CAPÍTULO CUARENTA Y UNO: Reyes

715 43 3
                                    

En un par de días llegó el día de la cabalgata de Reyes. La gente se agrupaba en las calles de Murcia para ver la llegada de estos en carrozas. Los niños, ilusionados, esperaban con ansias sus regalos. Habían quedado con la familia paterna de Flavio para recibirlos con Valeria y Tomás, los más inocentes de la familia y a quienes les hacía más ilusión. Cuando las carrozas se acercaban por la avenida, Flavio cogió a Valeria en brazos para que pudiera ver mejor por encima de las cabezas de la gente. Samantha vio como los ojos de la niña brillaban por la ilusión, y los ojos de Flavio también se iluminaban al ver la cara de su hermana. Samantha sabía que algún día Flavio sería un gran padre. Antonio, Marga, Lucas y Bea, que también había acudido, se quedaron atrás, y Flavio le dijo a su padre:

-Voy a acercarme. - señalando las carrozas. 

Samantha cogió a Tomás de la mano y le dijo:

-¿Quieres acercarte también? - el niño asintió rápidamente.  Flavio abrió paso entre la muchedumbre con Valeria en brazos, y Samantha y Tomás les siguieron de la mano. 

Encontraron un hueco a primera fila. Cuando pasó la carroza del Rey Gaspar, el hombre, que iba saludando a todo el mundo, les vió. Se acercó a la barandilla y les ofreció a Valeria y a Tomás un puño de caramelos. Valeria estaba tan alucinada con la cercanía del rey que no hizo nada. 

-Tomás, mira, ¡que te da caramelos! - le dijo Samantha al niño, que se acercó rápidamente y le cogió los dulces de la mano. 

-Pero dale las gracias, hombre. - dijo Flavio mirando a Samantha entre risas. 

-Gracias. - dijo el niño. 

-¡Yo también quiero! - dijo Valeria demasiado tarde, porque la carroza ya había pasado. 

-Podéis compartirlos, dale algunos Tomás. - le dijo Samantha. 

-No, ¡son para mi! - exclamó el niño. 

-¡Pero bueno! Me parece que si te escuchan los reyes te vas a quedar sin regalos. - dijo Samantha. En ese momento, Flavio pensó lo mismo que Samantha había pensado de él hacía a penas un rato, que algún día sería una madre increíble y que le gustaría que lo fuera con él. 

Tomás finalmente accedió a darle algunos caramelos a su hermana, y así pasaron el resto de la cabalgata hasta que fueron a casa de Antonio y Marga a que los niños abrieran los regalos. Al día siguiente comieron en casa de Lola con Bea y se comieron el roscón de Reyes. 

El mimso día por la tarde volvieron a quedar con los amigos de Flavio en casa de Aitor, que era su cumpleaños. Habían quedado a media tarde, se quedarían a cenar pero Flavio y Samantha ya habían avisado que se marcharían pronto, pues al día siguiente volvían a Barcelona. Así pues, a las siete de la tarde llegaron a la casa del chico. Era una casa grande, y la musica se escuchaba desde la calle. Estaba repleta de gente. Samantha solo conocía a los que habían estado en la cena, por lo que mientras Flavio saludaba a la gente ella se fue a charlar con Sara, Marta, Dani y otro chico que no conocía, pero quien le presentaron como Iván. En medio de su conversación Flavio se acercó y le puso una mano en la espalda a Samantha.

-¿Quieres algo de beber? 

-Sí, tráeme una Coca-Cola. - contestó ella. No le apetecía beber pues en la comdia ya había tomado mucho champán y no quería más alcohol en sangre.

Flavio asintió y se fue a buscarlo. Mientras estaba en la cocina sirviendo las bebidas una voz lo llamó. 

-Hola Flavio.

El chico se giró y suspiró al ver de quién se trataba. 

-Lucía. 

-¿Podemos hablar?

-¿Quieres volver a dejar a Samantha en ridículo? Te salió bastante mal la última vez. 

-No. - dijo ella bajando la mirada. - Quería disculparme por aquello. - Flavio dejó los vasos que estaba poniendo en la encimera y finalmente se giró para mirarla. 

-No es conmigo con quién deberías disculparte. - le soltó. 

-Lo sé, hablaré con ella luego. - repitió ella. - Es que... - empezó. Flavio levantó una ceja para que siguiera, no esperaba que fuera a explicarse. - Mira Flavio. Yo sé que lo que tuvimos no fue del todo serio, pero... yo me enamoré de ti. - Flavio siguió callado. Él ya sabía eso, pero no excusaba su comportamiento. - Y bueno, sabes que siempre esperé más de nuestra relación, pero tú nunca pudiste dármelo porque claramente no estábamos al mismo nivel. Y cuando te vi con Samantha el otro día, me di cuenta de que ella tenía todo lo que yo nunca conseguí de ti. 

-Lucía, yo no elijo... - empezó.

-Ya lo sé, déjame terminar. - lo cortó levantando un dedo. - Ya sé que tú no eliges de quién te enamoras, créeme. Lo sé porque si pudieras elegirlo, hace tiempo que hubiera escogido enamorarme de alguien más. - a Lucía se le empezarona humedecer los ojos. Flavio bajó la mirada. Le estaba confesando que seguía enamorada de él. 

-Lo siento, Lucía. - ella hizo una media sonrisa.  

-Claro que lo sientes, eres demasiado bueno. - se quedaron en silencio un momento. - ¿Sabes? Cuando volviste aquellos dos días de tus vacaciones y me dijiste que querías hablar conmigo, pensé que ibas a decirme que no te ibas a Barcelona y que te quedabas para estar conmigo, que finalmente te habías dado cuenta de que sentías lo mismo por mi. - otra vez media sonrisa. - Pero no, me dijiste que te ibas y que habías conocido a alguien muy especial. - le miró directamente a los ojos. - Me rompiste el corazón. 

-Lucía, yo lo hice con la mejor intención, de verdad. - dijo Flavio. La chica le estaba dando pena. - Cuando te dije por primera vez que me iba nuestra relación no quedó muy clara. Te dije que ya no iba a vivir aquí y te dejé, pero tú me dijiste que me ibas a visitar, y no entendí muy bien si tú dabas por hecho que podíamos mantener una especie de relación a distancia, así que pensé que diciéndote la verdad quedaría claro que lo nuestro se había terminado. - ella asintió. - Nunca fue mi intención herirte, de verdad. 

-Ya. - dijo ella. - Si lo sé, de verdad, Flavio. Solo quería intentar justificarme por mi comportamiento el otro día. Fue totalmente por despecho. - Flavio la miró con pena, ella lo notó. - Lo voy a superar eh, pero necesito mi tiempo. - sonrió y Flavio se lo devolvió. - Mientras tanto, ¿me perdonas?

-Está olvidado. - dijo él. 

Flavio y Lucía salieron finalmente de la cocina. Se dirigieron directamente al grupo con quien estaba hablando Samantha, Flavio le había prometido una bebida y hacía mucho rato que se había ido. Al verlos, Samantha frunció el ceño, lo que hizo que los demás se giraran a mirarles también. Cuando llegaron a su lado Flavio le dio la bebida a su novia. 

-Samantha. - le dijo Lucía. Ella la miró sin entender nada. - Quería disculparme por mi comportamiento el otro día, sé que estuvo mal. Lo siento. 

-No te preocupes. - respondió ella sorprendida. Flavio sonrió a Lucía y luego besó la cabeza de Samantha. 

Después de cenar la pareja se marchó. En el coche, Samantha le preguntó a Flavio por lo que había pasado con Lucía, y él se lo contó. 

-Pues muy maduro por su parte. - reconoció Samantha. 

-Sí, me ha sorprendido, la verdad. 

-Que día de Reyes más raro. - comentó Samantha recostándose en el asiento del copiloto, a lo que Flavio se rió. 

-Al menos lo hemos pasado juntos. - dijo dándole la mano encima de su muslo. 

-El primero de muchos. - dijo dándole un beso en la mejilla. 



Cayó una cometa (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora