Flavio y Samantha salieron de casa entre los halagos de la familia de ella por lo guapos que estaban. Caminaron abrazados, porque ya les costaba estar sin tocarse, pero porque además hacía un frío de narices. Llegaron en menos de diez minutos, y ya había bastanta gente del grupo de Samantha. Saludaron a todos y al rato se pusieron a cenar. La cena transcurrió con normalidad, entre charlas y risas, aunque Flavio no dejaba de distraerse mirando a la chica que tenía al lado porque se le caía la baba con su novia. De vez en cuando, dejaba de comer sin ni siquiera darse cuenta y se quedaba observándola y nada más.
-¿Pero todavía no has terminado? - le dijo Samantha en una de esas veces que se sintió observada, señalando su plato todavía lleno de comida.
-Es que me distraigo. - contestó él.
-Eres lentísimo bebé. - dijo ella abrazándole.
-Cuando quiero. - respondió con la chica en su cuello, a lo que ella sonrió pícaramente.
-A ver parejita, dejad de daros mimos y vamos a sacarnos una foto todos juntos. - dijo Lara.
Se sacaron la foto, todos vestidos de gala, y sin darse cuenta ya eran casi las doce. En el local había una pantalla y un proyector donde verían las campanadas. Sin darse cuenta llegó la hora. Cada uno cogió un cuenco con 12 uvas, y después de los cuartos se comieron una con cada campanada. A la sexta uva a Samantha ya no le cabían más en la boca, y le entró un ataque de risa. A Flavio se le contagió y él llegó a la décima uva. Ninguno de los dos se las terminaron. Cuando consiguieron tragarse todo lo que tenían en la boca y se les pasó el ataque de risa, se miraron. Inconscientemente se acercaron, y como si fuera un movimiento que tienen aprendido por defecto, Flavio cogió a Samantha por el cuello y ella le rodeó por la cintura. No se apartaron la mirada por unos instantes, y Flavio se puso serio. Con la mano que tenía libre le acarició el pelo, y sintieron que estaban solos en el mundo.
-Has sido lo mejor de este año. - empezó. Samantha sonrió. - Y quiero que seas lo mejor de todos los años que vengan. Feliz año nuevo, amor. - y la besó mientras ella se derretía por dentro.
-Eres lo mejor que me ha pasado en la vida. - dijo ella cuando sus labios se separaron pero manteniendo unidas sus frentes. - Feliz año nuevo Flavio, te quiero mucho.
-Y yo a ti. - y se volvieron a besar.
Desearon feliz año a todo el mundo, y luego fueron todos al sitio donde se daba la fiesta. Allí había gente de todas las edades, y el DJ ya estaba poniendo musica. Bailaron como si no hubiera un mañana, y se lo pasaron en grande. Samantha presentó a Flavio algunos amigos más que se encontraron en la fiesta. Bebieron, rieron y bailaron mucho. Samantha se pasó con el alcohol, y a las cinco de la mañana no se aguantaba. Flavio se acercó a ella, que bailaba como podía con sus amigas.
-Samantha. - al verle ella se le tiró encima. Él la abrazó sonriendo, le hacía gracia verla en aquella situación. - ¿Cómo te encuentras?
-¡Muy bien! ¿Y tú? - dijo ella intentando besarle.
-Yo genial. - finalmente se dejó besar, y luego ella se quedó con la cabeza recostada en su hombro y cerró los ojos. - ¿Y si nos vamos a casa? - Samantha asintió sin separarse de él.
Flavio le pasó un brazo por el hombro, mientras ella seguía hundida en su pecho, y se acercó a Lara.
-Nosotros nos vamos ya. - le dijo el chico señalando a la chica que se aferraba a él. Lara asintió y se acercó a Samantha.
-Buenas noches Sam, deja que Flavio te cuide, ¿vale?
-Flavio es el más mejor del mundo, le quiero mucho. - dijo la chica como si su novio no la estuviera sujetando. Lara y Flavio se rieron.
