-Voy a buscar más bebidas – dijo levantándose y cogiendo las cubiteras ya vacías.
Se dirigió hacia la casa, y escuchó que alguien la seguía, pero no le hacía falta girarse para saber de quién se trataba. Cuando ya había cruzado la galería y se encontraba en la sala del piano, dejó las cubiteras encima de una mesa, y cuando se giró hacia la puerta de nuevo, ya tenía a Flavio justo detrás de ella. La cogió por la cintura y la volvió a besar, todavía más apasionadamente que antes. Samantha no opuso ningún tipo de resistencia. Los besos se intensificaron, cada vez se pedían más el uno al otro. Se acariciaban por todo el cuerpo, había una tensión muy elevada entre ellos. Tenían muchas ganas de dejarse ir del todo. Flavio la cogió por el cuello, y ella lo envolvió con sus piernas por la cintura. La colocó sobre el piano y le acarició los pechos, que solo estaban cubiertos por el bikini que llevaba Samantha. Empezó a bajar sus manos hacia zonas más íntimas, hasta que Samantha lo detuvo.
-Espera, espera. Aquí no. – el chico paró de besarla. – Esperamos un poco, ¿no? Quizás es demasiado temprano para dejar la fiesta...
Flavio estuvo de acuerdo, se separaron, Samantha bajó del piano y se fueron hacia la cocina a buscar las bebidas que habían prometido a los demás. Volvieron a la piscina y se encontraron a Bruno, Hugo, Gèrard, Nia, Anajú y Maialen hablando, algunos dentro del agua y otros fuera. Samantha preguntó:
- ¿Y Eva y Rafa? – mirando a los alrededores de la piscina, sin verlos en ninguna parte.
-Hace un rato que se han ido... - dijo Bruno con una cara que dio a entender por qué se había ido la pareja.
-Vaya, algunos no tienen ningún problema con darse prisa. – dijo Flavio mirando a Samantha, que puso los ojos en blanco.
- ¿Queréis quedaros a dormir? – preguntó Samantha cambiando de tema. – Hay habitaciones de sobra para todos.
Los chicos aceptaron, y continuaron hablando un rato más. Después de un rato, Maialen, Nia, Bruno y Gèrard decidieron irse a dormir, y Samantha acompañó a los chicos a las habitaciones para que escogieran dónde querían dormir. Cuando volvió sola, solo quedaban en la piscina Anajú, Hugo y Flavio. Cuando se sentó Anajú dijo que también se iba a dormir.
-Yo también. – dijo Hugo. Samantha hizo el gesto de volverse a levantar para enseñarle las habitaciones a este último, pero Anajú le puso la mano en la espalda.
-Ya lo acompaño yo, tranquila. – Samantha miró a su amiga, que más que para hacerle un favor, dijo eso para poder estar a solas con el chico.
Hugo y Anajú se fueron, y Samantha y Flavio se quedaron solos. Ella estaba sentada en el borde de la piscina, con las piernas dentro. Él estaba dentro del agua. Cuando se quedaron solos, Flavio se acercó a las piernas de ella, y puso sus manos en los lados de sus muslos. Samantha se estremeció con su contacto.
-Háblame de ti. – dijo ella. – ¿A qué te dedicas?
-Pues he acabado los estudios en el conservatorio superior de música. – dijo él besándole el muslo. – Y la verdad es que espero dedicarme a eso. Al volver de vacaciones tengo una reunión para ver si puedo aprovechar una oportunidad que me ha salido. ¿Y tú?
-Qué guay. – dijo Samantha dándole un beso en la mejilla. El chico la atrajo hacia el agua. Ella envolvió su cintura con sus piernas como lo había hecho antes.
- ¿A qué te dedicas tú? – insistió el muchacho mientras se acercaba al cuello de Samantha para darle besitos y ponía sus manos en sus nalgas. A Samantha se le empezaba a hacer difícil mantener una conversación.
-Trabajo en una tienda de discos... - Samantha mintió. No le gustaba decir que representaba a algunos de los músicos más conocidos del país, especialmente a gente del mundo de la música, pues nunca estaría del todo segura de si se aprovechaban de ella por su trabajo.
-Ajá... que bien... - dijo él. Los besos en el cuello se intensificaron señalando que se había terminado la conversación. Ninguno de los dos quería separarse del otro. Flavio la besó en los labios muy intensamente, y volvió a colocarla en el borde de la piscina. Le sacó las bragas del bikini y suavemente empezó a besarle el abdomen. Poco a poco fue bajando hasta la zona íntima de Samantha. La chica se estremeció de placer.
Cuando Flavio la hizo llegar al clímax solo con sus labios y su lengua, Samantha necesitó un momento para recuperarse. Después, se levantó del borde de la piscina e hizo salir al chico. Lo condujo hacia una tumbona, lo hizo tumbarse y le devolvió lo que le acababa de hacer él a ella. Antes de acabar, el chico la detuvo.
-Me está gustando demasiado y quiero acabar de otra manera.
Atrajo el cuerpo ya completamente desnudo de Samantha hacia él y la colocó a horcajadas encima suyo. Consumaron la pasión en aquella tumbona de la piscina, donde tanto Samantha como Flavio tuvieron uno de los mejores orgasmos de su vida.
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Cayó una cometa (COMPLETA)
FanfictionSamantha se va de vacaciones con sus amigas. Nada fuera de lo normal hasta que, por error, conoce a Flavio. ¿Será solo un amor de verano? ¿Qué tendrá ese chico que le gusta tanto?