Un par de días después de la cita, los chicos habían quedado para pasar la mañana en la playa. Samantha se había bañado, pero después de zambullirse le apeteció tumbarse en la arena y leer un libro. Los demás estaban en el agua. De repente le sonó el móvil. Miró a la pantalla y sonrió al ver quién la estaba llamando.
-Hola mami. – dijo al descolgar.
-Samantha, cariño. – el tono de su madre asustó a Samantha.
- ¿Qué pasa?
-Es tu hermana... venía a visitarnos y... la había invitado a comer y venía a vernos...
-Mamá. – Samantha la cortó. - ¿Qué pasa? – repitió la pregunta y se puso de pie. Empezó a caminar de un lado para otro mientras esperaba la respuesta de su madre. Escuchaba sus sollozos al otro lado de la línea.
-Ha tenido un accidente. – dijo llorando. -No se despierta.
El mundo de Samantha se detuvo. Se quedó parada, con la mirada fija al mar. Su hermana. El mayor apoyo que había tenido durante toda su vida, estaba en coma. No se lo podía creer.
-Voy para allá. – dijo antes de colgar.
Sus ojos se llenaron de lágrimas. Seguía de pie en el mismo sitio. No se podía mover. En el agua, Flavio la miró, y vio que le pasaba algo.
- ¿Qué le ocurre? – preguntó a los demás.
Flavio y Eva salieron del agua y se acercaron a Samantha. Al verla llorar, Flavio cambió instantáneamente su mirada, y le acarició la espalda.
- Eh, ¿qué te pasa? – le preguntó Eva dándole un besito.
-Me tengo que ir. – contestó Samantha sin mirar a ninguno de los dos. Empezó a recoger sus cosas.
- ¿Cómo? – preguntó Flavio.
- Me ducho y me voy. Tengo que darme prisa. – Samantha no escuchaba a nadie.
-Samantha. – Eva la agarró de las manos y la obligó a mirarla. - ¿Te vas a dónde? ¿Qué ha pasado?
Samantha se cubrió la cara con las manos y empezó a llorar desconsoladamente.
-Es mi hermana. – habló por fin. – Está en coma. Tengo que ir a verla.
Eva se tapó la boca con las manos y la abrazó fuerte. Flavio no había dejado de acariciarle la espalda todavía. Samantha se separó de Eva y Flavio la acogió en sus brazos. Los demás salieron del agua, y Eva les explicó lo poco que les había contado Samantha.
-Vamos Sam. Vengo contigo al hospital. – dijo Eva acercándose a su amiga que se encontraba con la cara hundida en el pecho de Flavio.
- ¿Quieres que vaya yo también? – preguntó el chico a la rubia que acostumbraba a brillar y que en un momento se había vuelto tan pequeñita. Eva terminó de recoger las cosas de Samantha.
-No, no hace falta. No te preocupes. – dijo ella separándose al fin del chico. – Quedaros en mi casa. Os llamo cuando sepa algo. – dijo ahora dirigiéndose a todos.
La abrazaron todos, y al final Flavio la volvió a abrazar para despedirse de ella.
-Todo irá bien. – fue lo último que le dijo, y observó como la chica se iba abrazada a Eva dejándole a él demasiado triste y preocupado por una chica que hacía una semana que conocía. Si Samantha se lo hubiera pedido, Flavio habría ido con ella sin dudarlo.
DOS HORAS Y MEDIA DESPUÉS
Samantha y Eva no hablaron mucho durante el viaje. No había nada que decir. Cuando Eva aparcó el coche en el párking del hospital, se miraron, y Eva le cogió la mano y se la apretó. Bajaron del coche y Samantha cruzó las puertas del hospital agarrada a la mano de Eva como si de ello dependiera su vida. Estaba muy nerviosa. Llegaron a la sala de espera que les indicaron en recepción y vieron a sus padres y al marido de su hermana. Samantha corrió hacia ellos, ya había empezado a llorar otra vez. Al verla, su madre también empezó a llorar de nuevo. Se abrazaron.
- ¿Cómo está? – preguntó Samantha.
-Estable. – respondió Álex, el marido de Débora, la hermana de Samantha. – Pero no se despierta...
- ¿Y cómo ha sido? – preguntó la chica entre lágrimas.
-Había un camión averiado dentro de un túnel. Se distrajo con algo, no lo vio y chocó con él... - su padre también empezó a llorar.
- ¿Y qué van a hacer para que se despierte? ¿Va a estar bien?
-Si mañana por la mañana no ha despertado, la van a operar. Puede haber algún daño cerebral interno... - empezó Álex, pero no pudo continuar.
-Y si después de la operación no despierta, sólo quedará esperar. – terminó su madre.
Samantha se llevó las manos a la cara. No entendía cómo era posible. Su hermana mayor. Ella estaba pasando las mejores vacaciones de su vida, y ahora su hermana estaba luchando para seguir con vida.
- ¿Puedo verla? – preguntó Samantha, sin poder contener más las ganas de ver a su hermana.
Álex la acompañó a la habitación donde estaba su hermana. Al verla llena de tubos y conectada a todo tipo de máquinas el corazón de Samantha se encogió. Se sentó al lado de la cama y cogió la mano de Débora.
-Despierta, por favor. – susurró.
SIMULTÁNEAMENTE, EN LA CASA DE LA PLAYA
Anajú colgó el teléfono con cara de preocupación. Volvió a la galería donde estaban todos los demás expectantes para saber quién la había llamado y qué le había dicho.
-Era Eva. - dijo la chica sentándose al lado de Maialen.
- ¿Qué ha dicho? - preguntó Flavio.
-Que está estable, pero todavía no ha despertado. Si mañana por la mañana no lo ha hecho aún, van a tener que operarla. Se ve que ha chocado con un camión yendo a casa de sus padres... Dice Eva que van a pasar la noche en casa de Sam para ver si mañana hay noticias.
-¿Cómo está Samantha? - insistió Flavio.
-No muy bien, pero parece que la ha ayudado verla.
Flavió asintió. No podía dejar de pensar en ella, y en lo mucho que le había dolido verla tan triste. Quería apoyarla, pero entendía que ahora necesitaba su espacio y estar con su familia.
-Chicos, esto va a ser la casa de la angústia y la preocupación toda la tarde, si queréis iros lo entendemos perfectamente. - dijo Maialen.
-Yo me quedo. - contestó rápidamente Flavio.
-Yo también, así os hacemos compañía. - añadió Hugo. Los demás también accedieron.
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Cayó una cometa (COMPLETA)
FanficSamantha se va de vacaciones con sus amigas. Nada fuera de lo normal hasta que, por error, conoce a Flavio. ¿Será solo un amor de verano? ¿Qué tendrá ese chico que le gusta tanto?