Pasaron las semanas, a Samantha le quitaron las muletas y volvió al trabajo enseguida. Flavio había empezado a grabar las canciones de su primer disco. Como pareja, seguían mejor que nunca, cada día se querían más y ya se conocían el uno al otro como a la palma de su propia mano. Y así, en esta nube de felicidad que vivían ambos, llegaron las vacaciones de Navidad. El último día de trabajo, 23 de diciembre, salieron juntos de Inspira. La semana antes de Navidad siempre hacían horario intensivo, así que aquel día salieron antes del trabajo. Los jefes de la empresa habían regalado a todos sus trabajadores un lote de Navidad con un jamón ibérico, dos botellas de vino, turrones, polvorones y champán. A Flavio, como no era trabajador como tal, no le habían dado nada, pero él sí que le había hecho un regalo a Anne. Así pues salieron los dos cargados con el lote de Samantha, al que se le añadía una botella del perfume de Aitana que le había regalado la cantante y una caja de bombones que le había regalado C. Tangana.
Llegaron al párking y lo colocaron todo al maletero del coche de Samantha. Se subieron al coche, Flavio conducía. Fueron primero a casa de Flavio y Hugo a recoger las cosas de Flavio para irse al pueblo de Samantha. Se iban aquella misma tarde. Cuando llegaron se encontraron a Anajú allí con Hugo.
-¡Hola! - Samantha abrazó a su amiga.
-¡Hola bonitos! - les saludó Anajú. -¿Os vais ya?
-Pronto, ahora Flavio coge sus cosas, luego vamos a por las mías y nos vamos.
-¿Estás nervioso illo? - le preguntó Hugo a su compañero de piso mientras este se hacía la maleta.
-Pues un poco, no te voy a mentir.
-No te preocupes, la familia de Sami es majísima, te van a tratar muy bien, ya lo verás. - dijo Anajú, que conocía a la familia de su amiga de toda la vida.
-No tengo ninguna duda. - dijo Flavio, y dejó un momento la maleta para darle un beso en la mejilla a su novia.
-¿Qué vais a hacer vosotros estas vacaciones? - preguntó Samantha a Hugo y Anajú.
-Yo me voy a Murcia. - dijo Hugo.
-Yo me quedo aquí con mi familia. - explicó Anajú.
-Muy bien. - respondió Samantha, sabiendo que no debía presionar en el tema de su relación.
Cuando Flavio terminó de hacerse la maleta, le recordó a Hugo tres veces que desconectara todo y cerrara el agua y la calefacción antes de irse, y finalmente se despidieron de Anajú y de él para ir a casa de Samantha. La chica, sabiendo lo desastre que era y lo que tardaba en prepararse las cosas, ya se había hecho la maleta por la mañana. Así que llegaron, y mientras Flavio iba a su habitación a coger la maleta de la chica ella se preocupó de hacer todo lo que su novio le había mandado a Hugo hacer en su casa.
Cargaron el coche con todo lo necesario. Llevaban mucho equipaje, pues estarían en el pueblo de Samantha hasta el día 2 de enero, y luego irían directamente a Murcia hasta el 7. Esta vez conducía Samantha. Su familia paterna era originaria de Beniarrés, un pequeño pueblo de Alicante. Ella había crecido en Barcelona, ya que su madre era catalana, pero todos los años iba al pueblo de su padre por Navidad, y cuando era más pequeña pasaba largos períodos de los veranos allí, cuando no estaba en su casa de la playa. Tenía incluso su grupo de amigos en el pueblo, y ya le había contado a Flavio que fin de año lo pasarían con ellos. Ahora sus abuelos ya no estaban, pero su padre había heredado la casa y su familia seguía yendo. Sus padres y su hermana y cuñado habían llegado a Beniarrés el día anterior.
A las ocho y media de la noche, después de más de cuatro horas de viaje, llegaron al pueblo. La sensación que tuvo Samantha fue la de volver a casa después de mucho tiempo, a un lugar que amas y que te trae muy buenos recuerdos. Aparcó en una calle con varias casas contiguas.
