30. ira.

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La idea de Chenle lo dejó pensativo. «Quizás Renjun quería rememorar su pasado, puede que esté en algún lugar que para él fue importante, y debería estar en sus cosas, ¿no crees?» Fue lo que le dijo en la llamada de hace unos días atrás. Y si lo pensaba bien, no era un pensamiento del todo descartable.

Tal vez Renjun quiso encontrarle respuestas a su vida al recordar todo lo que fue él décadas atrás, antes de que se durmiera en aquel largo sueño que lo trajo hasta este presente. Jeno creía que era una idea lógica, después de todo, ¿en dónde más podría estar? Renjun era demasiado inteligente como para perderse, de eso estaba seguro. Y, además, confiaba en él. No iba a dejar que las palabras de Jaemin lo tentaran. «Sólo era cosa de tiempo...» No, Jaemin, no era sólo cosa de tiempo, y él se lo iba a demostrar.

Comenzó buscando por toda la casa, pero no tuvo mucha suerte sino hasta horas después, cuando dejó el comedor para buscar en su propia habitación.

Todo estaba empolvado y desordenado, pero su esperanza de encontrarlo era aún más fuerte.

Comenzó con su escritorio, y al primer intento, lo logró.

—Bingo —susurró al encontrar un cuaderno viejo.

Sus hojas estaban amarillas y arrugadas ya por el tiempo que estuvo allí guardado, pero al menos parte de la información que había allí dentro seguía intacta.

Leyó la portada, y encontró lo que buscaba: una dirección.

—Escuela Secundaria...

No dijo nada más, y corrió en busca de las llaves del coche, con las esperanzas de encontrárselo allí...

...pero ya todos sabemos lo que encontrará: Nada.







Renjun no pudo pegar un ojo en casi toda la noche. La sensación de desconfianza le inundaba, sentía que Johnny, o cualquier otro, podría hacerle daño aun cuando tenía la ventana y la puerta bien cerradas. La idea de que esto era un error no paró de repetirse en su mente durante sus largas horas de insomnio, pero no, él se mantuvo firme. Renjun sabía lo que hacía, no dejaría que su propia cabeza y sus inseguridades lo dejaran caer.

Cuando por fin logró dormir un poco, la noche empezaba a esclarecer. Oyó un par de pájaros cantar afuera de su habitación, pero estaba demasiado cansado como para quedarse despierto escuchándolos.

No supo cuánto durmió, pero en un momento dado, oyó la voz de Mark llamarle desde el otro lado de la puerta.

—Renjun, ¿estás despierto? —preguntó después de golpear la puerta un par de veces—. En unas horas más entraremos a trabajar, y Johnny quería explicarnos un par de cosas —dijo.

—¡Sí, ya voy! —exclamó, incorporándose de la cama de un salto.

—Te estaremos esperando en el salón —indicó él. Renjun oyó sus pisadas alejándose, volviendo a estar a solas.

Soltó un bostezo, alzando los brazos para desperezarse. Al tomar su teléfono del velador, se dio cuenta de lo tarde que era, las tres y media, del día.

—Al parecer ellos también trabajan de noche como nosotros... —comentó mientras se levantaba de la cama para cambiarse de ropa.

Se puso un conjunto que estaba allí colgado que consistía de un buzo negro y una polera lisa del mismo color. Le quitó el pestillo a la puerta y salió, yéndose primero al baño para asearse un poco.

2083 ー NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora