CAPÍTULO CUARENTA: Pulseras y dibujos

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Aquella noche, después del comentario de Samantha, Lucía les dejó en paz y se fue al poco rato. Después volvieron a casa, hicieron el amor y se durmieron. A la mañana siguiente se levantaron tarde, y hacia las doce salieron de la casa de Lola para ir a la casa del padre de Flavio, Antonio. Su padre se había vuelto a casar con otra mujer, Marga, y tenían tres hijos más pequeños. Mientras caminaban hacia su casa, los nervios se volvieron a apoderar de Samantha.

-¿Cuántos años has dicho que tenían tus hermanos? - Flavio se rió, ya se lo había contado antes, pero sabía que Samantha solo quería hablar porque era lo que hacía cuando estaba nerviosa. 

-Lucas tiene doce, Tomás ocho y Valeria cinco. - Samantha asintió. 

-¿Y qué tal es tu padre? 

-Muy simpático, cuando no está trabajando normalmente asesina unas cuantas viejas o atraca algún banco. - bromeó. Ella le pegó en el hombro y se rieron. 

-Gilipollas. 

Al poco rato llegaron a la casa y Flavio llamó al timbre. Un niño abrió la puerta. 

-Hola Lucas. - dijo Flavio abriendo los brazos para abrazarle. 

-Hola Flavio. - dijo correspondiendo al abrazo, aunque se separó muy rápido. 

-Mira, ella es Samantha, mi novia. - le dijo Flavio. 

-Hola Lucas. - dijo Samantha. 

-Hola. - respondió él muy secamente, a lo que Flavio se rió.

-Madre mía, ¿en qué momento te has vuelto tú tan adolescente? - preguntó entre risas pasándole un brazo por la espalda y entrando en la casa. Samantha les siguió. 

-¡Hola! - gritó Flavio mientras se quitaba el abrigo. Una mujer de unos cuarenta años apareció por el pasillo. 

-Hola Flavio, ¿qué tal estás? - dijo dándole dos besos. 

-Bien Marga, ¿y tú? - preguntó él. 

-También. 

-Ella es Samantha. - dijo Flavio. 

-Hola. - dijo la aludida. Mientras se daban dos besos una voz se acercó gritando. 

-¡Flaviooooo! - una niña venía corriendo por el pasillo. Al verla, Flavio la cogió en brazos y empezó a darle besos por toda la cara. 

-¡Pero si es la niña más bonita del mundo! - exclamó él. Otro niño un poco más mayor también apareció corriendo. Flavio se agachó para abrazar a los dos. - ¡Tomi! - le dijo al niño abrazándolo también. 

Samantha observó la escena. Vio a Flavio muy feliz, y entonces un pensamiento le cruzó la mente: quería avanzar en su relación, porque un día quería llegar a esto con él, formar una familia. Se preguntó si Flavio quería lo mismo, y se planteó como sería vivir juntos. 

Una voz la sacó de su mundo:

-¡Flavio! - era su padre, claramente. Tenían la misma voz grave. 

-¡Papá! - contestó él abrazándole. - Bueno, esta es Samantha. - dijo colocándose a su lado y poniéndole una mano en el hombro. 

-Hola Samantha, encantado de conocerte. - le dijo Antonio acercándose para darle dos besos. 

-Hola, lo mismo digo. - dijo ella. 

-¿Habéis saludado a Samantha? - dijo Marga agachándose al lado de sus dos hijos pequeños, a lo que ellos negaron. 

-Hola. - dijo tímidamente Tomás. 

Cayó una cometa (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora