Se suponía debia ser el héroe que salva al mundo, pero mis logros fueron robados y otorgados a mi hermano.
La santa me acusó de violación y homicidio para que sus camaradas testisficaran en mi contra. El rey me condenó y acabé como carne para los ex...
Tomé a Meraki de la mano mientras esperábamos la explosión cubriéndonos con un escudo.
-Me hicieron dormir dos semanas para esto. Miserables hijos de puta! Ahora tengo el doble de trabajo por su culpa-
-¿Fue por ellos que estabas así, papá? Creí que estabas enfermo!-
-Tomaron parte de mi fuerza para que ellos llegaran seguros a este mundo en menos de un mes-
Ambos comenzamos a enojarnos con este percance. En eso, el abdomen de Rython, se hinchó cada vez más hasta estallar. Bajamos a buscar los huevos para sacarles el limo negro que los cubría y llevarlos lejos antes que eclosionaran. Nos dirigimos a las cavernas que nos sirvieron de hogar hace tiempo para terminar de limpiarlos y luego nos los llevamos al chateau.
Colocamos los huevos en una de las camas y comenzaron a eclosionar. Nos escondimos detrás de un sillón y como no ocurrió nada, me acerqué a ver qué. Solo uno de los huevos se abrió por completo y esto me extrañó, ya que nada brotó del interior. Acto seguido, algo rosáceo saltó a mi cara para asfixiarme. Meraki me ayudó a sacar a la criatura de mi rostro. Lo lancé al aire y caí desplomado al suelo para recuperar el aliento.
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Los dos quedamos boquiabiertos cuando vimos que la criatura, resultó ser una medusa que estaba mutando el aire del ambiente en agua que lo rodeaba para protegerse y poder flotar como si nadara en un estanque.
Luego, recordé que había olvidado el otro huevo que eclosionó justo detrás nuestro. Escuché el ruido y me paré con recaudo al ver un pez betta azul iridicente, nadando de la misma forma que la medusa. Creía que esta vez, estaría a salvo y reía de alegría, entonces un coletazo me golpeó de lleno en la cara. Me arrojó al suelo y Meraki me asistió ya que estaba dolido y enojado.
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-Porque siempre es mi cara! Eso duele como la mierda!!!!-
-Mira papá, estan viniendo!- Meraki se puso nervioso
Ambas criaturas, se acercaron para mostrarme su felicidad y saqué la libreta para ver que me había tocado en esta ruleta de la suerte. Resultó que la medusa era un contemplador superior y de avanzada mientras que el pez betta, era un arcángel de la muerte y juez de los abismos. La confusión invadió mi cabeza, jamás había oído sobre ese tipo de denominación ni títulos para esos seres tan caóticos. Era mi primera vez lidiando con algo así. Seguí leyendo la libreta y quedé shockeado al enterarme que Meraki había recibido también varios títulos.
