Capítulo 52

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—Meg —me saluda mi padre cuando llego a su lado, abrazo su cuerpo con fuerza dejando mis maletas a un lado

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—Meg —me saluda mi padre cuando llego a su lado, abrazo su cuerpo con fuerza dejando mis maletas a un lado. El olor a su perfume, me llena de completa felicidad —Te he echado de menos.

—Yo igual —le digo disolviendo el abrazo para mirarlo —¿Cómo has estado?

—Muy ocupado, he conseguido doble turno.

Bufo para mis adentros, ahora que estoy de vacaciones quisiera que se quedara en casa mucho más tiempo, tomo mis dos maletas y camino a su lado hasta el estacionamiento. Ya empezaba a extrañar el clima de mi ciudad, todo parece estar igual que cuando me fui. 

—¿Cómo has estado tú? —me pregunta mirando hacia mi dirección.

—Mucho mejor.

Al legar al auto me subo con rapidez mientras mi padre acomoda mis maletas en la cajuela, cuando termina, cierra con fuerza y entra al asiento del piloto.

—¿Qué hay de Mike? —cuestiona empezando a conducir en dirección hacia casa.

—Está muy bien, mañana tomará un avión hacia Australia.

—¿No quisiste ir con él? —pregunta girando hacia la izquierda y haciéndome mover en mi puesto. Al menos él no hace que me golpee con al vidrio.

Niego con la cabeza —Quiero estar contigo.

—¿Qué hay de Liam?

Me quedo callada en mi puesto, esquivo su mirada y giro mi rostro hacia la ventana. La verdad es que no he sabido nada de él desde la última vez que discutió con Mike.

—No lo sé, no he hablado con él.

—¿Por qué? —interroga con una voz extraña —Están juntos todo el día.

Por la expresión de mi padre puedo entender que Liam no le ha contado nada sobre mi cambio de apartamento, le agradezco internamente y miro a mi padre esperando que no pregunte mucho sobre el tema, pensé que ya lo sabia, y que no sea así solo complica mas la situación.

—Solo no hemos hablado mucho —me encojo de hombros.

—Han sido muy unidos desde pequeños, ¿Cuál fue la razón de su discusión?

—¿Qué te contó él?

—Me contó que discutieron porque no le dijiste que viajaste con Mike.

Asiento —. No podía decirle.

—Pero...

Lo interrumpo —¿Podemos dejar de hablar de él? Quiero saber de ti.

—Está bien, hija... La mayoría de las veces almuerzo en este restaurante  —me dice señalando un lugar color amarillo, continúo viéndolo hasta que doblamos en la esquina.

—¿Qué tal es la comida?

—Es buena, hacen servicio a domicilio, me ha salvado muchas veces porque no me queda tiempo para hacer comida.

We Collapse  [completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora