Sensaciones

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A partir de ese momento lo dejé ir, todo transcurrió de manera lenta y dolorosa, asistí a su boda vi a Ela siendo dama de honor de Carol, no fue sano haber ido, pero me sirvió de terapia mental. Lo vi sonreirle a todos, jurar que la amaría y la respetaría, sabiendo que no era muy sincero, me di cuenta que de haberlo aceptado él nunca la dejaría y dolió más. Ella sonreía y bailaba canciones lentas junto a él, la tomaba de la cintura y ella cruzaba sus brazos detrás de su cuello, se daban besos de vez en cuando, quien no sabe la historia pensaría que son "almas gemelas" "nacieron para estar juntos", muchas dirán "quiero una relación así".

No negaré que miré las bebidas con alcohol varias veces, pensé en tomar para poder tolerar la noche, pero sabía que ni terminaría bien. Yo era la amante, si hacía un espectáculo sería peor la humillación. Por otro lado mamá y Camilo la miraban con orgullo,  como si hubiesen olvidado todas sus desgracias,  vi u lágrimas de felicidad deslizándose por las mejillas de mi madre, su hija se estaba casando.

Tras aquella tortura e inmediatamente el día siguiente, mi madre pensó que era buena idea terminar con mi problema y me llevó a "solucionarlo" todo fue discreto,  la familia no sé si se enteró, solo sé que estaba en mi propio mundo de tristeza, a veces alivio, pensamientos que me quitaban el sueño, dolor y medicamentos. Esos días fueron una de mis épocas más oscuras. Veía sus fotos, conmigo, no me atrevía a borararlas como si me fueran a servir de algo después, empecé a comer como forma de consuelo y eso me había hecho mucho daño, afortunadamente eso no duró mucho tiempo,otro día el poco positivismo que tenía me hizo pensar que no era tan mala persona como para estar en esta situación, me levanté temprano una mañana del verano que creí que sería el mejor y sólo me fui a correr, mientras corría escuchaba música a bajo volumen junto a  Emir, él nunca me dejó sola, estuvo conmigo todo este tiempo, me soportó,  aguantó que a veces le gritara, lo sacara de mi habitación, en fin, me comporté como una perra y él sólo me veía llorar y decía que no era para siempre. Había aprendido desde la vez que me abandonó por su novia que resultó ser un gran error, ya todo estaba perdonado.

Estaba mejorando, cada paso era importante y grande para mí, hasta dejar de llorar durante un día, lo estaba superando o me resignaba finalmente. Después de aproximadamente un mes y dos semanas sabía que ellos volverían a mi casa junto con los padres de él. Esa sería la primera cena familiar de manera formal. Tenía dos opciones, quedarme o salir. Decidí quedarme,  inconscientemente una parte de mí lo quería ver a él especialmente.

Me pregunto, ¿cómo puedo llegar a ser tan estúpida?, Definitivamente no tengo límites. consulté con Emir, necesitaba la opinión de alguien racional que diera un punto de vista  objetivo que me hiciera recapacitar y entrar en razón, creí que él sería la persona que me diría: alejate de ese ambiente, pero al contrario, apoyo mi ilógica decision.  Me apoyó, inclusive en un momento me iba a echar para atrás, pero me animó a hacerlo, dijo:
-Gabriela,  sé que no debes demostrarle nada a nadie, es más si quieres no vayamos a la estúpida cena y salgamos juntos como antes.

-Pero mi mamá sabes que no me está dando mucha libertad después de...ya sabes.

En ese momento recordé un día en el que mamá estaba furiosa, quería preguntarme con quien había estado,  de quién estaba embarazada, pero de repente no le dio importancia y siguió en sus cosas.

-Gabriela -suspiró e hizo esa cara de: te voy a decir algo que te dolerá,  pero es la verad. - Sabes que viene Carol y tú mamá está hechizada por ella, por ende tu pasarás a segundo plano.

Mamá estuvo insoportable ese día me tenía loca con su nerviosismo, que si el mantel se veía elegante, que si las velas tenían buen olor,  que busque tales platos, que esto y que aquello.

La ayudé en lo que pude lo cual me tomó gran parte de la tarde. Eran exactamente las tres, sabía que debía empezar a alistarme, una tarde con Emir era mi consuelo del día así que iba a tratar de estar lo mejor posible.

Tras darme un buen baño y  me paré delante del espejo y abrí la toalla dejando reflejar todo mi cuerpo desnudo, empecé a mirarme detalladamente empecé por mi pecho, la curiosidad me llevó a tocarlos suavemente como si no fueran míos, continué viendo, pero más abajo, la luz del sol reflejada en mis cortinas naranja tocaba mi piel como un filtro que la hacía parecer una obra de arte, más allá de observar mi propio cuerpo sin ninguna intención el alguna parte de mi mente surgió la idea de recordar cuando disfrutaba del onanismo. Así que sin pensarlo mucho retrocedí unos pasos para sentarme sobre mi cama justo frente al espejo y abrí mis piernas lo más que pude, dejé escapar aire por mi nombre boca e hice un recorrido desde mis pechos hasta el punto donde quería llegar, mientras más me acercaba a mi clítoris mi respiración se agitaba. El lugar de tocarme directamente decidí jugar un poco conmigo misma. Tocaba los labios y mis piernas repitiendo una y otras vez hasta que empecé a sentir algo viscoso en mí. Mi mano izquierda la usé para abrir mis labios y de la derecha utilicé el dedos anular y mayor para tocar mi clítoris, el sentir el tacto de mis dedos me hicieron experimentar una sensación tan excitante me hacía desear más y más, continué tocándome de lado a lado y de arriba hacia abajo mientras me veía disfrutar a través del espejo.

Mi Otra YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora