CAPÍTULO CATORCE: Reencuentro

904 40 0
                                    

Samantha y Eva aparcaron delante de la casa de Samantha. Estaba lloviendo. Bajaron del coche y Samantha trató de abrir la puerta pero estaba cerrada con llave. Llamó al timbre y apareció Nia corriendo a abrirlas. Al abrir abrazó a Samantha. 

-¿Cómo estás? 

-Mejor. - dijo Samantha entre los brazos de su amiga. - Débora se encuentra mucho mejor, si todo va bien en unos días podrá salir del hospital. 

-Me alegro. 

Al escucharlas Flavio y Maialen se acercaron a la puerta. Maialen se lanzó a los brazos de Samantha. 

-Bichito fuerte. - dijo dándole un montón de besos en la mejilla. 

Samantha se separó de su amiga y miró a Flavio. El chico tenía los ojos brillantes y la miraba sin dejar de sonreir. Abrió los brazos y Samantha se acomodó entre ellos. Él le mordió la mejilla.

-Te he echado de menos. - le dijo él. 

-Y yo a ti. - contestó ella dándole un beso en la mejilla. 

-¿Vamos a comer? - preguntó Nia. - Creo que la comida está lista. 

Llegaron a la cocina y Anaju corrió a los brazos de Samantha. Gèrard, Bruno, Hugo y Rafa la saludaron cariñosamente. Se sentaron todos a comer, y Flavio no podía dejar de tocar a Samantha. Le daba besos en los brazos, le acariciaba la espalda, le tocaba el cuello. A Samantha aquella comida le sentó genial, pudo olvidarse de su hermana y dejó de sentirse culpable por haberse ido del hospital. 

Después de comer empezaron a recogerlo todo. Samantha dijo:

-¿Vamos a la playa esta tarde? Tengo la sensación que hace mucho tiempo que no voy. 

-Pero si te fuiste ayer. - le respondió Hugo. 

-Ya, pero parece que ha pasado mucho tiempo. ¿Vamos? - insistió. 

Todos accedieron, y cuando terminaron de recoger se fueron a sus habitaciones a prepararse para la playa. Flavio siguió a Samantha hasta su habitación, pues tenía todas sus cosas allí. Cuando entraron Samantha lo abrazó fuerte. Él le correspondió el abrazo. 

-¿Has dormido aquí hoy? - le preguntó la chica mirándolo a los ojos, sin separarse mucho. 

-Sí, ¿te molesta? - dijo él sin soltarla de la cintura. 

-Para nada. 

-Se me ha hecho muy raro dormir aquí sin ti. - Samantha sonrió. 

-Pues no voy a dejar que vuelvas a dormir aquí solo. 

Flavio sonrió, y dudó un momento si besarla o no. No sabía qué relación tenían. No sabía si tenía derecho a besarla cuando quisiera. Pero le apetecía mucho. Samantha hizo que el chico dejara de dudar besándolo ella misma, suavemente y con mucho cariño. Flavio sonrió aún más. 

-¿Quieres venir a dormir a mi casa hoy? Los chicos están muy cómodos aquí, puedo conseguir que nos dejen la casa para nosotros solos. Te puedo preparar la cena, si te apetece. 

-Me apetece un montón. - contestó Samantha sonriendo.

Se separaron y Samantha entró en el baño para ponerse el bañador. Escogió un bikini blanco y dorado que Flavio todavía no había visto. Cuando salió del baño el chico estaba terminando de atarse su bañador. Al escucharla, alzó la mirada. 

-Dios... - admiró la belleza de la rubia. - ¿Tenemos que ir a la playa de verdad?

-Sí, eso lo dejamos para la noche. - contestó Samantha dándole otro beso en los labios. 

Salieron de la habitación y se reunieron con los demás para ir hacia la playa. Al cerrar la puerta detrás de si misma, Samantha observó el grupo de gente que tenía delante suya, y sonrió. Empezó a correr hacia ellos, los adelantó y gritó:

-¡El último en llegar a la playa nos hace un streaptease! 

Todos empezaron a correr detrás de ella riéndose. La última en llegar fue Maialen, que odiaba el deporte. 

-Venga Mai, ¡te toca hacernos el streaptease! - exclamó Samantha. 

-Esto no es justo, sabes que soy malísima con la "ginlasia". - se quejó su amiga.

-Se siente. Venga, no tiene que ser un streaptease completo, pero tienes que quedarte solo con el bikini.

Maialen finalmente accedió, y todos se pusieron a cantar la mítica melodía sensual que suena siempre en esas situaciones. La chica se movió con su poco ritmo habitual y todos se rieron a carcajada limpia. Después del streaptease de Mai, Samantha se quitó el vestido que llevaba encima del bikini y corrió al agua. Flavio se quitó rápidamente la camiseta y corrió detrás de ella, entrando salpicándola. La cogió por la cintura y la hundió en el mar. 

-¡Flavio! - chilló Samantha cuando volvió a salir a la superfície. El chico se reía. Ella lo salpicó fuerte, y el la agarró de la cintura para acercarla a él. Samantha rodeó la cintura del chico con sus piernas. 

-Tengo muchas ganas de esta noche. - dijo él apartándole el pelo mojado de la cara. 

-Pues si no te portas bien te dejo solo. - contestó ella empujando las espaldas del chico hacia bajo tratando de hundirlo. 

Los demás se unieron a ellos dentro del mar, y estuvieron un rato jugando, hasta que llegaron las siete de la tarde y Samantha y Flavio decidieron irse a la casa de él hasta la mañana siguiente. 

Cayó una cometa (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora