13. fuego.

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—¡Atención a todos! —Jaemin entró en el comedor junto con Jeno, sosteniendo sobre sus manos la evidencia que encontró en casa.

—¡No! ¡El piso aún está húmedo! —chilló Haechan, negando con las manos, viéndose completamente alterado. Pero Jaemin ya había dejado sus huellas sobre toda la baldosa.

—Ups... —hizo de sus labios una línea. Haechan bufó, pero no le dio mayor importancia.

—Tú limpiarás después eso —le reprendió, apuntándolo con el palo del trapero y fulminándolo con la mirada.

—Sí, bueno, como sea —musitó él, volviendo a centrarse en lo relevante—. Hay algo importante que debemos decirles.

Automáticamente los cuatro chicos se reunieron alrededor de la mesa, con sus oídos atentos a las palabras de Jaemin.

—¿Qué es eso? —preguntó un curioso Chenle al ver la cámara puesta sobre la mesa.

—Este es el inicio de todos los problemas. Y es por eso que tenemos que hacer algo al respecto —Dijo Jeno, poniendo también el micrófono sobre la mesa.

Renjun miró a Jeno confundido, no sabía qué esperar ahora que Jaemin sabía sobre la situación. Era consciente de que sospechaba de él, y de que Jeno sospechaba de Jisung, por lo que pensar en ser echado de aquí no era una posibilidad tan fácilmente descartable.

Y Jisung, quien era realmente el problema, se mantenía neutral, observando todo tan impresionado como los otros. Tenía a Jaemin de su lado, así que, en cierta manera, poseía un poderío en el grupo aun después de haber entrado hace una semana.

—Fui a casa esta mañana para asegurarme de que todo estuviese en orden —el de pelo azul empezó a explicar—. Y me esperé cualquier cosa... menos esto. —Apuntó a la cámara—. Nos han estado observando... quizás por cuánto tiempo.

—Y no sólo eso —añadió Jeno, arrastrando el micrófono hasta el centro de la mesa—. También nos han estado oyendo.

Haechan soltó un jadeo exagerado, Chenle le imitó. Jisung y Renjun se mantuvieron indiferentes, ya que ambos ya sabían de la situación, sobre todo el menor.

—¿Y cómo...? —cuestionó Haechan, sin entender cómo aquello era posible siendo que pasaban gran parte de su tiempo en casa.

—No lo sabemos —replicó Jaemin—. Pudieron haber entrado en casa mientras trabajábamos, o quizás, esos policías tuvieron la culpa... —acarició su barbilla—. O mucho peor, puede que haya un impostor entre nosotros. —Su mirada se dirigió diligentemente hacia la de Renjun, y él, de un sobresalto, la apartó, bajando la vista al sentirse intimidado.

—Pero, como sea que haya sido —Jeno salió para cortar la tensión—. No podemos quedarnos de brazos cruzados.

—¿Qué vamos a hacer? —preguntó Chenle, emocionándose desde ya.

Jaemin rio por lo bajo, y usando su imponente y grave voz, respondió:

—Haremos explotar todo.









—El plan es simple —comentó Chenle, luego de que Jaemin les explicara todo—. Pero, ¿cómo vamos a lograrlo sin que ellos se enteren? Literalmente no hay punto ciego en casa con todas las cámaras que instalaron dentro.

2083 ー NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora