Cómo cuidas de un bebé?

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En una hora más se cumplirán nueve horas de suplicio. El cadáver viviente yacía expulsando líquidos sin parar hasta formar un charco en el piso.

En mi forma de niña adolecente, estaba en el sillón sosteniendo un japa mala (rosario budista) y leyendo los libros de cuentas perteneciente a Ashley a la espera de mi nuevo colega.

En mi forma de niña adolecente, estaba en el sillón sosteniendo un japa mala (rosario budista) y leyendo los libros de cuentas perteneciente a Ashley a la espera de mi nuevo colega

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[No puedo creer, deben ser unas 20.000 víctimas o más si contamos sus inicios en el ducado. Asco]

El amanecer se acercaba y el enojo se hacia mayor. Conocía parte de la historia detrás de la desaparición de maids pero ni de lejos calculé que no hubiera límite para la sanguinaria obsesión de la mujer sentada al trono. Los libros en realidad llevaban la cuenta de las muchachas jóvenes que habían pasado por las manos de Sophia y las potenciales víctimas del día de mañana. Pasé las manos por mis ojos para sacarme la incredulidad. La ciudadanía plenamente cooperaba con estos monstruos, creyendo ciegamente en la promesa que sus hijos e hijas tendrían un futuro trabajando en el castillo. Obtener un puesto en la nobleza no era tarea sencilla y ellos muy devotos a sus reyes, lo veían fácil .

El engaño continuaba hasta que ingresaban al castillo y se les caía el velo que cubría su estupidez. Si alguno era encontrado tratando de abrir la boca, era eliminado y si las familias preguntaban por sus familiares incluso se les pagaban por su silencio. Esto solo ponía en evidencia que al pueblo poco y nada le importaba lo que ocurría en la realidad. También había registro de mujeres en el extranjero viniendo a trabajar para nunca volver y de mujeres esclavas subastadas en el Círculo rojo.

Había nombres, direcciones, fechas, precio pagado e incluso fotografías macabras de los cuerpos, que puede que Ashley usara de amenaza o tal vez los mantenía consigo por el sentimiento sádico y gore que le exitaba. No se sabría con seguridad viendo los registros pero estaba seguro que era lo segundo ante el suplicio de la mujer en el suelo.

[No sé si dispararles o prenderles fuego...Tsk..malnacidas]

Trate de calmarme, cerré el libro y lo coloqué en la mesa. Continúe con mi rezo matutino para evitar salirme de carril. En este instante era preferible meditar y sacarme las ideas retorcidas de mi mente. El rezar me aclaraba la mente y liberaba mi stress.

Pasó una hora y el cuerpo de la mujer en el suelo dejó de retorcerse y desechar líquidos. La barriga empezó a emitir luces y a moverse como si algo estuviese dentro preparándose para salir. Me despabilé para enviar los libros y todo los demás a un bolsillo espacial para continuar mi investigación en casa. Me paré sobre el sillón, extendí la mano y varios escudos dorados con intrincadas escrituras aparecieron en el aire para protegerme.

Boom! Splash!

Boom! Splash!

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