengo que recordarte que tú me lo diste durante la crisis de los Gronckles y obscuridad profunda?- decía mientras pasaba, comenzaba a tomar el agua calentándose y acomodaba los paños de tela
-Ese Gronckle te hizo pedazos- recordó risueño Hipo mientras se quejaba al sentarse
-Si bueno lo mío fue accidental, lo tuyo fue idiotez en su estado puro... -
-Oh no fue para tanto, la próxima vez será mejor- continuaba mientras se deshacía lentamente de su armadura –estoy odiando esta cosa- se quejaba mientras trataba de sacar la manga izquierda
-Déjame ayudarte- se ofreció para jalar de la manga y dejar su armadura acomodada sobre el sofá –y por cierto, lo intentas una próxima vez y yo misma te mato-
-La rubia puede llegar a ser tan melodramática- se burló Hipo con los ojos en blanco, después un golpe suave, pero muy doloroso en esos momentos sobre el hombro lo hizo arrepentirse
-Y el castaño puede llegar a ser un completo idiota cuando se trata de su propia vida- le respondió mientras tomaba el paño y lo remojaba en el agua caliente –ahora déjame ver que tan grave es- le pidió Astrid con los brazos cruzados
-Puedo curarme solo- le respondió al darse cuenta de lo que implicaba que ella lo curara
-Bien, si puedes tomar este trapo, te dejare curarte solo- le dijo frente a el mientras lo levantaba sobre su cabeza, Hipo estiro torpemente el brazo apenas unos centímetros, el dolor no le permitía mover el hombro mucho más –ves ni siquiera puedes levantar el brazo... - se burlaba de él y sus vanos intentos
-Bueno- dijo un tanto avergonzado mientras se levantaba de a poco la camisa. Astrid no pudo evitar mirarlo, era tan seductor y provocativo aquel movimiento, la forja, el entrenamiento con dragones, su nuevo interés en aprender a manejar las espadas, todos habían hecho un gran trabajo con el chico, Astrid tuvo que luchar contra su cuerpo para evitar morderse un labio ante tal vista... ¿es que este tipo acaso tenía algún defecto? -¿le gusta lo que ve M'Lady?- se burló Hipo al notar a la perdida mirada de Astrid
-Por supuesto... amo ver tantos moretones y cortadas- dijo sarcásticamente mientras luchaba con el nerviosismo que le provocaba
-No es para tanto- se quejó mientras Astrid se ponía a su espalda
-Créeme, si es para tanto- le dijo al notar su espalda, prácticamente tenía más morado que color piel, Astrid paso de un estado de excitación a preocupación y pena, ella sabía de golpes, y sabía que al menos esta noche, Hipo en verdad tendrá problemas para superar el dolor
Comenzó a poner el ungüento generándole un estremecimiento al chico que era disfrazado como una consecuencia de las frías manos de Astrid sobre su espalda, pero que en realidad era producto del tacto mismo de la chica, tan delicado, tan suave y perfecto.
-¿Te duele mucho?- preguntó una suave voz que no dejaba de hacer movimientos circulares por la espalda de Hipo
-Viviré- le respondió el castaño rezando a los dioses que ese momento nunca terminara
-Hipo no vas a aguantar el dolor- le dijo afligida, tono que el mismo Hipo identifico
-Tranquila pequeña soy un sobreviviente- bromeo un poco
-No, eres un idiota- le corrigió ella mientras dejaba el ungüento y se arrodillaba frente a Hipo mientras comenzaba a limpiar su torso, una parte de ella estaba claramente nerviosa y apenada por aquel contacto y cercanía, otra parte estaba aferrada a dejar tan limpias las heridas como fueran posibles, si esto se infectaba, curarlo sería más difícil, de por sí, ya habían pasado varias horas con la sangre secándose sobre una tela no limpia.
-Agg- se quejó mientras el paño de agua húmeda rozaba con la primera gran rasguñada
-Lo siento sobreviviente...- se disculpó mientras recibía una sonrisa
-Supongo que me lo merezco- admitió tratando de relajarla, no toleraba que la gente pasara malos momentos por su culpa, mucho menos Astrid
-Definitivamente te lo mereces, Hipo solo, prométeme que tendrás cuidado- decía mientras cambiaba de trapo y curaba la otra herida
-Pero es Astrid Hofferson, la experta en generarme crisis emocionales cada que le da la gana ponerse en riesgo la que me lo pide-
-Sí, esa misma- le dijo sonrojada al escucharlo. Se puso de pie y comenzó a tomar los vendajes –último momento doloroso ¿listo?-
-Dolor... me encanta- decía sarcástico mientras Astrid comenzaba a vendarlo, aunque el dolor era mucho, Hipo trato de contenerlo en discretas quejas.
-Listo- suspiro mientras verificaba que todo estuviera en orden –ahora ve a tratar de dormir, cuando los golpes se enfríen, te apuesto que vas a sufrir- se burló ella mientras comenzaba a tomar los trapos ensangrentados y bandejas con agua
-Déjame limpiar al menos- le decía tratando de quitarle las cosas de la mano
-¿Quieres hacer algo?... sube a tu habitación y duerme- le dijo en tono de orden
-Aún tengo que ver cómo va Patapez y cerrar la Casa Club- decía mientras trataba inefectivamente de ponerse su túnica
-Yo me encargo de todo, tú duerme- insistía la chica, al ver que el chico no estaba dispuesto a ceder dejó las cosas sobre la mesita de madera y le arrebato la camisa
-Cuidado M'Lady, primero necesita invitarme a una cita... no soy un chico fácil- bromeó mientras Astrid ponía los ojos en blanco
-Ja ja ja- se reía sarcásticamente para después acercarse a él dejando apenas milímetros entre ellos, una mano muy suavemente puesta sobre su hombro y otra que comenzaba a juguetear con su pecho dejaron al vikingo sin una sola palabra que decir, mientras Astrid encontró un enorme placer en verse capaz de poner en ese estado al seguro Hipo –créeme Chico Dragón, si yo quisiera, en este momento me rogarías que te quite incluso los pantalones... - le decía con la voz más seductora que podía poner, mientras se acercaba lentamente a sus labios -lástima que no te puedas ni mover- le dijo guiñándole un ojo para después alejarse sin más de el -ahora deja ser un llorón y vete a dormir- le advirtió mientras tomaba las cosas y sonreía orgullosa al ver al inmóvil y callado castaño. Punto para Astrid.
A Hipo le tomó varios minutos, y algunos golpes de Chimuelo recuperar la cordura, nunca había conocido ese lado de Astrid, y le encantaba pensar que solo el tenia aquel placer, lo cual le generaba un problema enorme, ahora no solo estaba perdidamente enamorado de ella, ahora la deseaba mucho más, y amor y deseo es una combinación muy mala a la hora de ser un secreto.
Toda esa noche, como Astrid lo predijo Hipo la paso en vela, aunque el dolor en realidad, era la menor de sus preocupaciones.