28. despedida.

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—¿Renjun no ha vuelto a casa?

—No, y no creo que lo haga. Han pasado varios días, es obvio que fue algo más que sólo un paseo.

Chenle hablaba con Jeno al teléfono en el techo de la casa para asegurarse de que nadie le oyera. Ninguno de los dos entendía muy bien qué era lo que estaba sucediendo con Renjun, pero aun así se mantenían en contacto por si, en algún momento, ocurría algún milagro o algo parecido.

Tanto Jeno como Chenle estaban confundidos, perdidos, sin tener mayor idea de lo que hacer. Renjun, o había sido muy astuto, o el hecho de que desapareciera sin dejar rastro fue mero acto de la suerte, porque ni siquiera en casa hay una pista de su paradero, además de que se fue dejando todas sus cosas allí, incluso su teléfono.

—Maldición, no sé qué hacer para buscarlo... —masculló Jeno desde la otra línea en un signo de frustración. Chenle pudo imaginárselo echado en el sillón, tirando de sus cabellos como si eso fuese a ayudarle en algo.

—Aquí en casa no hay mucho que buscar tampoco más que sus cosas —replicó el pelinegro, empezando a pasearse alrededor del lugar—. Y es que tampoco son muchas...

—Gracias por tus palabras de aliento —bromeó Jeno, rechistando. Chenle sonrió por su comentario.

—Lo siento, sabes que no soy bueno en eso... —dijo, sintiéndose en realidad un poco mal por no saber qué hacer tampoco para ayudarle.

—No hay problema.

Hubo un pequeño silencio. Al parecer no había mucho que hacer más que esperar a que Renjun aparezca desde debajo de la tierra o algo, cosa que también dudaban que sucediera.

—Jeno, ¿dónde estás? —le preguntó. Sabía que probablemente Jeno no le diría, pero en serio estaba preocupado por él y necesitaba saber si estaba en algún lugar seguro—. Al menos dímelo para saber que estás bien, o para enviarte comida, ropa o algo...

—Estoy en casa de Renjun —Chenle frunció el ceño, confundido—. Su antigua casa, en la que vivió en su pasado.

—Ah... —soltó, abriendo su boca al entender. Dejó de pasearse y se quedó mirando la ciudad desde las alturas—. ¿Y dónde es eso?

—Al otro lado de la ciudad —replicó.

De pronto, y de manera muy espontánea, a Chenle se le encendió la ampolleta en su cabeza, formulando una muy ingeniosa idea.

—Oye —le llamó—. ¿Y no has pensado en buscar a Renjun entre sus pertenencias?

—¿Cómo? —Jeno al parecer no había entendido.

—Quizás Renjun quería rememorar su pasado, puede que esté en algún lugar que para él fue importante, y debería estar en sus cosas, ¿no crees?

—Es cierto, no lo había pensado así... —musitó el pelirrojo.

Chenle quiso seguir explicándole, pero justo en ese entonces oye pasos detrás suya. Se giró, sobresaltado, encontrándose a Jisung subiendo las escaleras, tal vez buscando por él.

—Tengo que irme —dijo rápidamente—. Te mensajearé, o quizás te llame más tarde.

Ni siquiera esperó a que Jeno se despidiese, sino que apenas terminó de hablar se quitó el celular de la oreja y lo guardó dentro del bolsillo de su pantalón. Se giró para ver a Jisung, quien traía entre sus manos dos latas de cerveza.

—¿Estabas ocupado? —preguntó al ver que había interrumpido algo.

—Oh, no, no, tranquilo —sonrió—. Sólo hacía unos llamados importantes... —mintió. Si no daba más detalles probablemente Jisung no indagaría más el tema.

2083 ー NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora