OS 79.La dama que dominó el rayo (Part III)

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POV NARRADOR

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POV NARRADOR

-Revisamos la zona este de la isla, está limpia- dijo Patán regresando con Colmillo

-Mismo para el sur- anunció enseguida Patapez, Hipo talló su frente y suspiró profundo.

Había pasado medio día y Nilsa no había dado señales, buscaron por todos lados en la Isla Wesster, nada, ni una pista de ella, Hipo ya comenzaba a preocuparse, Astrid siendo Astrid simplemente no dejó de buscar.

La lluvia no había cesado, gotas discretas y sencillas cayeron durante todo el día, incluso los gemelos se había concentrado en su búsqueda, cuando aterrizaron con un puchero le hicieron saber a Hipo que tampoco la encontraron en el norte de la isla.

-Nada- informó Astrid saltando de Tormenta

-Tranquila no pudo salir de esta isla- le dijo con calma el castaño

-Hicimos el recuento de barcos, falta una balsa- informó Ossur

-Bueno a lo mejor si- corrigió Hipo

-Haber, esto no tiene sentido TIENE SEIS AÑOS- se quejó Patán – ¿estás diciendo que una niña de seis años va a navegar sola en el océano bajo la lluvia?... por Thor-

-Somos mercaderes- le dijo intranquilo Moggadon –comenzamos a aprender a surcar los mares antes de aprender a hablar-

-Va a buscar a su papá- murmuró Astrid, Hipo la escuchó y asintió

-Bien chicos, ya sabemos en dónde buscar- les ordenó subiendo a Chimuelo

-Perfecto, nos vamos a meter al océano a mitad de la lluvia con un dragón que ama las tormentas cerca, buscando a la hija perdida con tendencias suicidas de Hiccstrid... ¡yupi! otro día siendo jinete de dragón- se quejó con los ojos en blanco Patán mientras salía volando –debí quedarme a cuidar la Orilla-

La lluvia comenzaba a obtener poder, pero aún era más tranquilizadora y refrescante que peligrosa.

Todos los jinetes buscaban con desesperación a la cautiva niña, pero no había rastros de ella, Chimuelo lanzaba ondas ultrasónicas una y otra vez sin resultados.

Astrid miraba atenta el mar, nada, ese barco ya podría estar en cualquier lugar del mar...

-Va a su isla- murmuró para si al recordar que la niña ya se había escapado dos veces para regresar a su deteriorada casa –vamos nena- le ordenó a Tormenta tomando un rumbo veloz y firme, el Skrill ya era dueño de aquel lugar y había dejado muy en claro que no le agradaban los intrusos.

Conforme se acercaba la lluvia había dejado su cara amable y el temporal se llenó de sonidos tormentosos, vientos arrasantes y luces alumbrando las negras nubes.

-Ahí- le murmuró a su dragona cuando vio una balsa encallada en la orilla del muelle, Astrid le ordenó a Tormenta volar muy bajo tratando de pasar desapercibidas para el skrill y por los dioses lo lograron.

Hiccstrid: One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora