Amigos.2🍂

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Nuestro alejamiento duró poco porque como por fuerza de atracción volvimos a estar demasiado cerca. Decidí enviar mi pensamiento anterior hacia un lado, porque realmente lo anhelaba.

Mirada pecadora se fijó en en sus jeans. Me altera un poco ver que su pene ha tenido una erección, pero no era para menos, porque yo también me había humedecido. Cada roce de sus dedos con mi espalda me hacían tener escalofríos, y de vez en cuando, humedecerme un poco más, pero ver que él también estaba excitándose. Eso me prendió más.

Decidí no quedarme atrás y con la yema de mis dedos acaricié su pecho, suave y lentamente... el ritmo de su corazón se aceleró y sus dedos levantaron mi blusa un poco para acariciar mi piel. Comenzó por la espalda y subió poco a poco hasta llegar a la altura de mis senos, y con mucha delicadeza deslizó su mano para rozar uno de ellos. Mis pantis ya estaban muy mojadas y comencé a sentir una especie de punzada en mi clítoris, mientras respiraba con irregularidad.

Mi mano acarició brevemente su pecho por debajo de la playera y después bajé hasta acariciar su pene por encima de los jeans, lo hice muy lentamente, recorriéndolo con mis dedos, estaba muy duro y muy grueso... él se estremeció un poco y suspiró con un gemido casi inaudible; mi corazón se aceleró aún más cuando Emir se abrió paso con su mano entre mis jeans y tocó mi trasero con mucha suavidad mientras seguíamos ese beso tan húmedo y delicioso. Bajó más su mano y sus dedos rozaron los labios de mi ya húmeda vagina.

Me puse de rodillas y lo miré a los ojos, esto ya había llegado demasiado lejos.

Emir no respondió, se limitó a levantarse y besarme en los labios apasionadamente. No pude resistirme, era una sensación tan deliciosa que ya no quería parar.

De pronto sentí cómo la suave mano de él se deslizaba por debajo de mi ropa, yo estaba tan húmeda que sus dedos resbalaron fácilmente por lo largo de mis labios internos.

-Házlo - Me dijo con una sonrisa, y me besó los labios de nuevo.

Yo obedecí, bajé su cremallera y desabotoné los jeans. Él hizo lo mismo conmigo, pero me anticipé y tiré de sus pantalones hacia abajo, con todo y el bóxer.

Tomé su miembro con mi mano y comencé a masturbarlo con suavidad, al descubrir totalmente su pene me excitó ver que la cabeza estaba un poco enrojecida por la acumulación de sangre, era muy lisa y brillaba un poco gracias al líquido; él mientras tanto suspiraba de placer y me acariciaba el cabello. Lo examiné detalladamente mientras mi mano subía y bajaba, tenía venas marcadas a lo largo. En ese momento me dio mucha curiosidad probarlo y tenerlo en mi boca, así que le pedí que se recostara y lo miré a los ojos.

-¿Te gusta cómo te toco? - le pregunté cómo la perra que era.

-Me encanta. -Respondió Emir con cara de lujuria.

-¿Me dejarías besarlo?

-Sí... -Dijo algo extrañado.

Descubrí su pene totalmente, sosteniéndolo hacia arriba con mi mano. Me acerqué lentamente, con un poco de miedo, pero al fin mis labios tocaron la punta del pene, era tan suave y excitante que mis labios se quedaron estáticos durante un momento. Después los despegué y volví a darle otro beso, humedeciéndome los labios con su lubricante natural, mientras yo hacía esto Emir comenzó a gemir un poco y colocó su mano en mi nuca, entrelazando sus dedos en mi cabello. Empujó suavemente mi cabeza y sin previo aviso, su pene se abrió paso entre mis labios.

Empecé mover mi lengua alrededor del pene de Emir, lo cual provocó que se pusiera mucho más duro, lo miré a los ojos y no estoy segura de esto pero me pareció que su pene creció un poco en ese momento, estaba ya mas grueso y apenas si cabía dentro de mi boca.

Emir tiró suavemente de mi cabello para levantar mi cabeza y volvió a empujarme. Entonces entendí lo que él quería y moví mi cabeza en forma de vaivén para meter y sacar su miembro, aunque solamente metía la mitad en mi boca. Él empezó a respirar agitadamente y yo acaricie su abdomen con dulzura. Se me ocurrió probar hasta dónde aguantaría mi boca retener su pene, así que aguanté la respiración y cerré mi garganta para acercar mi cabeza lo más que pude. Sentí cómo su verga tocó mis amígdalas y el gruñó un poco, empujando mi cabeza aún más. Tosí un poco y me levanté para recuperar el aire.

-¿Estás bien? - me preguntó con preocupación.

Sólo sonreí y él hizo lo mismo, pero creo que ésta vez él quería ponerse en acción. Me despojó lentamente de mis jeans y de mi ropa interior dejando al descubierto mis partes íntimas. Sentí mucho pudor pero no me resistí, quería entregarme a él por completo. También me quitó la blusa y me desabrochó el bra, el cual cayó rozándome los brazos; sus manos se dirigieron a mis pechos y los acarició con mucha delicadeza, lo cual me arrancó un gemido de placer. Sus manos me fascinan, son suaves y sus dedos son largos, pero muy varoniles... con esos dedos de ángel rozó durante un minuto mis ya duros pezones y enseguida acercó su boca.


Succionaba mis pezones mientras su lengua se movía en círculos, me causaba tanto placer que comencé a gemir un poco más intenso, la textura de su lengua me estaba poniendo cada vez más caliente y no pude evitar acariciar su cabello castaño con ambas manos, para que no se despegara de mis pechos. Me daba besos tiernos pero sensuales en el vientre mientras me acariciaba las piernas, y de vez en cuando recorría mi piel con la punta de su lengua. Mi vagina estaba tan húmeda que mis jugos ya habían manchado la colcha de la cama.

Hazme tuya, Emir. - le dije desesperadamente.

¿Quieres que lo hagamos? - me preguntó mordiéndome la oreja.

Si... Ahora. - le respondí con seguridad.

Emir se despojó de su playera y al fin los dos estábamos completamente desnudos. Admiré su cuerpo por unos segundos y él admiró el mío.

Me rodeó con sus brazos y por primera vez sentí mi piel rozando con la suya, su calidez me envolvía por completo y mi corazón no dejaba de latir fuerte. Me derretía ante esa sensación y lo besé desesperadamente mientras mis brazos se aferraron a su cuello.

Él me sostuvo por la espalda y me recostó suavemente en la cama, yo abrí mis piernas para que él se acomodara entre ellas. Mi clítoris palpitaba como nunca antes, y cerré los ojos cuando la punta de su pene acarició mis labios vaginales, después se posó en la entrada de mi vagina y lo miré a los ojos.

-¿Estás segura de esto? - preguntó acariciándome el rostro.

-Sí.

Posó su frente contra la mía y en un movimiento suave y lento, su pene se introdujo en mi vagina. Suspiró y yo gemí de placer, aferrándome a su espalda.

se puso de rodillas - Ven. -

Me puse también de rodillas y él tomó mis caderas.

-Acomódate de espaldas hacia mí - me dijo con suavidad.

Hice lo que él me dijo y cuando estuve acomodada, él puso su mano sobre mi espalda y me empujó, haciendo que me pusiera a cuatro patas. Levanté más mi trasero, dejando a la vista de él mi vagina. Él tomó su pene con una mano, para dirigirlo hacia la entrada. Me penetró de golpe, provocando que yo gimiera de la forma más vulgar, entonces colocó ambas manos sobre mis glúteos y comenzó a darme más sexo, pero ésta vez lo hacía mucho más fuerte.

Me estaba gustando mucho, me sentía dominada por él y complacerlo en todo lo que él me pidiera.

-Espera... -Dijo casi sin aliento

Me separé de él y entonces fue cuando gimió como si estuviera muriendo y su líquido seminal brotó.

Mi Otra YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora