Cuando la película terminó Flavio apretó a Samantha para despertarla. La chica abrió los ojos poco a poco.
- ¿Ya se ha terminado?
-Sí, la tenías muy aburrida por lo que veo.
-Es que la he visto muchas veces. – contestó la chica sonriendo. - ¿Me ayudáis a recoger? – añadió dirigiéndose a todos los presentes.
-Claro. – dijo Bruno.
Se levantaron, recogieron todo lo que habían sacado y lo guardaron en su sitio. Después de la peli algunos dijeron que querían ir a bañarse a la piscina, otros se fueron a dormir, y Samantha se acercó a Flavio para proponerle algo que hacía rato que quería hacer.
-Oye, ¿todavía no os vais no? – dijo ella abrazándolo por la cintura.
-No, ¿por qué? – contestó él sonriendo y devolviéndole el abrazo.
- ¿Me tocas el piano?
Flavio asintió y siguió a Samantha hasta la sala del piano. Se sentó en el banquillo y ella se quedó de pie, apoyada a la cola del piano. El chico la miró y sonrió.
-Qué presión. – dijo.
-Soy un público muy exigente eh.
-Pues a ver si cumplo tus expectativas. – dijo él.
En el momento en que Flavio puso los dedos en las teclas del piano su actitud cambió completamente. Se puso serio y con la espalda recta, y empezó a tocar "Nuvole Bianche" de Ludovico Einaudi. Lo hacía con una delicadeza y concentración increíbles, y Samantha no podía dejar de mirarle. Los movimientos frenéticos del chico fueron aumentando de intensidad con la canción. Era tan eléctrico e hipnotizador, que Samantha no se dio cuenta de que estaba llorando hasta después de los más de seis minutos que duró la canción. Cuando Flavio levantó el pie del pedal del piano y la música dejó de sonar, miró a Samantha por primera vez desde que había empezado a tocar. Se dio cuenta de que estaba llorando, y su expresión pasó de solemne y concentrada a dulce y tierna en cuanto la miró. Ella no dijo nada, simplemente se acercó a él y lo besó muy fuerte mientras lo abrazaba. Flavio la acercó hasta que se sentó junto a él en el banquillo.
-Vaya. – dijo secándole una lágrima. - ¿Te ha gustado? - Samantha asintió.
-Dios mío Flavio... Qué asco das. – dijo riendo y dándole un golpe en la espalda. Recostó la cabeza en su hombro. – Estás muy guapo cuando tocas.
-Pero si estoy todo el rato con la boca abierta y súper concentrado, seguro que estoy súper feo. – dijo abrazando de nuevo a la chica.
-Que no, de verdad, estás muy guapo.
-Gracias. – dijo sonriendo y dándole un suave beso en los labios.
-Flavio, esto... - empezó Samantha. Él la miró para que siguiera. – No sé. Es que siento una conexión muy fuerte contigo, y te conozco desde hace tres días. Y no sé, llámame intensa, pensar que después de estas dos semanas no te voy a volver a ver en la vida me duele un poco.
- ¿Cómo que no me vas a volver a ver en la vida?
-A ver Flavio, tú vives en Murcia y yo en Barcelona. Quizás por alguna razón nos volvemos a encontrar, pero lo veo difícil y no creo...
-Samantha. – la cortó él. – No voy a vivir a Murcia.
- ¿Ah no? – preguntó ella extrañada.
- ¿Te acuerdas de la oportunidad que te dije que me había salido en el mundo de la música? Que tenía una reunión volviendo de vacaciones para ver si iba bien. – Samantha asintió. – Es en Barcelona. Me mudo allí para empezar a trabajar. Ya tengo piso y todo, y la mudanza ya está en marcha. – Samantha sonrió ampliamente. – Y por supuesto, si vivimos los dos en Barcelona, me encantaría seguir viéndote después de las vacaciones porque yo tampoco me podría hacer a la idea de que esto se acabara al volver a casa. – concluyó, sonriendo también.
Samantha lo abrazó, y antes de volver a hablar le dio un suave beso en los labios.
-No sabes cómo me alegra oír eso.
-Me hago una idea. – dijo él volviendo a abrazarla y dándole un mordisco en la espalda.
- ¿Te apetece un chapuzón?
El chico asintió y se dirigieron hacia allí. Al pasar por la galería saludaron a Nia y a Gèrard que estaban jugando a las cartas en la galería. Cuando estaban llegando a la piscina escucharon unos ruidos que parecían humanos. Samantha se detuvo y le indicó a Flavio que hiciera lo mismo. Escucharon con atención y se percataron de que eran dos de sus amigos teniendo sexo en el agua. Flavio se aguantó una carcajada y Samantha lo empujó para volver atrás. Cuando estuvieron suficientemente lejos para que los dos amantes pudieran escucharlos se echaron a reír los dos.
-Pero ¿quiénes eran? – dijo Flavio entre risas.
- ¡Y yo qué sé! – respondió Samantha riendo también. – Pero ellos dos parecen saberlo. – dijo señalando a Nia y a Gèrard que se estaban riendo de ellos en la galería.
Se acercaron a ellos para que les explicaran a quién acababan de pillar.
- ¡Podíais haber dicho algo! – exclamó Samantha, todavía riendo, cuando entró en la casa.
- ¿Se estaban liando?
-Sí, claramente. – respondió Flavio. - ¿Eran Rafa y Eva o Hugo y Anajú?
- ¡Ah, que no les habéis visto! – exclamó Gèrard meándose de la risa.
- ¿Nos podéis explicar qué está pasando? – preguntó Samantha sin dejar de reír ante las escandalosas risas de sus amigos.
- ¿Quiénes fuimos a la piscina? – preguntó Nia como si el motivo de sus risas fuese muy obvio.
-Vosotros dos y... ¡Maialen y Bruno! – exclamó Samantha entendiéndolo todo. – Pero ¿en qué momento se han liado estos dos?
-No sé, estábamos los cuatro en la piscina y de repente se han puesto muy acaramelados... Y nos hemos dado cuenta que sobrábamos. – dijo Gèrard.
-Dios mío, parece que han sido unas buenas vacaciones para todos. – dijo Flavio dándose cuenta de que casi todos se habían liado con alguien.
-Sí, solo faltáis vosotros dos, no sé a qué esperáis. – añadió Samantha dirigiéndose a Gèrard y Nia.
-Ay por dios no, que es mi pollito. – dijo ella dándole besos en la mejilla a "su pollito".
-Y tú mi pollita. – contestó Gèrard provocando de nuevo las carcajadas de todos.
Se sentaron los cuatro en la mesa y jugaron un rato a las cartas hasta que se fueron a la cama, Samantha y Flavio juntos como cada noche desde que se habían conocido, pero ahora sabiendo que aquellas noches no se acabarían tras las vacaciones.
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Cayó una cometa (COMPLETA)
FanfictionSamantha se va de vacaciones con sus amigas. Nada fuera de lo normal hasta que, por error, conoce a Flavio. ¿Será solo un amor de verano? ¿Qué tendrá ese chico que le gusta tanto?