Tomé el primer sorbo del té y fue enamoramiento al instante, era té, pero estaba delicioso.
—Adivino. Te encantó. — Tenía una cara de "tenía razón"
— Está delicioso.— Acepté mientras degustaba el rico olor de las especias.
—Eso para que confirmes que no te miento y...¿si te digo que hay algo mejor que ese té, lo creerías?
—Creo que sí te creería.
—Entonces te invito formalmente a probar mis labios.
Fue extraño como de un momento a otro decidió animarse a dar ese paso, me acababa de ver no,sabía quién era., La indecisión envuelve a ambos, pero basta una mirada, una sonrisa, un acercamiento para darle el giro al nerviosismo y permitir sentir esas sensaciones.
—Eso no me lo esperaba, pero, acepto la invitación a a acelerar tu ritmo cardíaco con un beso.
—Tal vez yo te acelere a ti— Dijo triunfal como si ya lo hubiera logrado.
—¿Estás seguro, hombre el pecado?— Me acerqué un poco a él tratando de intimidarlo, pero no pasó,al contrario, se acercó también. Entonces estábamos demasiado cerca, tan cerca de que en caso de que alguno de los dos se arrepintiera el momento se volvería incomodo.
Yo no soy la gran amante de los besos, sin embargo, me atrae besar a este desconocido. Habían pocas personas en la terraza y estaban concentradas en sus cosas. Tras mirar hacia los lados, me centré en esos ojos ojos miel que me intimidaban, nuestras respiraciones chocaban y creo que mis latidos estaban en alta voz.
bajó la mirada hacia mí, y luego volvió a observar mi rostro. Después giró su cara lentamente, se acercó a mi mejilla, rócela y la besó.
—Sé que estarías encantada. — Dijo y volvió a sentarse como antes.
Definitivamente no era lo que esperaba y un estúpido beso en la mejilla no era lo que quería, no me dio lo que quería y ahora lo quiero más. Siguió tomando su té y yo aún no sabía que decir. ¿Qué significaba esto? ¿No me quería besar? En realidad no lo entiendo. Estaba confundida y no quería parecer desesperada por él así que volví a tomar del té también y le dije
—¿Te acobardaste? — Esta vez lo miré yo a los ojos.
—No, es solo que este no es el lugar, te parecerá raro tal vez, pero no me gustan lo observado y si te beso me sentiré observado.— Adán bajó su mirada como si temiera mi reacción.
—Adán, no es grave, no pongas esa cara.
—Lo sé, sé que no es nada, pero no puedo evitar sentirme así.
—¿Eres tímido? — Pregunté y me daba un poco de risa ya que se atrevió a invitar a una desconocida, pero es tímido.
—Creo que tal vez lo sea, no estoy seguro. ¿Nos vamos?— Este chico ya me estaba confundiendo y solo llevo un par de horas junto a él.
Mientras caminábamos en la acera se vuelta al lugar en que casi mi mata, tomó mi mano y no dije nada, recordé que hace mucho no,andaba de la mano con alguien y entonces recordé lo que se sentía, sus manos estaban frías lo que me viniera a la cabeza los tiempos en los que salía de la escuela con Emir y tomaba mi mano, hasta cierto punto creo que él también se encargó de enamorarme para que estuviera siempre que él lo necesitara, recuerdo que cuando sus amigos me veían con él y empezaban a hacer bromas estúpidas de que salíamos, se ponía histérico y se defendía tanto como si salir conmigo fuera un crimen, mientras cuando estábamos solos era la persona más detallista y amable. Tal vez toda la culpa no es mía, él se encargo de darme falsas señales y yo no me defendí como debía.
Cuando salí de mis pensamientos noté que ya habíamos llegado al lugar de inicio.
—¿Me quieres atropellar bien para que tenga un recuerdo tuyo? — Dije aún sin soltar su mano.
—Como podría hacerle eso a tan bella dama, mejor te daré mi número y si en realidad te interesé me llamarás.
—¿Y por qué no pides mi número y así es más seguro? Eso hace la mayoría.
—Yo no soy la mayoría, no te diré que soy un ángel, pero tampoco soy la mayoría. No quiero terminar en el fondo de tu agenda calificado como el molesto chico que conocí y no me deja en paz, quiero asegurarme de que estás interesada y lo sabré si me llamas.
—Usted me sorprende, y por supuesto que lo haré. Fue de mi total agrado su compañía.
—Entonces le puedo pedir que me deje llevarla a cualquier destino que desee.
—Acepto.— Me subí a su auto y antes de partir dije:
—Deberíamos tomarnos una foto, no todos los días encuentras a un chico vestido como tú.
Nos tomamos un par de fotos y hasta un video mientras contábamos una canción que nos gustaba a los dos.
Hola, estaba en Azkaban, pero he vuelto. ¿Creen que Gabriela está siendo inteligente? Si les gustó el capítulo comenten, voten, digan algo y yo lo leeré.🌻💛

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Mi Otra Yo
Genç KurguConmigo se confirma el dicho de "Las apariencias engañan" pues soy una chica tranquila hasta que la puerta de mi habitación se cierra.