Una maldición por otra maldición

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Inclinándose 90 °, el dios saludó con vehemencia a Meraki.

-Mi señor, no pensé que viviría para ver el día en que este sirviente obtuviera su libertad, le agradezco infinitamente!-

Meraki me miraba ansiosamente en busca de una explicación, pero con una sonrisa evitaba su mirada. El niño comenzó a enojarse y respondió señalándome con el dedo.

-Yo no fui quien te liberó, fue mi padre. Gracias, pero no tengo nada que ver!-

El dios se volvió para mirar a la persona a la que señalaba el niño. Estaba a punto de reírme, así que lo miré directamente. El dios se inclinó y se disculpó. Luego se arrodilló sobre una pierna.

-Les pido perdón, no sabía que Lord Rulieh era el que estaba aquí, fue una mala educación de mi parte. Perdona a este atrevido sirviente-

-¿Oye?!... si claro lo que digas- respondí algo confundido.

-Me presento, soy el dios menor Vhaeraun, dios de los ladrones, asesinos y ex guardián del Mundo de las Cenizas-

-Qué título tan impresionante para alguien que estuvo encerrado tanto tiempo. Diría que fue una pérdida el estar dormido. Por favor, levántese y siéntese para que podamos comer algo, tenemos que llegar al punto Dios Vhaeraun. Tendrás que perdonar mi rudeza por ser tan inquisitivo, pero quiero saber cómo fue que terminó encerrado con un sello de maldición de siete capas en una bóveda desconocida-

Empezamos a acomodarnos en las sillas para iniciar la conversación.

-Vhaeraun puede decirme simplemente mi señor, sobre el motivo de mi encierro, es una larga historia. Fui apresado por la codicia desenfrenada de un cazador de dioses convertido en rey y su amante desquiciado.-

El dios siguió mirando a Meraki mientras hablaba. Noté que la mirada se volvía penetrante en el.

-Parece que algo molesta a Vhaeraun, al punto que hastía al pobre Meraki. ¿Puedo saber la razón? -

-Siento haberle molestado mi señor, de nuevo le pido disculpas. Es la primera vez que veo la Semilla del Creador después de tantos eones. Pensé que ya no podía germinar, pero soy testigo de un supuesto milagro. La última semilla germinada fue tragada por una amenaza conocida como el Devorador, pero puedo ver que el ulitharid que lo precedió en los títulos, hizo un buen trabajo al darle gran parte de su poder para hacerla crecer bien.-

-¿Te refieres a un desollador mental? .. Jeje, eso explica mucho tu actitud Mera- mirando a Meraki, sostuve mi mejilla con la mano.

El dios sonrió con benevolencia a Meraki. La sonrisa lo tranquilizó, pero plantó la semilla de la duda en el pequeño, que comenzó a temer por su futuro. Al notar este inconveniente, el dios le tranquilizó.

-No solo el ulitharid dió su poder para crear la semilla, sino también otros seres capaces de destruir y crear mundos, por lo que el poder del ulitharid es fuerte ahora porque no ha despertado mucho de su don mi señor. Pero no dude que será el más fuerte, temible e incomparable entre todos a medida que avanza, así que no se preocupe, tiene a Lord Rulieh como guardián y nunca ha fallado en proteger a alguien-

Al ver que el niño se había calmado, terminamos el asunto dejándolo para más tarde, pasando al tema principal. Observando al dios instándole a continuar, lo que salió de su boca solo provocó que la irritación y el disgusto se acumularan en mi pecho.

-Orsys, Pirofis y Ordaline Orsys, fueron los cabrones que me encerraron. Habían venido a mi tierra para ordenar a mi gente que los ayudara en su búsqueda para apoderarse de las tierras vecinas. Como mi gente y yo nos negamos, ordenaron la destrucción de Tierra Santa y mis seguidores. Hice lo mejor que pude, pero el bastardo se coló, atrapó mi corazón en el cristal y lo bloqueó. La perra que lo acompañaba creó un sello de contrato a modo de candado, robó el agua de Elysium para encerrarla en una caja de perfume, provocando que toda la vida en mi tierra muriera.-

Motivos Para La Destrucción Donde viven las historias. Descúbrelo ahora