Capítulo 31

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Un gran día, hoy amanecí tan bien que podría cantar y bailar como en high school musical; he abrazado a mi hermano más de cinco veces y colocado perfume aproximadamente tres veces en todo mi cuerpo Tomo mi desayuno con la sonrisa más grande y no m...

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Un gran día, hoy amanecí tan bien que podría cantar y bailar como en high school musical; he abrazado a mi hermano más de cinco veces y colocado perfume aproximadamente tres veces en todo mi cuerpo Tomo mi desayuno con la sonrisa más grande y no me quejo ni siquiera por no tener una malteada de chocolate.

¿Cuál es la razón de mi felicidad?

Que no voy a tener que caminar más, Sandiel volverá a vivir en nuestro apartamento, ya él vivía acá hace varios meses, pero se había mudado a otro edificio porque le quedaba más cerca de la gasolinería. Hace unos días decidió junto a mi hermano que podría quedarse de nuevo.

Al principio me quejé, pero luego me di cuenta de la gran idea que había sido, Sandiel nos llevará a la universidad todo el tiempo, no caminaré más y él me podrá enseñar. Ahora mismo estoy en el asiento de atrás mirando por la ventana, tengo una sonrisa muy grande y una manzana verde en la mano.

Odio las manzanas rojas.

—¿No es un lindo día? —les pregunto a los chicos colocándome entre los dos asientos. Sandiel me mira por el espejo y ríe.

—No querías caminar más ¿Cierto?

Asiento y me vuelvo a acomodar en mi asiento, bajo la ventana y dejo que la brisa mueva mi cabello, ya estamos en otoño y el frío empieza a llegar. Sandiel aparca el auto y yo soy la primera en salir, coloco mi bolso sobre mi hombro y empiezo a caminar.

—Meg —me llama él a mis espaldas, me giro sobre mis pies y lo miro mientras se acerca rápidamente. —Quería preguntarte... —coloca una mano detrás de su cabello —¿Harás algo hoy?

—Creo que no —respondo sonriendo —. Ahora mismo tengo clase, pero después iré a casa.

—¿Quieres salir a comer algo? —pregunta rápidamente.

Por Dios, ¿me está invitando a salir? Definitivamente estoy soñando.

No, no lo estoy. Miro al chico fijamente tratando de hallar el misterio a todo esto.

—No entiendo... ¿Es una broma? —pregunto mirando a mí al rededor, no hay mucha gente hoy así que no logro ver a nadie que esté grabando.

Él sonríe en su puesto —No, solo pensé que sería bueno salir a comer...

—¿Una salida con Liam?

—No —niega —Solo tú y yo.

¿Una cita? Maldición nunca me preparé para esto. Estuve todos los años esperando este momento, pero jamás pensé que pasaría. ¿Por qué no puedo decirle algo?

—¿Me estás invitando a salir?

—Puedes llamarlo como quieras —me dice tomando mi manzana —Nos vemos a la salida.

Fue lo último que dijo antes de rodearme y empezar a correr hacia la entrada. Caminé igualmente hacia los edificios y me detuve en mi casillero a sacar algunos de mis libros. Luego entré a mi clase de arte.

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