-Es esta. - le dijo a Flavio, señalando una casa. Al observarla, Flavio recordó la casa de Samantha y la casa de la playa de sus padres, y esa casa no tenía nada que ver. Si las otras dos eran casas grandes y ostentosas, esa era una casa familiar humilde. No era pequeña, pero no se parecía en nada a las otras dos. - Estos son mis orígenes, creo que aquí es donde me siento más en casa. - añadió la chica. Y Flavio lo vio claro, porque a pesar del dinero que ganaba Samantha era una persona humilde que se había mantenido fiel a sus orígenes, sin ninguna duda. El chico se acercó a ella y la besó.
Descargaron el equipaje del coche y Samantha se acercó a la puerta. Llamó al timbre y enseguida se abrió la puerta. Una mujer rubia y con ojos azules, muy parecida a Samantha, estaba al otro lado de la puerta.
-¡Mamá! - exclamó ella abrazándola.
-¡Hola mi niña! ¿Cómo estás? ¿Qué tal el viaje? - la mujer no paraba de sonreir
-Largo, pero bien, contenta de haber llegado. - dijo la chica. Después se dio la vuelta y miró a Flavio. - Mamá, este es Flavio, mi novio. Flavio, ella es María José, mi madre. - dijo la chica, sonrojándose un poco.
-Hola, encantado de conocerte. - dijo Flavio dándole dos besos a la madre de Samantha.
-Yo sí que estoy encantada hijo, tenía muchas ganas de conocerte. - dijo María José. - Pasad, anda.
Subieron las escaleras y llegaron al comedor. Allí estaban Débora, Álex y Juan, el padre de Samantha. A medida que avanzaban por la casa Flavio pudo comprobar que la casa era muy acogedora, y se remarcó en su teoría de que eran una familia humilde. Samantha se lanzó a los brazos de su padre nada más entrar por la puerta del comedor.
-¡Papi!
-Samantha, hija, qué ganas tenía de verte.
-Y yo a ti, muchísimas. - Flavio observaba la escena, Samantha ya le había contado que estaba muy unida a su padre. - Mira, este es Flavio. - dijo mientras se acercaba a su hermana.
-Hola, encantado.
-Encantado Flavio, yo soy Juan. - encajaron sus manos.
-¡Pero si ya te veo la tripita! - exclamó Samantha al abrazar a su hermana. - Hola bebita, soy tu tía Samantha. - dijo la chica al estómago de su hermana. En la ecografía a la que la había acompañado Samantha, Débora había descubierto que tendría una hija.
-Sí, sí, pero no nos interesa tanto la tía Samantha estos días. - dijo su hermana mirando a Flavio. - Hola Flavio, soy Débora.
-Hola Débora, encantado. Y enhorabuena. - Flavio se acercó a darle dos besos.
-Gracias. Él es Álex, mi marido. - Débora señaló al chico que estaba abrazando a Samantha.
-Hola, enhorabuena a ti también. - dijo Flavio encajando su mano.
-Muchas gracias.
-Venga, vamos a comer, que debéis estar hambrientos después del viaje. - dijo Juan.
-Vale, primero vamos a dejar las cosas en mi habitación. - dijo Samantha.
Flavio la siguió por los pasillos de la casa. Entraron en una habitación pintada de lila, y dejaron sus cosas allí. Samantha se le acercó y le rodeó con los brazos.
-¿Sigues nervioso?
-No, ya se me ha pasado. Tu familia es muy maja.
-Claro, a alguien me tengo que parecer.
Flavio soltó una carcajada y siguió a Samantha de vuelta al comedor. Se sentaron en la mesa y se pusieron a comer. Samantha estaba muy feliz, no paraba de hablar. A Flavio le encantaba verla tan contenta.
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Cayó una cometa (COMPLETA)
FanfictionSamantha se va de vacaciones con sus amigas. Nada fuera de lo normal hasta que, por error, conoce a Flavio. ¿Será solo un amor de verano? ¿Qué tendrá ese chico que le gusta tanto?