Flavio y Samantha estaban sentados a la sala de espera del hospital. Samantha estaba nerviosa, no paraba de mover la pierna que no le dolía. La última vez que había estado allí su hermana estaba peleando por su vida. Flavio le puso una mano en el muslo.
-Tranquila, ya verás como no es nada, pero mejor mirarlo.
-Ya, pero eso ahora me viene fatal. A saber cuánto rato nos tendrán aquí, y yo mañana tengo mucho trabajo. - se llevó las manos a la cara.
-El trabajo pude esperar, Samantha.
La chica asintió. Flavio le pasó el brazó por la espalda y Samantha se recostó en su cuerpo. Al rato les llamaron. Entraron en una sala con el médico. Este les preguntó qué había pasado.
-Me he caído por las escaleras y me duele un montón el tobillo.
-Pues vamos a verlo. - dijo el médico.
Samantha se quitó el zapato y se tumbó en la camilla. El médico le tocó el pie, e intentó moverlo. Samantha se estremeció de dolor.
-Bueno, parece que tienes un esguince. Vamos a hacer una radiografía para confirmarlo.
Les llevó a otra sala donde se hacían las radiografías. Samantha se sentó de manera que su pie quedara en el sitio adecuado para que le sacara la foto. Cinco minutos después volvieron a la sala del principio.
Se sentaron en la mesa y el médico puso las radiografías en el aparato luminoso de la pared.
-Sí, es un esguince. Túmbate en la camilla, te lo voy a vendar. Tendrás que ir con muletas durante dos semanas. Reposo absoluto. - Samantha suspiró y obedeció las órdenes del doctor. Empezó a ponerle la venda alrededor del tobillo. - ¿Necesitas que te tramite la baja?
-Es que ahora tengo mucho trabajo, no puede cogerme la baja...
-¿Tu trabajo implica desplazarte y moverte por los sitios?
-Pues sí, ahora viene toda la promoción de Aitana y tengo que ir a mil sitios... - Samantha se estaba agobiando.
-Hágale la baja. - intervino Flavio. Samantha lo miró mal. - Si no se va a mover.
-Bien. - dijo el médico, que terminó de hacerle el vendaje y se sentó en su mesa y empezó a teclear cosas en su ordenador.
Samantha se tapó la cara con las manos. La impresora del doctor escupió unos papeles y se los dio a la chica, que los pasó a Flavio.
-Pues ya está. Podéis comprar unas muletas en recepción si no tenéis en casa. - dijo el médico.
Se despidieron de él y Flavio fue a comprar las muletas mientras Samantha lo esperaba en la sala de espera. Le trajo las muletas, se las dio y le dio un beso por detrás.
-Venga, ya verás como se te pasa rápido.
-Javy me va matar. Y Aitana también. - dijo Samantha.
-No es culpa tuya, no hay nada que puedas hacer.
Samantha se resignó, y salieron del hospital a las doce y media de la madrugada. Flavio condujo hasta la casa de Samantha, y se metieron en la cama enseguida. A la mañana siguiente, Samantha se levantó como si fuera a trabajar para llamar a Javy. Él le dijo que no se preocupara, que ya se encargaría él mismo de acompañar a Aitana en su promoción y ella prometió trabajar desde casa en todo lo que pudiera. Quedaron en que Flavio llevaría los papeles de su baja a la oficina luego. Después se volvió a meter a la cama con Flavio, que no tenía que estar en Inspira hasta las diez. El chico la abrazó.
-¿Qué quieres desayunar? - le preguntó él acariciándole el pelo.
-No sé... Tengo poca cosa a parte de cereales.
-¿Pero qué te apetece? Da igual que no lo tengas, puedo ir a comprarlo en un momento. Tengo tiempo.
-No hace falta Fla...
-Quiero hacerlo. - Samantha sonrió. - ¿Qué te apetece?
-¿Crepes de Nutella? - dijo la chica con cara de no haber roto nunca un plato.
-Marchando. - le dio un beso y saltó de la cama. Samantha admiró su cuerpo mientras salía de la habitación, que solo estaba cubierto por unos calzoncillos.
Por suerte para Flavio, Samantha tenía en casa todos los ingredientes necesarios para hacerle las crepes, así que se puso manos a la obra. Al rato entró Samantha en la cocina, a duras penas por las muletas. Flavio sonrió al verla.
-Lo odio. - dijo ella, refiriéndose a las muletas.
-Siéntate anda, que esto ya casi está. - dijo él.
Samantha lo obedeció y al rato se sentaron juntos a comer.
-Dios Flavio, están riquísimas. - dijo ella refiriéndose a las crepes. - Oye. - el chico la miró. - Gracias por cuidarme tan bien.
-No me las des, lo hago con mucho gusto.
-¿Te gusta cuidarme?
-Claro.
-Entonces ¿no querrás, así por casualidad, quedarte conmigo estos días? - Flavio sonrió.
-¿Quieres que me quede contigo? - Samantha asintió. - Pues yo encantado.
Flavio se levantó y fue a darle un beso en los labios. Recogió toda la cocina mientras Samantha lo miraba desde su sitio en la mesa. Cuando terminó, fue a vestirse para ir a Inspira. Al bajar Samantha seguía en el mismo sitio.
-Me voy. - le dijo abrazándola por detrás. - ¿Me prestas tu coche?
-Sí, claro. - Flavio se agachó a su lado y le tocó los muslos. Samantha lo miró. - ¿Vuelves luego, no?
-Que sí. - Flavio se rió. - Que voy a cuidar de ti. Llevo algo de comer luego, ¿vale?
-Vale. - la chica sonrió. - ¿No tenías que estar en Inspira a las diez? - preguntó pensando que todavía era temprano para que se fuera.
-Sí, pero quiero pasar por casa antes para coger algo de ropa.
Samantha asintió. El chico le dio un beso y se fue. Ella lo miró, y pensó en la suerte que tenía. Luego se acordó que todavía no les había contado a sus amigas que habían oficializado su relación, pero automáticamente pensó que tampoco hacía falta. Ya era bastante obvio. Se fue al comedor, se sentó en el sofá, y se dispuso a llamar a todos sus clientes para contarles su situación. Empezó por Aitana, que esa semana la necesitaba bastante.
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Cayó una cometa (COMPLETA)
FanfictionSamantha se va de vacaciones con sus amigas. Nada fuera de lo normal hasta que, por error, conoce a Flavio. ¿Será solo un amor de verano? ¿Qué tendrá ese chico que le gusta tanto?