El miedo se apoderó del cuerpo del chico, recorriéndole una energía por toda la espina dorsal. La mirada severa de Jaemin diciéndole lo que debía de hacer para quedarse le intimidaba de pies a cabeza, haciéndole sentir tan pequeño como una hormiga. Sin embargo, el tacto de Jeno sobre sus hombros le hacía sentir en cierta manera protegido, porque en el fondo sabía que lo defendería.
¿Qué es lo que tengo que hacer? —preguntó entonces Renjun, casi en un susurro. Si Jaemin no hubiese estado cerca de él, habría pasado desapercibido.
—Pues... tenemos varios tipos de trabajo —le dijo Jaemin—. Pídele a Jeno que te explique —replicó con simpleza.
Y sin darle mayor atención, el chico de cabellos azules giró sobre sus talones, dirigiéndose a la escalera que se encontraba a la entrada de la cocina.
El lugar volvió a entrar en silencio, volviéndose incómodamente tranquilo. Renjun estaba petrificado del miedo, tanto así, que ni sus temblorosas piernas era capaz de mover.
—Deberías llevártelo a tu habitación, debe estar cansado —sugirió Haechan, el chico de mechones violeta, mientras los observaba desde el sillón junto a Chenle, quien no se veía demasiado interesado en lo que sucedía a su alrededor—. Mañana será un día largo para él.
—Sí, tienes razón —afirmó Jeno, y dirigiéndose hacia Renjun, le susurró en el oído—: Sígueme.
El chico asintió con la cabeza, y Jeno lo tomó de la mano para llevárselo escaleras arriba. Renjun subió con dificultad, aún se sentía un tanto débil debido al gasto de energías que no había usado en años. Se encontró con una habitación primero, y vio a Jaemin durmiendo plácidamente en su cama, la cual se encontraba en un rincón de la habitación. La luz de la luna que se escabullía por la ventana iluminaba su rostro dormido, y pensó en lo lindo y sereno que se vislumbraba de esa manera, y que si aquella fuera la primera vez que lo viera, no creería que sería alguien tan intimidante como lo fue hace unos minutos.
Jeno le llevó a otra habitación un piso más arriba, la cual era tan grande como la del piso de abajo, con la diferencia de que ésta no poseía de una cocina y una sala de estar. Simplemente era como una gran habitación, sin mayor decoración ni mantención. Es más, se veía tan descuidada como el resto de lugares en los que ha estado dentro de esta ciudad.
—Puedes dormir aquí —le indicó el chico con el tatuaje de estrella en el pómulo, señalando a una cama posicionada en el rincón de la pieza, justo al lado de la ventana. Las sábanas estaban arrugadas, y las almohadas blancas en el suelo—. Se ve algo desordenada, pero puedo hacerla por ti —sonrió tímido, convirtiendo sus ojos en unas medias lunas que provocaron una descarga eléctrica en todo el cuerpecito de Renjun, sintiéndose lleno de energía en cuestión de segundos.
—¿Y tú dónde dormirás? —preguntó el mayor al ver que había solo una cama.
—En el sillón —respondió con simpleza, señalando con el dedo justo detrás de Renjun, mostrándole un viejo pero bien cuidado sillón de cuero, que si era sincero, se veía más cómodo que la cama.
—¿Estás seguro? Yo puedo dormir allí si quieres... —se ofreció, sintiendo cómo el calor subía hacia sus mejillas de la vergüenza.
—Oh, no, no, está bien —Jeno agitó su mano, negándose a su oferta—. Estoy acostumbrado. A decir verdad, duermo más seguido en ese sillón que en mi propia cama —confesó, acariciando su nuca.
—Ah, bueno... —dijo él, incómodo.
Jeno miró a su alrededor, como buscando qué hacer a continuación. Renjun empezó a balancearse en su lugar, no teniendo la menor idea de qué hacer o decir a continuación.
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2083 ー NCT
FanfictionAño 2083, Era de Edén. El mundo ha sufrido un giro de ciento ochenta grados luego de una larga crisis conmemorada como el Apocalipsis. Más de la mitad del mundo pereció, y con ello también lo hicieron todo lo que alguna vez se conoció como Ley y Ord...