Se suponía debia ser el héroe que salva al mundo, pero mis logros fueron robados y otorgados a mi hermano.
La santa me acusó de violación y homicidio para que sus camaradas testisficaran en mi contra. El rey me condenó y acabé como carne para los ex...
Habían pasado dos meses desde el homicidio de las mujeres de la familia Fersa y en un callejón oscuro del barrio perteneciente al Círculo Rojo, un Tark Fersa borracho y tambaleante cayó al suelo. Estaba sucio, apestaba a orín y alcohol. Su barba le había crecido bastante que parecía un reo al que liberaron recientemente. Se la pasaba borracho, drogado y delirante constantemente. Cuando la borrachera o el frenesí causado por las drogas se le pasaba, buscaba dinero para seguir con sus vicios. A veces mendigaba o robaba. En aquella ocasión le tocó a su familia. En un estado de inconsciencia temporal y agresiva, atacó a su mujer y a su hija inválida con un cuchillo de cocina. Las apuñaló a ambas para tomar el dinero y las joyas que tenían tanto puestas como guradadas. Huyó ni bien encontró lo que venía a buscar y desde entonces vagaba sin rumbo emborrachándose para olvidar mientras los peatones lo esquivaban al ver sus aspecto decadente.
-Sophia.....mi Sophie....mataré a ese mocoso mi amor-
Su decadencia inició cuando Sophia lo mandó llamar para tratar el tema del brazo dañado del Príncipe. Él pensó que podrían ser noticias de que el niño retornaría a entrenar y que ella le estaría solicitando que se le aplicara mano dura. Concurrió al sótano privado de la reina donde usualmente, disfrutaba de los placeres carnales y sádicos con su amante. Nada más alejado.
Sophia le pidió que se quitara el uniforme y toda arma que traía consigo, el simplemente quedó exitado por el pedido y trató de avalanzarce sobre su amante pero Ashley, rápidamente le había colocado un collar de esclavo para dar comienzo al macabro espectáculo de tortura. Lo ataron con cadenas supresoras de maná y Sophia le dijo que sería su último día como maestro de la espada.
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Lo colgó de los brazos, y sacó toda la colección de látigos que guardaba para ocasiones como esa y lo flageló con un latigo tipo "Escorpión" con puntas de hierro, una "Media Muerte" y una fusta corta para causar lesiones en órganos vitales. Luego lo ató al potro para estirarlo y dislocarle las articulaciones mientras lo marcaba con fuego. Le quemo los pies con el peso de un braserillo mientras se hallaba colgado de la garrucha, acto seguido le clavó ganchos en la espalda para sacarle la piel viva, le dejó ciego de un ojo, lo castró y le causó otras humillantes enajenaciones para que Sophia pudiera conciliar la ira a la par que se ponía cachonda de ver un arroyo de sangre, carne viscosa y desgarrada mezclada con huesos rotos. Como broche de oro aprisionó a Fersa a un cepo y le arrancó su mano izquierda. Una vez terminada la tortura de casi una semana, en el suelo se arrastró un suplicante y moribundo Fersa por una respuesta:
-So...phie por...qué...-
-Ah! Ahora quieres el por qué? Bueno, fue porque te dije que no dañaras la mercancía al punto que ya no me fuera útil, que parte de lo que dije no entendiste inútil pusilánime?-
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Fue arrojado desnudo y medio muerto a los campos de entrenamiento a modo de ejemplo para aquellos que osasen ir en contra de la reina. Se esparció el rumor que había ido contra sus votos y traicionó a su Señora. Nadie se atrevería a mirarlo de ahora en más debido a pecado y lo dejarían morir solo en su miseria.
