La tensión en el ambiente aumentó de manera considerable con la sola mención de aquel nombre. El silencio que se formó luego fue súbito, dando lugar a la amortiguada música de fondo del piso de abajo. El contacto visual entre ambas personas era intenso, como si el que apartara la vista fuese el perdedor.
Jaemin tragó saliva luego de pronunciar su nombre, bajando la guardia. Haechan y Jeno posaban a su lado aún con las armas alzadas en contra del peligro, sin embargo, podían sentir la tensión de su líder sobre ellos, expeliendo una mala energía que era perceptible con la sola presencia.
El nombrado Johnny Suh comenzó a carcajear como si Jaemin hubiese soltado un gran chiste. El sonido de su risa se oyó en toda la habitación, desentonando en el ambiente tenso que se había formado y, por lo tanto, aportándole un sentimiento un tanto tétrico que subía más los nervios de quienes lo escuchaban. Empezó a retorcerse en su lugar, apoyando sus manos sobre sus muslos para no caer al suelo. Jeno y Haechan se miraron entre sí, sin saber qué era lo que estaba pasando. Jaemin, por su parte, no dejaba de mirarlo, tratando de mostrar una expresión de rabia y odio, pero que con sus temblorosas pupilas sólo demostraba el miedo que tenía.
Johnny dejó de reír en la fracción de un milisegundo, y volvió a mirar a Jaemin con un semblante que era el doble de intimidante que el anterior.
—Na Jaemin —pronunció con lentitud cada sílaba. Una sonrisilla burlona se dibujaba en su rostro—. Ha pasado un tiempo, ¿no es así?
Jaemin volvió a alzar su arma, apuntándole directamente en el pecho.
—Déjalo en paz —espetó, refiriéndose a Renjun, sin embargo, se dirigía más a él mismo que a su nuevo compañero, porque, en realidad, no le importaba si quedaba con vida o no.
Johnny levantó sus manos en un signo de inocencia.
—Tranquilo, ya conseguí lo que quería, no lo necesito ya más —dijo con simpleza, encogiéndose de hombros y mirando a Renjun de soslayo, quien aún se revolvía en la cama, desesperado.
—Imbécil —masculló Jeno, iracundo.
—No, no —Johnny agitó su dedo índice para negar—. Esa no es la palabra correcta. Genio quizás lo sea —sonrió, acercándose a ellos con paso lento.
Los tres se colocaron en posición, sus dedos bien puestos sobre sus armas, dispuestos a apretar el gatillo si era necesario.
—No es necesario que gasten sus balas en mí —dijo él, sin perder a Jaemin de vista y acercándosele—. Ya me voy, no pienso hacerle daño a ese chico, al menos... no aún.
La sonrisa vacilona que tenía pegada en el rostro estaba colmándole la paciencia a Jaemin.
—El efecto cesará dentro de unos minutos, no hay de qué preocuparse —indicó, y posándose justo enfrente del chico con cabellos azules, se inclinó a él para susurrarle al oído—: Estoy más cerca de ti de lo que crees... —rio con locura.
Se enderezó para mirar a Jaemin un segundo más, y se fue tranquilamente. Jaemin no atinó a hacer nada, ni siquiera su cerebro le respondía. Pudo haberlo perseguido y acabarlo en ese mismo momento, pero las palabras que traspasaron sus tímpanos alteraron su organismo, dejándolo completamente vulnerable.
—Renjun, ¡Renjun! —le llamó Jeno, corriendo en su búsqueda.
Se subió a la cama, desatando sus muñecas y tomándolo de los brazos para acomodarlo sobre los suyos. El rostro de Renjun no se encontraba en lo absoluto bien. Sus ojos estaban medio abiertos, pero parecían no responder a sus llamados. Jeno movió su diestra sobre sus ojos, pero ellos no le siguieron, Renjun se movía por mera inercia, porque era seguro que no estaba del todo consciente.
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2083 ー NCT
FanfictionAño 2083, Era de Edén. El mundo ha sufrido un giro de ciento ochenta grados luego de una larga crisis conmemorada como el Apocalipsis. Más de la mitad del mundo pereció, y con ello también lo hicieron todo lo que alguna vez se conoció como Ley y Ord...