-Vale bonita. - Lara le dio un beso en la cabeza a su amiga y se dirigió a Flavio riendo: - Cuídala. - él asintió y le dedicó una sonrisa antes de despedirsey salir a la calle.
Flavio tuvo que hacer grandes esfuerzos para recordar el camino hacia la casa de Samantha, a quien seguía abrazada a su cuerpo.
-Bueno, espero recordar como se vuelve a tu casa. - le dijo él.
-¿A mi casa?
-Sí, claro, hemos dicho que vamos a casa.
-No, ¡yo no quiero ir a casa! - sonó casi a súplica.
-¿Y a donde quieres ir? - le preguntó Flavio. Samantha levantó la cabeza y le miró. De repente abrió mucho los ojos como si acabara de descubrir la cura del cáncer.
-¡Vamos al Barranc de L'Encantà! - dijo emocionada.
-¿A dónde? - Flavio no entendía nada.
-Al Barranc de L'Encantà. - dijo como si fuera lo más obvio del mundo.
-¿Qué es eso?
-El Barranc de l'Encantà. - repitió. Flavio la miró para que se explicara. - Es el río. - volvió a decirlo como si fuera muy obvio.
-¿Ahora quieres ir al río? - preguntó Flavio. Samantha asintió contenta.
-A ver como sale el sol. Será muy bonito. Porfa, Fla... - y lo miró con una cara que el muchcacho solo pudo decir una cosa:
-Venga, vamos.
Tuvieron que ir a casa de Samantha igualmente a por el coche, porque el sitio donde quería ir Samantha estaba un poco lejos, y aprovecharon para ponerse algo más cómodo ya que todavía llevaban la ropa de gala. También cogieron unas cuantas mantas, pues hacía mucho frío. Entre todo esto, a Samantha le bajó un poco el alcohol, pero Flavio no la dejó conducir, así que ella le guió mientras él iba al volante. En pocos minutos llegaron.
Cruzaron un bosque para llegar a la orilla del río. El sitio era precioso: un camino pasaba por el lado del río, y se llegaba a una especie de estanque con paredes de rocas de las cuales caía una pequeña cascada, pero el frío de la madrugada del 1 de enero hacía que tanto el agua como la cascada estuvieran heladas.
-Es aquí. - dijo Samantha. Puso una manta al suelo y se sentó encima. Tocó el sitio de su lado para que Flavio se sentara en él.
-Qué bonito. - dijo él sentándose a su lado. Ella se acurrucó junto a él.
-Tú sí que eres bonito. - dijo besándole la barbilla. - Dentro de poco va a salir el sol por detrás de esas rocas, ya verás que bonito.
-Tú si que eres bonita. - dijo él imitando lo que le acababa de decir ella. - ¿Estás mejor?
-Sí, gracias. Siento que me hayas tenido que ver en esa situación. - dijo ella avergonzada.
-No tienes que sentir nada, no me ha importado. Te lo estabas pasando bien y me ha gustado verte disfrutar de la noche. - Samantha lo miró y comprobó que lo decía en serio. Sonrió sintiéndose afortunada. Él lo notó. - Samantha cuando te he deseado feliz año lo decía en serio. No quiero que esto sea algo pasajero. Quiero estar contigo mucho tiempo.
-Yo también lo decía en serio. Eres lo mejor que me ha pasado nunca. - Flavio sonrió al comprobar que el alcohol no había influido en lo que le había dicho su novia. - Así que por supuesto que no quiero que esto sea algo pasajero.
El chico la besó apasionadamente. Ninguno de los dos sabía que era posible querer a alguien de esa manera hasta que se conocieron. Aquella madrugada hicieron el amor encima de una manta a la orilla del río, a pesar del frío que hacía. Y luego vieron juntos el amanecer más bonito de sus vidas, pero lo que lo hacía tan bonito no era el sol, ni el río, ni el lugar. Eran ellos.
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Cayó una cometa (COMPLETA)
FanfictionSamantha se va de vacaciones con sus amigas. Nada fuera de lo normal hasta que, por error, conoce a Flavio. ¿Será solo un amor de verano? ¿Qué tendrá ese chico que le gusta tanto?