Capítulo 5

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—Buenos días —dice un chico fuertemente, su rostro está enfrente del mío y desde esta posición puedo analizar sus ojos verdes y sus labios color carmesí —Me gustaría que te quedaras todo el día así, pero de seguro tu hermano debe estar buscándote

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—Buenos días —dice un chico fuertemente, su rostro está enfrente del mío y desde esta posición puedo analizar sus ojos verdes y sus labios color carmesí —Me gustaría que te quedaras todo el día así, pero de seguro tu hermano debe estar buscándote.

Compruebo toda la situación, estoy en el asiento de atrás de un auto que no reconozco con un chico que acabo de conocer y una maldita forma de querer morir joven. Me levanto del puesto esquivando el rostro de Mike, e instantáneamente toco mi cuello al sentir un dolor instalado allí. Ha sido la peor dormida de toda mi vida. Acomodo mi cabello hacia atrás observando todo mi alrededor. Aún seguimos rodeados de árboles.

—¿Qué hora es? —pregunto mirado rápidamente mi muñeca, ni siquiera tengo reloj. Antes de que conteste recojo mi celular y observo la pantalla.

8:12 am

¡8:12 am!

Bien, definitivamente moriré joven y no por un chico que acabo de conocer si no por un hermano que conozco de toda la vida.

Pero que rayos.

Me incorporo rápidamente y miro con mala cara al chico —¿Hace cuánto estas despierto? ¿Por qué no me levante? Las 5 am pasaron hace tres horas y yo aún sigo acá ¡contigo!

—No quería molestarte, además no es bueno levantar a personas que se despiertan con un humor como el tuyo ¿Has probado alguna vez hacer meditación?

Gruño hacia él y salgo del auto para pasarme al puesto de copiloto, me quito mi chaqueta de tela y la coloco a un lado para no olvidarla. Mike sube al auto y lo enciende con demasiada tranquilidad.

¿Por qué tiene tanta paciencia?

—¿Sabes conducir? —me pregunta mirándome.

—Mi padre me enseñó hace mucho, pero no recuerdo lo suficiente, ¿puedes apurarte? Necesito llegar antes de que Liam piense que me secuestraron.

—Pensaba en ir a desayunar ¿No tienes hambre? —la manera tan relajada con la que habla me provoca desesperación.

—No.

Él empieza a conducir por la carretera y para ser un chico que no sabe dónde está, le resultó muy fácil volver a la ciudad, condujo con mucha confianza y ni siquiera utilizó su GPS.

—No estábamos perdidos ¿cierto? —le pregunto disgustada.

—No.

Pedazo de imbécil. Me muerdo la lengua para evitar decirle todas las palabras que ahora mismo estoy pensando; Liam me va a matar y sé que todo esto es mi culpa, pero en mi defensa Mike es un idiota manipulador. Luego de doce minutos el auto se detiene en frente de un restaurante que parece salido de los años ochenta. El chico a mi lado apaga el motor y sale moviendo sus llaves sobre su mano. Me quedo mirándolo sin poder creer lo que estoy viviendo.

We Collapse  [completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora