Dioses de la Muerte

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-Por favor retirense, el Príncipe Kenton necesita descanso la reina verá por el a partir de ahora -

Una de las damas de honor de la reina instó a las demás mucamas a desalojar la habitación. Y una vez retiradas comenzó el acto descarnado y habitual de apercibir y castigar por parte de la reina.

-Como pudiste fallar de ese modo estúpido y encima dejaste que te dañaran el brazo-

La reina expresó con un tono entre furia y odio mientras me tomaba de los hombros, me zarandeaba y me encajaba las uñas. Una mirada dolorosa se mostro en en mi rostro. Como tratando de alejarme de dicho sufrimiento observaba los brazos que presionaban con más y más fuerza. Estaba claro que ella no me dejará ir tan fácil esta vez a menos que le siga el juego.

-No te atrevas a tratar de hacer eso de nuevo-

[Hija de puta!....]

Viendo que dejé de pelear, la reina se dispuso a calmarse también.

-Bien, así está bien lamento eso pero en vista que olvidaste tu posición me vi en la obligación de recordartelo. Como tu madre debo hacerte entender que eres el Príncipe heredero y no debes avergonzarte porque eso nos avergüenza a todos-

Como si nunca me hubiese lastimado o hablado con rencor se acomodó a mi lado en la cama. Esta mujer pareciera una madre preocupada de repente hablándome de manera amorosa y calma.

La realidad era otra.

[No es que te importe que el “Principe Heredero” estuviese herido, mas bien, el hecho de casi perder al peón que ayudaria a tu “único” hijo a alcanzar la gloria te perturbo, eh maldita loca]

-La práctica de hoy fue terrible y mira como quedaste, debes estar cansado. El médico dijo que debes guardar cama así que lo dejaremos así por hoy-

La reina me abrazó como queriendo darme afecto. Puse mi mejor cara de póker para no levantar sospechas a la par que miré sobre los hombros de la reina a una de las mucamas.

Específicamente a la dama de honor y  la principal confidente de la reina. Esa mujer estaba esbozando una sonrisa asquerosa y fría, como mofándose de la situación actual. A la par, pensaba como continuar el show.

[Mucho me temo que tendrás que ser la primera en la lista....jejeje]

La reina se apartó lentamente y se preparó para retirarse. No sin antes apoyar la mano en mi rostro mientras decía:

-Recuerda tu eres el futuro de esta nación, no puedes fallar ya que eres nuestro mayor orgullo Kenton-

[¿Futuro de la nacion? ¿Mayor orgullo?! Ptfff!!!]

Conteniendo la burla interna, miraba a la reina para mostrarle una brillante sonrisa juguetona.

-Si madre lo sé y prometo no volver a olvidarlo-

-Sé que no lo harás, entoces recupérate pronto para no seguir malgastando el tiempo de nadie. Adiós Kenton-

Sonaba más como una orden que un buen deseo de recuperación, pero no importaba ya que sus destinos fueron decididos ni bien cruzaron la puerta y la cerraron.

Estaba cabizbajo y estoico, con la mirada oscurecida mirando mi mano izquierda enyesada. Decidí olvidarlas por el momento para pensar en lo que lo estaba fastidiándome desde que desperté en este mundo. Después de pensar en frío por casi media hora empecé a sacar conclusiones y análisis de que fue lo que ocurrió.

[¿Quién fue?  ¿Quien se atrevería a ir contra la muerte y cagarme la vida hasta este punto?
Thanatos no iría contra su palabra, la muerte es cruel y justa a la hora de hacer contratos...Las calamidades negras Keres...demasiado rebuscado no invadirían la jurisdicción de otro Dios de la Muerte a menos que la ocasión lo amerite...si hubiese sido otro Dios cualquiera...no, ninguno seria capaz de meterse con un cosechador de almas designado salvo que quieran terminar como mortales mmmm...a menos que..mmm lo único que se me ocurre es que haya sido...es una reverenda estupidez....un primordial....y si fue así porque...oh mierda....aghhh]

Ante tal pensamiento mi mano empezó a calentarse aún mas causándome un dolor casi desgarrador

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Ante tal pensamiento mi mano empezó a calentarse aún mas causándome un dolor casi desgarrador.

[Me acerqué bastante cierto? Solo porque...aghh]

Sentí un frío espectral en la espalda que recorrió toda mi columna. La muerte estaba cerca pero no es la que conocía, era otro tipo de muerte. Aunque esta muerte en particular podría ayudarme a entender parte del porque.

La única forma de invocar a un dios de la muerte era esperar o acelerar la muerte propia o de alguien o realizando un sacrificio en su nombre, así que decidí preparar y programar el lugar para el encuentro.

Solicitar un contrato y pedir una respuesta, con esos objetivos en mente comencé a moverme en el tablero de juego.

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