Cayó una cometa (COMPLETA)

CAPÍTULO TREINTA Y CINCO: Nuevos amigos

Después de abrir todos los regalos y desayunar, Samantha y Flavio se fueron a vestir. Cuando entraron a su habitación Flavio se tiró encima de Samantha y la besó otra vez. 

-Me ha encantado tu regalo. - le dijo. 

-¿Sí? - Flavio asintió. - Me alegro. Cuando me diste la pulsera me preocupé un poco porque claramente no me he gastado el mismo dinero que tú. 

-Me da igual eso. Tú te lo has currado mucho más. 

-Me lo pasé muy bien haciéndolo, tampoco creas que me costó muchísimo. - sonrieron los dos y se besaron. 

Una vez vestidos empezaron a prepararlo todo para la comida de Navidad, en la que la familia de Samantha acostumbraba a comer canelones. A las dos del mediodía comieron, y se hartaron de turrones. Después, Flavio y Samantha se tumbaron un rato en el sofá y se echaron la siesta. Les despertó una llamada al móvil de Samantha. 

-Hola Lari. - descolgó la chica. 

-¡Hola! Feliz Navidad.

-Igualmente. 

-Tía, estamos tomando un café en el bar de Pedro, ¿por qué no te vienes?

-Vale, sí, ahora venimos. 

-Ay, es verdad, que está tu novio. Venga va, venid y lo presentas a todos.

-Sí, ahora nos vemos. 

Colgaron y Samantha se dirigió a Flavio, que seguía tumbado en el sofá.

-¿Listo para conocer a mis amigos?

El chico suspiró y se levantó del sofá. Salieron de casa y se dirigieron al bar que le había dicho Lara a Samantha. Cuando llegaron se encontraron una mesa de unas quince personas. Flavio rezó para que no fueran los amigos con quién se iban a encontrar, pues a decir verdad le apetecía poco saludar a toda esa gente. Pero Samantha fue directa hacia allí, así que se resignó. 

-¡Hola a todos! - dijo Samantha.

-¡Pero bueno, la catalana! Por fin por aquí. - dijo un chico.

Samantha empezó a saludarles a todos con dos besos. Cuando vio que tardaría un poco en saludar a todos los de la mesa, decidió presentar a Flavio.

-Este es Flavio, mi novio. 

-Hola. - saludó él. Una chica se levantó enseguida y le dio dos besos. 

-¡Hola Flavio! Yo soy Lara, conozco a Samantha desde que éramos dos bebés.

-Hola Lara, encantado. - dijo él. La chica le pareció muy simpática. 

Una vez saludaron a todo el grupo se sentaron y pidieron sus cafés. Flavio se sentó entre Samantha y Lara, y mientras Sam hablaba con sus amigos, Lara no dejaba de darle conversación a Flavio. Al chico le cayó muy bien, y cuando pasaron de los cafés a las cervezas o copas de vino Lara quiso sacarse alguna foto con la pareja. Después de unas horas, cuando ya era de noche, Samantha decidió que era hora de irse.

-Bueno, ¿nos veremos por fin de año no? - les preguntó Lara. 

-Sí, claro. - respondió Samantha. - ¿A quién tengo que pagar la cena y el local, por cierto? - preguntó.

-A mí. - contestó uno de sus amigos, que se llamaba Jacobo. 

-Vale, ¿cuánto es? Lo de los dos. - dijo señalándose a ella y a Flavio. 

-40 cada uno, local, cena, bebida y cotillón.

-Perfecto, toma. - le alargó cuatro billetes de veinte. - Bueno, adiós chicos.

-Adiós. - dijo Flavio.

Los dos se fueron caminando hacia la casa de Samantha, abrazados. 

-Me han caído muy bien tus amigos, sobretodo Lara. - dijo Flavio. 

-Me alegro mucho, Lara es muy guay. - contestó Samantha. Flavio sonrió de repente. - ¿Qué pasa? - preguntó Samantha. 

-Nada, todavía me sorprende lo a gusto que estoy contigo y con tu entorno. - Samantha le sonrió. - O sea, es que creo que tú y yo somos muy diferentes, pero a la vez encajamos muy bien. 

-Yo también lo creo. - dijo ella antes de besarle. 

Llegaron a casa sobre las seis y media de la tarde, y se pusieron una película de Harry Potter con Débora y Álex. Después cenaron algo, pero muy poco porque todavía estaban llenos de la comida de aquel día. Mientras cenaban a Samantha le llegó un mensaje. 

-Dice Lara que hoy hay un concierto de Navidad. Toca Cactus, un grupo del pueblo. ¿Te apetece ir? - le preguntó a Flavio. 

-Sí, claro. 

-Pues vamos a cambiarnos. Supongo que vosotros no queréis venir, ¿no? - dijo Samantha dirigiéndose a Débora y a Álex que estaban en pijama acurrucados en el sofá. 

-Supones bien. - contestó Débora sin levantarse.

Se cambiaron y salieron hacia el sitio donde se daba el concierto. Al llegar Samantha llamó a Lara. Les dijo que estaban en el backstage, pues los chicos de Cactus eran del grupo de amigos de Samantha. Fueron hacia allí y se encontraron con Lara y algunos de los chicos que habían tomado el café con ellos aquella tarde. 

-¡Hola! - les saludó Lara. 

-Hola. - respondieron ellos. 

De repente apareció un chico de detrás desde el fondo de la sala, y llegó corriendo hacia Samantha. 

-¡Sammy! - dijo levantándola en el aire mientras la abrazaba. 

-¡David, bonico! - dijo ella. - ¿Com estàs?

-Molt bé, ¿i tu?

-També. - dijo. De repente se giró hacia Flavio. - Mira Fla, él es David, el cantante del grupo. Todo el mundo lo conoce como El de Muro. - el chico lo miró. - Él es Flavio, mi novio. - dijo presentándolo. 

-Ey, tío. Encantado. - dijo David chocándole la mano. 

-Igualmente. - respondió Flavio. 

Samantha y David empezaron a hablar en catalán, y Flavio perdió el hilo de la conversación. Sabía que Samantha hablaba en catalán con su familia, pero que ahora que estaba él hacían un esfuerzo para que los entendiera. Él prefería que hablasen en catalán y así lo aprendía, pero eran muy conisderados y hacían lo posible para que se sintiera integrado. Pensó que le pediría a Samantha que le enseñara su idioma en serio. 

-Flavio, ¿quieres ir a buscar algo de beber? - le preguntó Lara al verlo perdido en la conversación de su novia. 

-Vale. - el chico lo agradeció. - ¿Te traigo algo? - le preguntó a Samantha.  

-Sí, una cerveza por favor. - dijo ella.

Se fue con Lara y volvió con la cerveza. Cuando Samantha lo vio se fijó en que hacía algo parecido a un gesto de silencio a su amigo, pero no le dio importancia. Llegó junto a ellos y David se despidió porque empezaba el concierto. Samantha le dio ánimos, cogió la cerveza de las manos de Flavio y se lo agradeció con un beso, mientras miraba como su amigo salía al escenario y se disponía a disfrutar del concierto.